𝓙𝓾𝓷𝓽𝓸𝓼 𝓟𝓸𝓻 𝓢𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮 ━━━ ᵗ'ᶜʰᵃˡˡᵃ ᵘᵈᵃᵏᵘ

𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐒𝐄𝐈𝐒

En Londres, Reino Unido.

Más concretamente en el Museo Británico, se encontraba a un joven afroamericano admirando las reliquias del África Occidental.

De la nada, una señora de mediana edad se acercó a él mirando hacia las piezas.

— Buenos días, en qué puedo ayudarle?—.

— Estoy estudiando estos artefactos— Sonrió de lado— Me han dicho que es la experta— La miró—.

— Se podría decir que sí— Respondió ella—.

— Son hermosos— Sonrió el mirando los artefactos—.

El muchacho estuvo preguntando a la señora sobre algunas piezas, hasta que se detuvo en una.

— Ahora cuénteme sobre este— Lo señaló—.

— De Benín también— Hizo una pausa— Tribu Fula si veo bien—.

— Sonrió divertido— No—.

La mujer volteo a mirarlo confundida ante la respuesta.

— ¿Que? ¿Disculpe?—.

— Los británicos lo encontraron en Benín, pero es de Wakanda y está hecho de Vibranium—.

En el rostro de la mujer se podía ver cómo estaba más confusa que antes, lo cual hizo reír al moreno.

— No se preocupe— Volvió a mirarlo— Yo lo cuidaré por usted—.

— Ella frunció el ceño— No la estamos vendiendo—.

El joven volteo a mirarla y se acercó a ella.

— ¿Como cree que sus ancestros la consiguieron? ¿La compraron a buen precio o se lo robaron como todo aquí?— Susurro lo último—.

La señora ya estaba pálida.

— Señor, le voy a— Hizo pausa— Solicitar que se vaya—.

El nombrado se aproximó más a ella.

— Sus hombres me llevan vigilando desde que entre, pero no vigilo lo que puso en su cuerpo— Susurro—.

La señora miro su vaso de café, uno de los guardias tomo suavemente el hombro del moreno.

— Señor acompáñenos a la salida...—

— Pero está muy enferma...— Intervino él—.

Ya era tarde, la mujer cayó al suelo del dolor, los guardias se pusieron alrededor de ella.

— QUE ALGUIEN LLAME A UN DOCTOR— Exclamó recibiendo miradas— UN DOCTOR PORFAVOR—.

— Si, aquí se necesita ayuda, hubo un incidente en la exposición del África Occidental— Comunico un guardia—.

Sorprendentemente los paramédicos llegaron rápidamente, Linda los visualizaba sonriendo.

Esta se encontraba en su tapadera como camarera, quito su delantal y miro a la otra camarera.

— Voy a tomarme un descanso— Aviso—.

Y así se fue, una vez fuera. Sacó su móvil y observo que las cámaras del Museo, estaban en modo bucle, por lo que sonrió satisfecha.

El moreno presenció que los supuestos paramédicos llegar, estos empezaron a disparar, solo uno quedó vivo, este levantó las manos en signo de rendición.

— Ven aquí— Dijo uno de los hombres— Ven, tranquilo, no voy a hacerte daño—.

El hombre se acercó a él a paso lento con las manos levantadas aún.