𝓙𝓾𝓷𝓽𝓸𝓼 𝓟𝓸𝓻 𝓢𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮 ━━━ ᵗ'ᶜʰᵃˡˡᵃ ᵘᵈᵃᵏᵘ

𝐂𝐔𝐀𝐑𝐄𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎

Últimos capítulos ❤️

Dejo salir una bocanada de aire, estaba cansado. Se sentó finalizando el ejercicio, saco su botella de agua para hidratarse.

— Siempre te gusta hacer de más— Le regaño una voz desde larga distancia—.

Sus orbes color miel buscaban al portador de la voz, hasta encontrarse con la joven que le tenía preocupado desde que despertó del coma venir hacia él.

Se la veía más delgada, algo bronceada, con una sonrisa pero semblante triste, el muchacho se dio cuenta de porque.

— No hagas eso— Negó el—.

— ¿Hacer el que?— Se sentó a su lado—.

— Culparte— Susurró— No fue culpa tuya—.

— Lo fue el no estar ahí para tí cuando me necesitabas— Se culpó a si misma—.

David no sabía cómo responder ante eso, pues Kiara siempre era muy terca en este tipo de situaciones y que no se dejaría ceder.

— ¿D-Donde estabas?— Ella suspiró— Estábamos—

— Preocupados— Intervino ella finalizando la frase por él, se sabía la frase de memoria, desde que llegó no dejaban de recitarsela— Es... Es complicado—.

Quería evitar el tema a toda costa.

¿Como iba a explicarles que había detenido el inicio de una tercera guerra a nivel mundial? Creerían que estaría loca o que había visto demasiadas películas de ficción.

Sobretodo si contaba que había visto a su ex, el cual la abandonó y ahora se encontraba prisionero en Wakanda.

Una bonita historia para contar a sus hijos en un futuro, sin duda, nótese ese sarcasmo.

— ¿Y se sabe algo de tu ex prometida, la fugitiva?— La expresión de David endureció— Vale, veo que aún estás en etapa de enfado—.

— No, no es eso— La muchacha alzó una ceja— Ella... Falleció— La joven Jordan abrió la boca un tanto sorprendida— Me informaron de su muerte la misma noche que tuve el accidente—.

— ¿Ella fue la razón?—.

— Algo así—.

Kiara posó su mano sobre la de David para tranquilizarle, pues estaba muy tenso, los ojos de este se posaron en el accesorio que portaba la muchacha, esta quito la mano al instante.

— ¿Estas...?—

— No sé de qué me hablas— Mintió ella— Seguro que son alucinaciones tuyas, estás muy cansado, vamos a casa, necesitas descansar—.

El seguía sin fiarse, juraba que había visto algo, pero lo dejo estar, se encontraba sin energía. Kiara empujó la silla mientras reía.

— ¿Que pasa?— Cuestionó el—.

— Que pareces un bebé en el carro— Se burló ella—.

— Continua Kia, disfruta mientras puedas— la alentó—.

La mencionada soltó una carcajada, no le tenía miedo a su hermano.

— Solo te falta el biberón— Añadió—.

— ¡Cállate!— Exclamó en nigeriano—.

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— Mi amor— Le llamó rompiendo el silencio—.