XLVII. Frente a frente para hacerte saber (R18)

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-¿Me prometes que estás mejor? -Preguntó Shinichi luego de estar recostados un rato en el suelo de la habitación. Hubiese sido preferible recostarse en la comodidad del colchón, pero habían dejado la cama hecha un desastre, estaban las sábanas llenas de chocolate, sudor y resto de fluidos corporales.

-Si -aseguró levantando su cara del pecho de Shinichi para mirarlo a los ojos –No fue para tanto.

El otro levantó una ceja en señal de inconformidad ante su respuesta, creía ciegamente en que el asunto no era algo para bajarle el perfil. Por el momento lo dejaría pasar, ahora que estaban más despiertos y calmados, optaron por ponerse ropa y bajar a desayunar algo, aunque fuera algo tarde para ello.

-Te pasaste esta vez –dijo el detective al ver las marcas en su cuerpo mientras se vestía.

-¡Mira quien lo dice! –le respondió Kaito mirándose los brazos -¿Me alcanzas a ver la espalda? -se dio vuelta para que lo viera –Me arde.

Le fue imposible no agrandar los ojos al ver que le había dejado la espalda llena de arañazos. Se observó las uñas con algo de pavor, recordando todo lo que sucedió en la madrugada, pero no pensó que el nivel de brusquedad empleado fuera tan intenso para dejar tantas marcas en el cuerpo del otro.

-Y mira tú como me dejaste -separó un poco las piernas enseñando las leves marcas violáceas en la región media de ambos muslos.

Cubrirse las marcas con la ropa fue fácil y el par de chupetones en el cuello intentaron ocultarlos con maquillaje. Hubiesen pasado desapercibidos de no ser por el dolor corporal y las grandes ojeras que dejaban en evidencia que no habían descansado casi nada.

Bajaron en silencio hasta la sala que usaban para compartir las comidas.

-Buenos días -los saludó Chikage y los invitó a tomar asiento junto a ella y su acompañante, ambos lucían igual de trasnochados.

Saludaron de vuelta y se dejaron caer demacrados en la silla.

-¿Se puede saber por qué sigues aquí? -le preguntó Kaito al policía que habían conocido anoche.

El dejó de leer lo que estaba leyendo en su teléfono y respondió.

-Para asegurarme de que todo siguiera en orden.

-Yo le dije que se quedara -aclaró Chikage con naturalidad.

-Ya veo -respondió su hijo algo receloso –Son muy amigos ustedes dos.

-¿Qué les pasó a ustedes anoche? -le cambió el tema y miró a ambos.

-¿A qué te refieres? -preguntó Kaito terminando de servir dos tazas de té, una para él y otra para Shinichi, claramente.

-Los vi algo alborotados y de un momento a otro desaparecieron. Aún era temprano. Le pregunté a los demás, pero nadie supo decirme -miró a Shinichi para evaluarlo –Por cierto, ¿Cómo te sientes?

-¡Ah, eso! -se apresuró a decir y no dejó que el detective respondiera la pregunta -Estábamos algo cansados y el ruido nos provocó dolor de cabeza.

Vio al hombre elevar un ceja, adivinando que no se habían ido por eso. Kudō bebió de su taza esperando que ella se haya creído la pequeña mentira porque tampoco estaba de ánimos para hablar mucho más de aquello.

-¿Y tú por qué estás tan callado? -preguntó el oficial dirigiéndose a Shinichi –Con lo risueño que estabas anoche -intentó ahogar una sonrisa.

Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiWhere stories live. Discover now