🌟Advertencias: no lo puse en el título pero hay una escena subida de tono
Efectivamente, era un grupo reducido, de solamente doce personas, entre ellos hombres, en su mayoría y un par de mujeres. Había coincidido con unos cuantos de ellos antes y es que, en todo ese tiempo, le estuvieron presentando a personas de diferentes oficios; todos cometiendo algún tipo de delito.
Y los chicos también le habían mostrado fotografías e informes de algunos individuos que podían estar relacionados con aquellos rostros.
Fue memorizando cada nombre y rostro nuevo, a pesar de que no tenía necesidad, ya que poseía un imperceptible micrófono oculto entre su ropa y sabía que los detectives estaban oyendo todo y trabajando desde el otro lado.
Se sentía como un accesorio nuevo, la señora lo presentaba, o más bien, lo presumía ante todos y él se presentaba resaltando sus habilidades de mago. Toda la atención recayó en él hasta la hora de la cena.
Los invitados fueron guiados hasta una pintoresca sala, con una gran mesa central rodeada de sillas con el número exacto de invitados. Se fueron sentando uno a uno.
Agradecía tener conocimientos para mantener la etiqueta. Miró la comida, se veía apetitosa, pero se llenó de sospecha al recordar el comentario de camino allí.
-Descuida, esto no tiene nada, pero no pierdas de vista ni tu plato ni tu copa –le aseguró ella.
Kaito se vio tentado de colocar una servilleta encima de su vaso y recordó sucesos del pasado.
La conversación tomó inicio girando en torno a negocios, escuchó atento y dejó que la mujer que lo acompañaba hiciera las preguntas. Le pidieron la opinión un par de veces, sus respuestas eran cautelosas y ensayadas, por lo que recibió completa aprobación y una que otra risa a cambio de ciertos comentarios con el objetivo de alivianar el ambiente.
Todo parecía ir normal, hasta que la hora de comida finalizó. El grupo se esparció nuevamente por la sala y fue en ese entonces cuando la mujer aprovechó para darle instrucciones.
-Ten –por debajo y susurrante, le entregó en la mano un pequeño dispositivo de almacenamiento –Camina por el pasillo y abandona la sala disimuladamente. Busca el despacho, en el interior debería haber un ordenador, intenta sacar todo lo que puedas. Yo intentaré distraer al resto -explicó frívolamente –Si alguien te descubre por allí, inventa una excusa –vio al joven asentir y moverse para dar un paso, pero lo detuvo -Aún no. Espera un rato más, cuando el alcohol haya hecho efecto.
Así lo hicieron, convivieron con el resto un tiempo más, siendo unos de los pocos que no bebieron alcohol. Al percatarse de que a algunos comenzaban a elevar las risas y las conversaciones pasaban a ser un poco menos formales, entendió que era el tiempo de actuar.
-Con permiso –se disculpó con el dueño de casa con quien llevaba un rato hablando –Voy un momento al servicio.
-Está al fondo del pasillo doblando a la derecha –indicó el hombre, de edad mayor y siguió su charla con la mujer, que no le quitaba la atención de encima.
Abandonó la sala y comenzó a trazar un mapa mental. No era una casa tan grande a comparación de otras, por lo que no le fue difícil ubicarse. Naturalmente, las habitaciones permanecían cerradas, se aseguró antes, de que no hubiera cámaras de seguridad y comenzó a abrir una por una.
Comenzaba a sospechar que el despacho que buscaba se encontraba en el piso de arriba. Sin mucho cuidado y pensando que seguiría sin obtener suerte, abrió otra puerta, encontrándose con la sorpresa de que en el interior había dos invitados.
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Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -Yaoi
FanfictionLuego de derrotar exitosamente a la Organización de los Hombre de Negro, Shinichi Kudō logra salir adelante y llevar una vida "con normalidad" trabajando como detective para la Policía Metropolitana. Todo esto gracias a su amiga Ai Haibara , ya que...