XLIX. Ética y Moral bajo autoridad

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-¡Puedo explicarlo! -exclamó Shinichi en modo de ruego, vio la mirada inquieta de Akai y Hakuba posándose sobre él. Y de fondo, la risa de Kaito comenzó a resonar. Más que nada por los nervios que lo carcomían por la situación.

-¿De qué te ríes? -le regañó Heiji -¡Están los dos en un gran problema!

Kaito logró zafarse y se acomodó el cuello de la camiseta.

-Tiene una explicación -comenzó a inventar una historia en su cabeza que no fuera tan vergonzosa.

-¡La única explicación es que tienes la entrepierna caliente y eres incapaz de comportarte! -lo interrumpió el rubio.

-¿Es que acaso no tienen respeto por nadie? -Heiji miró hacia abajo clavando los ojos en Shinichi y se cruzó de brazos en una actitud firme, dando a entender que no los dejaría en libertad hasta que le dieran una explicación.

-¡Te lo dije! -le reclamó Kaito a Shinichi -¡Había que incendiar ese vehículo!

-Iré a preparar la cena –Akai se puse de pie para dejar al grupo con sus problemas.

Ambos fueron obligados a tomar una postura reflexiva. Mientras Heiji y Hakuba esperaban con total atención y desagrado la verdad de toda esa historia.

-¿Y bien? -el moreno seguía con los brazos cruzados, sin apartar los ojos de ambos –¡Y te advierto que esa cara de niño que traes ahora no va a funcionar conmigo!

El pequeño Shinichi suspiró rendido.

-¿Qué quieres? ¿Qué te cuente los detalles? -comenzó a sudar de los nervios.

-Por supuesto que le interesan los detalles -soltó Kaito tensando aún más la situación -Después de todo, es virgen.

-¡Tú, guarda silencio! -Hakuba le hizo callar para escuchar las palabras del detective.

Heiji miró furioso al mago por el comentario. Y Shinichi, al ver que la discusión no estaba llegando a ningún punto, y qué el hecho de provocar a Hattori sería peor, decidió terminar con el embarazoso momento de una vez por todas. Desde luego, sin entrar en detalles que eran privados y nada relevantes.

-¡Es que no puedo creerlo! -reflexionó el rubio ahora ligeramente más calmado -¿Significa que no podemos dejarlos solos?

-Tienes mi palabra de que no volverá a ocurrir nada similar –prometió con la cabeza aún media agachada. Era insólito que alguien con quien ni siquiera tenía una relación de confianza le estuviera dando una reprimenda.

-¿Así como prometiste cumplir con lo que te pedí? -Heiji seguía molesto y avergonzado por tener que pasar por eso. Sumado a que él fue quien tuvo que dar la cara y exculparlos cuando recibió el informe.

-Hattori, por favor –le respondió Kudō con amargura.

Kaito, quien había intentado guardar silencio en todo ese rato, decidió hablar.

-Digo lo mismo -apoyó sus manos detrás de la nuca y agregó insidiosamente–Pero recuerda que son cosas de dos. Así que si vuelve a ocurrir...

-¡Kaito, cállate! -le gritó el niño -Fin del tema -volvió a encararlo –Y tenemos una conversación pendiente.

Por supuesto que se refería a la información que lo concernía. El ladrón de guante blanco andaba divulgando su vida a cualquiera y le daba igual que fuese bajo efectos de alguna sustancia. Y esperaba poder discutir aquello lo antes posible.

Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora