XVI. ¿Puedes leer uno más?

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Esperaron un momento y cuando finalmente decidieron dar un par de golpes a la puerta de la habitación y tras no recibir respuesta, no les quedó de otra que entrar sin permiso para toparse con la sorpresa de que el par seguía sonriéndose tomados de la mano. Ante tal intrusión, el detective dio un brinco y soltó las manos del mago instintivamente.

-Permiso –se disculpó la detective Sato –Kaito Kuroba ¿No es así? Me alegra que te encuentres mejor –dijo ella sinceramente.

Shiratori sacó su placa en modo de que quedara visible –Lamento la interrupción, pero estamos aquí para tomarte declaraciones de lo sucedido –su tono también era comprensivo, aunque se notaba bastante incómodo.

-Entiendo-respondió Kaito con voz débil -Pero no recuerdo mucho.

-Todo lo que recuerdes es información importante –lo animó Shinichi siguiendo su papel de desentendido a la perfección.

Kaito resumió como pudo una historia donde él iba de camino a casa de Kudō para ningún asunto relevante, una mera visita nocturna, pero al intentar acortar camino fue testigo de un tráfico de drogas que se estaba realizando a las afueras de un baño público de un parque. Explicó como en un fallido intento quiso negociar con ellos para que lo dejaran ir sin avisar a las autoridades, pero entre el jaleo uno de ellos terminó disparando su arma.

-El informe médico indicó que tenías puntos de sutura –Sato releyó las hojas de dicho informe –Que parecían haber sido realizados por alguien que sabía hacerlo.

Kaito miró hacia la ventana pensativo –Recuerdo haber caído al césped e intentar caminar para pedir ayuda ¿Está segura que el doctor está en lo correcto?

-No creo que un profesional se equivoque a tal magnitud en su diagnóstico -explicó Shinichi–El doctor, además dijo que venías en muy mal estado y antes de anestesiarte sospechó que podías sufrir de un shock post traumático, como indica el informe.

-¿Recuerdas en que parque fue? -interrumpió Shiratori –Podemos seguir el rastro de sangre y así atar cabos.

-Eso creo –le respondió tensándose.

-Pero detective -agregó Kudō -Él dijo que cayó al césped y yo recuerdo que su ropa estaba mojada.

Sato suspiró -O sea que los rociadores de agua debieron haber borrado cualquier rastro.

El ambiente comenzaba a ponerse un poco tenso. No era que los detectives dudaran de la palabra del ladrón, pero notaron que mientras la historia avanzaba, más confusa se volvía.

-De algún modo fuiste a parar a las afueras de la residencia de Kudō, afortunadamente ellos te trajeron hasta aquí -Shiratori habló.

Kaito hizo una mueca -¿De verdad? No lo recuerdo...Gracias, de todas maneras –le sonrió a su cómplice.

-No quiero seguir presionándote por ahora –le explicó la detective –Necesitas descansar, aunque necesitaremos contactarte para cuando te encuentres mejor a ver si recordaste algo más.

-Claro -asintió -A penas recuerde algo no dudaré en informarle.

-Kudō-kun ¿Puedo dejarte el resto a ti? -preguntó ella mirando al recién nombrado –Supongo que será más fácil para él abrirse contigo.

-Claro, cuente con mi apoyo –se sonrojó él.

Ella terminó de anotar algo en su libreta y se puso de pie con claras intenciones de abandonar el lugar. Su compañero la imitó.

Oh! Rival (Kaishin-Shinkai) -YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora