Capítulo Cuatro: Empieza el juego

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Cinco días desde la desaparición de Dianora

Al día siguiente, el entrenamiento estaba siendo igual de agotador que siempre. Dianora hasta podía llegar a compararlos con los de la Royal Academy, ya que el entrenador Schiller era mucho más exigente de lo que el Comandante fue. Tanto en el calentamiento como en los partidos que tienen entre ellos, los cuatro equipos de Schiller.

Ese día eran solo tres.

La tensión e incomodidad inundaba el ambiente, por mucho que Xavier e Isabelle intentaran cambiarlo. Era así desde el primer momento que entrenaron juntos, y Dianora sabía la razón. O al menos se hacía la idea. Que ella estuviera usando dos componentes en su cuerpo —uno desconocido y el otro, el néctar de los dioses—, hizo que no la quisieran cerca. Todos eran unas ratas de laboratorio, pero la veían como si no fuera nada en comparación con ellos por el simple hecho de estar entrenando "naturalmente" con quiénes sí fueron manipulados de algún modo. También suponía que era porque Astram Schiller la felicitaba cuando los supera en algo. Eso los ponía rabiosos, pero lo ocultaban muy bien.

Se sentó en la banca con pesadez y agarró la toalla limpia que le habían dejado, poniéndola sobre sus hombros. Después agarró su botella con agua y tomó largos tragos. Cuando la acabó toda limpió el sudor de su frente con la toalla, observando a su alrededor. Había estado pendiente de cada uno de los jugadores desde que empezó el entrenamiento, esperando que la persona elegida para ir a las instalaciones NARA se descuidara y lo mencionara; o conseguir por lo menos alguna pista que la hiciera sospechar de esa persona.

Suspiró. Se le estaba acabando el tiempo y todavía no avanzaba lo que le hubiera gustado. Tendría que empezar a pensar en otras alternativas si esa persona no se mostraba.

—Pareces estar en problemas.

Miró a Isabelle que se acercaba a ella con dos botellas de agua.

—Me supuse que te la terminarías rápido —explicó al notar su mirada sobre la botella y se la tendió.

—Gracias —murmuró observando como se sentaba a su lado. Todavía le parecía un tanto incómodo que le hablara y la tratara con normalidad, siendo lo contrario que los demás. Xavier también la confundía con su ayuda y amabilidad, pero sentía que él tenía razones diferentes. No lo entendía y tampoco es que quisiera matarse la cabeza en esos momentos para hacerlo. Tenía mejores cosas en las que pensar.

—Entonces, ¿Qué te tiene pensativa? —cuestionó antes de dar un trago a su propia botella.

«Tal vez con ella pueda conseguir algo», pensó, preguntándose cómo no se lo había cuestionado antes.

—Pensaba en salir.

La reacción a sus palabras fue totalmente diferente a la que pensó que recibiría. Isabelle Trick la miró con el ceño ligeramente fruncido, la curiosidad brillando en sus ojos color turquesa.

—Ahora que lo pienso, es cierto —dejó la botella en el suelo y giró su cuerpo hacia Dianora para verla de frente—. No has salido desde hace, ¿cuánto? ¿Cuatro días?

Dianora asintió, todavía confundida de que se lo haya tomado con tanta ligereza. Había estado esperando una reacción mucho más violenta o una directa negativa.

—Yo me hubiera vuelto loca si fuera tú —soltó una risita—. Bueno, podríamos intentar convencer al entrenador para llevarte a NARA, ¿Qué te parece?

Dianora ocultó su sorpresa y compuso una mueca, mostrando confusión.

—¿NARA? ¿La emisora de televisión?

𝐃𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍 • 𝑱𝒖𝒅𝒆 𝑺𝒉𝒂𝒓𝒑Where stories live. Discover now