🦋𝟏𝟖🦋

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—No olvidemos que Jeno también está en busca de poner fin a todo esto —recordó Yoongi, con un tono más cauteloso—. No podemos subestimarlo. Aunque parece que está en conflicto con su hermano, también es un peligro.

La noche cubría Seúl con su oscura quietud, mientras el coche avanzaba lentamente por las calles desiertas. El sonido del tráfico y el zumbido monótono del motor creaban una sinfonía constante que acompañaba una conversación cargada de urgencia. Dentro del vehículo, el aire estaba lleno de una incertidumbre palpable, y las voces de los ocupantes apenas se escuchaban sobre el murmullo lejano de la ciudad.

Jungkook permaneció en silencio por un rato que se sintió eterno, su mirada fija en la carretera que se extendía ante ellos, iluminada por las luces parpadeantes de los semáforos y los faros. Finalmente, tomó aire profundamente, como si necesitara reunir cada fragmento de valor para confesar lo que lo atormentaba.

—No, no estoy bien —dijo en voz baja, su tono cargado de una vulnerabilidad que rara vez dejaba ver—. Es más difícil de controlar de lo que pensé. Necesito estar en un lugar seguro antes de que... —su voz se quebró, incapaz de terminar la frase, dejando en el aire la gravedad de lo que temía.

Eunwoo asintió, sus manos tensándose sobre el volante, entendiendo sin necesidad de más explicaciones. Aceleró un poco, la preocupación por Jungkook pulsando en cada uno de sus movimientos, decidido a llevarlo a casa lo antes posible.

El coche se deslizaba por las calles, más vacías de lo habitual. Cada vuelta y cada semáforo pasaban en un parpadeo, la ciudad desierta parecía conspirar con la urgencia del momento. El silencio entre ellos era tenso, solo roto por el zumbido del motor y el chirrido ocasional de los neumáticos sobre el pavimento húmedo.

Eunwoo miró a Jungkook a través del retrovisor. La luz intermitente de las farolas iluminaba su rostro, mostrando la palidez de su piel y la firmeza con la que apretaba los labios, como si intentara mantener una compostura que se desvanecía lentamente.

—Vamos a resolver esto, Jungkook —dijo Eunwoo, su tono firme pero lleno de una preocupación sincera, tratando de infundir confianza en la atmósfera cargada de desasosiego.

Jungkook asintió levemente, sus ojos todavía brillaban con un rastro de miedo y una determinación sombría. Sabía que si no bebía sangre pronto, no solo su bienestar estaría en peligro, sino también el de todos aquellos que lo rodeaban. La idea de perder el control lo aterraba.

El coche se detuvo finalmente frente a la casa de Jungkook, el chirrido de los frenos rompiendo el silencio de la noche. Los demás observaban desde el interior del vehículo, sus rostros iluminados por las luces pasajeras, mientras Jungkook salía del coche con un andar tambaleante, cada paso un esfuerzo visible.

Un hombre, que pasaba por allí, al ver a Jungkook, se detuvo alarmado, su expresión reflejando una mezcla de curiosidad y preocupación.

—¿Joven, está todo bien? —preguntó con un tono cargado de genuina preocupación, sus cejas fruncidas mientras observaba a Jungkook.

Jungkook, luchando por mantenerse en pie, se llevó una mano al cuello del hombre. Sus ojos, brillantes con una necesidad feroz, no ocultaban la desesperación que lo consumía, cada latido de su corazón resonando en sus oídos como un tambor.

—Tengo mucha hambre... —murmuró con voz rota, disculpándose por la urgencia de su necesidad—. Lo siento mucho, pero necesito alimentarme.

El hombre, asustado, intentó retroceder, su rostro descompuesto por el miedo, pero Jungkook lo sujetó con una fuerza sorprendente. La tensión aumentaba con cada segundo que pasaba, mientras Eunwoo, Jaemin y Yoongi gritaban desde el coche, intentando detener lo inevitable.

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⏰ Última actualización: Aug 09 ⏰

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𝐁𝐮𝐭𝐭𝐞𝐫𝐟𝐥𝐲 || ➵ 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧 [𝐑𝐞𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora