𝐆𝐚𝐧𝐠, 𝐒𝐮𝐧𝐠𝐡𝐨𝐨𝐧.

f i v e t e e n

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Estirando sus brazos, la chica soltó varios sonidos por la boca al escuchar los satisfactorios crujidos de sus huesos.

Bostezó y sacó un cigarrillo de la caja, no tenía pensado volver a fumar, pero la suerte no está de su parte.

Lo encendió y le dio una larga y profunda calada, llenando sus pulmones con la tóxica sustancia.

- No deberías fumar - una voz a sus espaldas le hizo salir de su burbuja.

- ¿Porque es malo para la salud? Lo sé, así muero antes - la chica respondió volviendo a colocarse el cigarro entre sus labios.

- Al menos invita a uno - el chico se sentó a su lado, mirándole con cejas enarcadas.

Minji estaba de humor y le extendió la caja, el chico sacó uno y lo dejó contra sus labios, esperando a que ella lo encendiera.

La chica le extendió el mechero y el rubio rodó los ojos, encendiéndolo.

- Gracias - habló una vez soltó el humo de su boca.

- Hablas de que no fume tabaco pero de la marihuana no te quejas - Minji soltó pequeñas risas.

Jay sonrió suavemente al saber que la chica recordaba su primer encuentro.

- Es bueno para la salud - el americano habló con tono divertido.

La menor giró su cabeza para mirarle y rio fuertemente, mientras que el mayor estaba satisfecho con haberle sacado una sonrisa.

- Eres gracioso - la chica movía sus piernas hacia delante y hacia detrás.

A pesar de que Jay no le había respondido él dejó el cigarro entre sus labios y se quitó la chaqueta, apoyándola en las piernas de la chica.

Minji le observó con mirada curiosa, intentando averiguar el por qué de esa acción.

La brisa apartaba su pelo y su falda se levantaba, y Jay era un caballero así que no quería incomodar a la chica.

- ¿Qué tal con Sunghoon? - preguntó el chico expulsando el humo.

Ella suspiró y copió su acción, su cigarro a punto de acabarse.

- No opino - encogiendo sus hombros la chica volvió su vista al frente.

- Es difícil de llevar a veces, pero es buen amigo - Jay siguió hablando ya que no quería dejar de hablar con ella.

Minji asentía con la cabeza repetidas veces sin saber qué decir.

- Estar cerca tuya es relajante - el rubio admitió dándole la última calada a su cigarro.

Ella volvió a girar su cabeza con ceño fruncido, esperando una explicación.

- Me relaja estar a tu lado - su pequeña sonrisa era pura y Minji no pudo evitar sonreírle de vuelta.

- Quién diría que el playboy de todo el centro tiene su lado sensible - ella le golpeó el hombro suavemente.

Jay soltó pequeñas risas y aplastó el cigarrillo contra el suelo, Minji copiando su acción.

El chico se levantó y le extendió la mano a la chica, la sonrisa aún sin borrarse de sus labios.

Ella le extendió su chaqueta mientras quitaba el resto de polvo de su ropa, un suspiro saliendo de sus labios.

Jay observó la puerta y la vio abierta, se extrañó ya que la cerró justo después de entrar él.

Aún así le abrió la puerta a la menor y le dejó pasar.

- Las damas primero - la sonrisa juguetona decoraba sus labios.

- Que caballeroso joven - Minji le siguió el juego.

Ambos rieron mientras bajaban las escaleras y se dirigían hacia su aula, charlando de cosas triviales.

Por primera vez en su vida, Minji se estaba sintiendo segura de ser ella misma junto a alguien.

Sus ojos brillaban y su sonrisa era enorme, y a alguien le daba celos ya que él no era el causante de ello.

Lo que él no sabía, era que Jay se había percatado de todo.

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