10° More

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Gimió contra sus dedos, intentando retener todos los sonidos que abandonaban sus labios evidenciando lo que él y MinHo hacían en la habitación.

—¿Chan está en casa? —preguntó el menor, arqueando la espalda cuando MinHo lamió su miembro desde la base hasta la punta.

—No —aseguró Lee subiendo sus besos por el vientre del menor, alzó la prenda superior del pijama y jugó con uno de sus pezones con sus dedos índice y pulgar—. Fue a casa de SeungMin hace un par de horas.

—Hmm... —intentó formular alguna respuesta, pero ahora la boca de MinHo era la que trabajaba en su pecho, estimulándolo hasta ganarse suspiros de nuevo. Su cuerpo estaba caliente, como si todo su interior estuviese en llamas, cualquier casi imperceptible toque sobre su cuerpo le hacía delirar.

El mayor acarició con su diestra su pene goteante, de arriba hacia abajo, sonriendo de esa forma tan provocativa sobre sus sensibles botones rosas cuando JiSung ahogo un gemido contra sus propias manos.

—E-Espera —detuvo Han cuando el felino tenía las intenciones de volver a tomarlo en su boca, para probablemente chupar hasta hacerlo rodar los ojos—. Quiero... Uh, déjame intentar algo.

El de cabellos grises esbozó una sonrisa traviesa mientras le subía los delgados pantalones otra vez, acercó sus rostros y besó profundamente sus labios, introduciendo su lengua y probando su boca expertamente haciendo que JiSung suspire, para después decir:

—Está bien, bebé.

El mencionado tardo unos segundos en recomponerse del ósculo intenso, tomó los hombros del mayor y le dio vuelta a ambos cuerpos, quedando sentado en el regazo de MinHo. Comenzó a restregarse de adelante hacia atrás, sintiendo la dura erección de Lee presionándose contra su trasero. El más alto se apoyo en el respaldar de la cama, encontrando una posición más cómoda, y lo atrajo en un beso cortándole la respiración.

—MinHo... A-Ah —jadeaba JiSung sin dejar de moverse, su cuerpo temblaba y sentía que podría desmoronarse en cualquier momento, se sujetó más fuerte del mayor y sus dedos presionaron la parte posterior de su cuello—. ¡MinHo!

Lee seguía sonriendo de esa forma enloquecedora, su diestra lo sostenía de la cadera, animándole a continuar moviéndose suciamente sobre su pene. Entretanto, su mano libre se dirigió a los pantalones del pelimarrón, lamió los belfos rojos e hinchados de JiSung y no tardó en comenzar a masturbarlo.

—Vamos, amor —alentó empujando el cuerpo más pequeño hacia atrás, ubicándose entre sus piernas.

Han arqueó su espalda entre gemidos dulces, arañando la piel del mayor bajo la delgada camisa ante todo el placer adormeciéndole de pies a cabeza.

MinHo comenzó a simular embestidas, teniendo el control total sobre ambas anatomías, ocasionando un grito por parte de JiSung.

—Más, necesito más —lloriqueó el menor alejando cualquier rastro de vergüenza, alzando la parte superior de sus prendas para tocarse a sí mismo, sus dedos presionando sus sensibles pezones—. Dame más, Honnie.

La mirada del más alto se oscureció levemente, sin detener sus movimientos comenzó a besar y lamer el cuello de JiSung, no queriendo hacer alguna marca sin haberle consultado antes, escuchando sus gimoteos vibrando contra su boca.

—Date vuelta, cariño.

El castaño no dudó en hacerlo, confiando ciegamente en el mayor. Menenando inconscientemente su trasero contra la erección del Lee, la delgada y ahora húmeda tela permitía sentirla como si no llevase nada encima.

Sintió los dedos del felino sostener sus pantalones y bajarlos junto a su ropa interior, apretando juguetonamente ambas mejillas para luego restregar su polla contra él. JiSung sabía que el mayor no llevaba ropa interior, la extensión sintiéndose de una manera tan alucinante, llevó su mano derecha a su propio falo, jalando en movimientos desesperados y buscando su propia liberación.

El mayor relamió su labios ante la vista que el mejor jadeante sobre las sábanas le ofrecía. Con el rostro contra la cama, sus ojos brillaban a causa de las lágrimas cargadas de éxtasis rodando por sus preciosas mejillitas sonrojadas, alzaba su culo tan dispuesto a recibirlo en ese preciso momento, tuvo que contener las ganas de darle una nalgada.

Tragó duro y se bajó los pantalones.

—Amor —llamó directamente en el oído del menor, quien tembló ante el tono ronco que usaba su chico al morder suavemente el lóbulo de su oreja—, no voy a follarte ahora.

JiSung lo sabía y, pese a que se sentía aliviado, no pudo evitar frustrarse un poco. La necesidad hormigueaba en su cuerpo, moviéndose contra la cama anticipando la siguiente acción de MinHo.

Pudo sentir su pene deslizándose entre sus muslos, ocasionando también que ambos miembros se resbalaran juntos. Empujo hacia atrás, buscando más contacto entre sus cuerpos, alzando más su trasero.

Y MinHo comenzó a embestir, su polla perdiéndose en la suave piel canela, jadeando al compás del menor, sus dedos presionándose en la estrecha y linda cintura, echó la cabeza hacia atrás y continuó con los movimientos duros.

—O-Oh, Dios —Han arrugó las mantas bajo sus dedos, maltratando su propio labio inferior—. Más rápido, Honnie, mmh...

—Junta más las piernas, Hannie —pidió el mayor, cerrando los ojos cuando las sensaciones fueron muy abrumadoras.

El menor obedeció sin replicar, no tardando en ensuciar las sábanas y su abdomen con su propia semilla, soltando un gemido ahogado al tener su rostro presionado contra la cama.

El mayor se alejó un poco, dejando con delicadeza el cuerpo cansado de su chico sobre el colchón, ahora tocando desesperadamente su pene en busca de su propio orgasmo. Un gruñido lleno de frustración raspó su garganta.

Volvió a cerrar los ojos, su mano bombeando fuertemente, una ligera presión se instaló en su vientre bajo. Pero no era suficiente aún.

Y, repentinamente, una lengua cálida y suave lamió la cabeza de su polla. Abrió los ojos, encontrándose con el lindo castaño mirándole fijamente, chupándole como si se tratase de su dulce favorito.

Mordió su labio inferior, Han JiSung era demasiado. Su mano libre sujetó sus cabellos, enredando sus dedos sin intenciones de follar su preciosa boca, sólo mimándole sin ser exactamente consciente de ello.

—Eres tan bueno —halagó sin dejar de mover su diestra a lo largo de su falo, jadeó— Muy bueno, JiSung.

No había necesidad de más, bastando con esa linda boquita rodeando el glande de su necesitado pene y esa mirada oscura anhelando que se corra de una vez, intentó alejar con cuidado a Han, pero este se negó presionando hacia adelante.

En cuestión de segundos, gimió entregándole al menor lo que parecía querer, dio una embestida leve y lenta entre sus labios cereza y acunó su rostro con una mano mientras se venía en su cavidad bucal.

Se separaron, la sustancia clara resbalando por los labios de Han, resaltando sus ojos vidriosos y esa sonrisita tímida, su lengua trazó cualquier rastro de blanco y MinHo pasó saliva con dificultad.

Siempre necesitaba más de JiSung.



Siempre necesitaba más de JiSung

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SQUIRREL & CAT ♡ minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora