Capítulo 48

1.9K 100 111
                                    


Capítulo 48

Estaba por salir al trabajo cuando alguien abrió de un portazo y me tiró... A mí, a mi propia alfombra.

- ¡Buenos días, estrellitas! ¡Su diosa les dice hola! - Dijo Victoria con los brazos extendidos y en una pose triunfal viendo al techo, casi como aprovechando las luces como reflectores en la obra teatral se su vida.

Yo me sostenía de la frente.

- Victoria... ¿Cómo carajos entraste a mi casa?

- Primero que nada, es: buenos días, adorada tía Vicky. Y segundo... - Básicamente sacó de detrás de sí a una Katherine, medio adormilada. - ¡Dile hola a Katie!

Era la primera vez que la veía así de casual, en simples shorts de deporte negros, tenis grises y un hoodie gris grande. Algo despeinada, su cabello iba en coleta de medio lado. En cierto modo, se veía adorable, perdida y sin mucha relación con nada del entorno más que un anhelo por tirarse en algún sillón para reconciliar el sueño, en silencio, como debería ser; sin fastidiar a nadie y como si nunca pudiera iniciar ningún pleito. No obstante, ella pareció darse cuenta de a quién tenía en frente, que era yo tirada en el piso, y claro que maldita niñata me saludó con sardónica, tirándome en frente un ganchillo de cabello y una ganzua.

- Buenos días, bruja malvada, debería mejorar su sistema de seguridad mientras voy a ver a su prisionera, sin su permiso. - Pasó por sobre mis piernas como si nada, acarició a Dana, quien la siguió, y fue a buscar a Rossie.

Me levanté, con ayuda de Victoria, obstinada.

- ¡Maldita sea, Victoria! ¿Qué hacen aquí?

Me miró, cruzándose de brazos y usando su pie, perfectamente contorneado en las tiras de sus sandalias de tacón, cerró la puerta.

- Bueno, tienes a una de mis bebés cautiva, en un probable e indecoroso estado de dicha poscoital... ¡Vine a darle amor decente y maternal! Diversión y atención bien merecida para una nena como ella, mientras tú te vas a jugar a la empresaria.

- ¡No es juego ser una jefa en una compañía!

- Que bueno que ahora entiendes mi perspectiva en el mundo, Lena, pero: ¿Cuántas veces te dije que no juegues en el piso? - Me tomó del brazo y empezó a darme palmadas sobre los glúteos para limpiarme la falda, haciendo pequeños sonidos de reproche con la lengua. - Tsk! ¡No vayas a la oficina así! Quién diría que a esta edad no entiendes que jugando en el suelo te ensucias...

Me quité sus manos de encima. Va muy rápido, sin duda de ha tomado su café cargado, me irrita cuando habla demasiado.

- ¡Basta, basta, basta! - Exigí. - Primero que nada: tú me tiraste. Segundo: Soy una mujer adulta, lo que me lleva a lo tercero: vuélveme a dar una palmada sin mi expreso pedido y consentimiento escrito, y te prometo que vas a ir a llorarle a tu manicurista cuando te arranque las uñas.

Rió.

- Aw!~ Parece que aún tienes pecas, se marcan adorables puntitos entre el rojo de tu carita enojona. ¡Eres tan preciosa! - Me acarició el cabello.

Me alejé, severa. ¡Es imposible tratar con ella!

- Victoria, sabes que es ilegal irrumpir a la casa de otros sin permiso.

Viró los ojos y luego puso cara de estar aburrida, al quitarse el chaleco y colgarlo con elegancia como cada gesto suyo.

- Dijo eso la pequeña Lena que a sus 22 años entró a mi recámara a las tres de la mañana de un lunes, en busca de consejos para evitar a una policía que la acosaba y con la que tenía cierto historial amoroso...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 25, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

[PAUSADA Y EN MUDANZA] Maestra... ¿Todo bien?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora