✾Capítulo Diecisiete.

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No pienses en nada
No digas nada, ni siquiera una palabra
Sólo dame una sonrisa
Todavía no puedo creerlo
Todo esto parece como un sueño
No trates de desaparecer

Tres golpeteos insistentes en la puerta lo alertaron. Gruñó como un león y revisando la hora en su celular se dispuso a abrir la puerta. Las diez y media de la noche, no era muy tarde, pero él planeado dormir temprano para salir temprano a entrenar. Más golpes se oyeron en su camino a la entrada. Jimin se dijo que sólo podía tratarse de Hoseok pues era la única persona que conocía su dirección.

—¿Qué demonios quieres, Jung? —masculló al abrir la puerta, mas no era su amigo quien aguardaba afuera sino el pequeño Jungkook.

—Lamento molestarte —dijo a modo de saludo, temblando por el frío de la noche.

—¿Qué haces aquí?

Jungkook sintió frío ante tan hosca pregunta y por un segundo temió haberse equivocado.

—¿Puedo pasar?

Jimin asintió vagamente y le dejó espacio para entrar.

¿Es verdad? ¿Es verdad?
Tú, tú
Eres tan hermosa, que tengo miedo
¿Es mentira? ¿Es mentira?
Tú, tú, tú

Su departamento no era un lugar lujoso, apenas y habitable debido a sus carentes hábitos de limpieza, aunque para eso pagaba la limpieza. Pero por segundos se sintió apenado de recibir a Jungkook de forma tan decadente.

El muchacho se sentó en el sofá y sólo entonces Jimin fue consiente de la forma en la que iba vestido. La misma ropa de aquella noche cuando fueron atacados y si se acercaba un poco seguramente podría percibir el aroma a suero y hospital.

—¿Te has escapado del hospital? —jadeó el hombre.

—Algo así —confesó abochornado—. Me disgustan los hospitales.

—Supongo que te sientes bien, entonces.

—Jimin —llamó desesperado—, ¿puedo quedarme contigo esta noche?

—No creo que a tu padre le guste que hagas esto. Ese hombre me detesta, aunque no puedo decir que yo lo aprecie.

—Por favor, seré un buen chico —ofreció con una sonrisa ladeada, aunque por dentro esta consumido por el nerviosismo.

¿Te quedarás a mi lado?
¿Me lo prometes?
Si suelto tu mano, Podrías irte volando
Tengo miedo, miedo, miedo de eso

Jimin esbozó una sonrisa cínica y asintió. Llevó al chico a su recámara y le ofreció ropa y la ducha, por si quería lavar su cuerpo del aroma enfermizo que llevaba impregnado. Jungkook aceptó y se metió a bañar. El boxeador lo esperó afuera mientras arreglaba su habitación. Sus guantes de boxeo estaban tirados en el piso, las vendas para las manos junto a ellos y un montón de otras cosas que le avergonzaba tener tiradas. Admitió que debía aprender a limpiar constantemente y no esperar al fin de semana a la llegada de la mujer de la limpieza. Seguramente Hoseok celebraría su decisión pues llevaba años rogándole por ese cambio.

Jungkook salió cubierto con la toalla. Jimin le enseñó una amplia camiseta y un short gigante, aunque todo era gigante para Jungkook si se trataban de las prendas del boxeador. El joven se rio de la situación.

—Es un cliché.

—Quizás, pero es lo que tengo. Sin embargo, no me disgustaría que duermas desnudo —ofreció relamiéndose los labios.

Fight For Love (Jikook)[Adap.]Where stories live. Discover now