Calido

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Jungkook se encontraba soñando con salvar la ciudad como su super héroe favorito siempre hacía en todos los comics; con una gran sonrisa. Así era su sueño hasta que escucho la habitual alarma sonar, alarma a la cual ya se había acostumbrado luego de haber pasado un par de meses ya en esa prisión.

Abrió los ojos perezosamente, ya había calculado cuanto tiempo demoraba en llegar el guardia a apresurarlos a las regaderas.

Lo primero que vio fue el colchón de la litera sobre su cabeza y lo primero que olio fue al alfa que se encontraba ejercitando se en el piso a lado de él, como todas las mañanas.

-Buenos días, Taetae. – Le sonrió Jungkook mientras se incorporaba. El alfa no respondió el saludo, pero si paro sus abdominales para verlo por un momento, siendo esa su forma de decirle buenos días.

Lo cierto era que desde aquellos encuentros en la biblioteca, y luego el tiempo en la celda, el alfa y el omega pasaban casi todo su tiempo juntos, excepto en los horarios laborales y cuando se ejercitaban con los de su tipo.

Incluso Jungkook había comenzado a llamarlo de una manera más amigable.

Taetae.

Al principio el pelinegro se rehusó, pero terminó por resignarse y simplemente dejarlo pasar.

Aunque el omega sonreía para sí mismo cada vez que el omega rubio le intentaba llamar de esa forma y el alfa reaccionaba explosivamente.

Cuando Jungkook se levantó por fin de la cama, Taehyung paró de ejercitarse y tomó su toalla junto al menor y juntos se encaminaron al baño mientras el omega le platicaba con su sueño con Iron Man.

Eventualmente Jungkook descubrió que el pelinegro era gran fan de este personaje también.

“Lo peor de entrar a este lugar de mierda es que ahora tengo que leer los putos cómics como meses después, hasta que algún estúpido los traiga aquí

Eso es lo que el pelinegro había comentado al respecto, así que desde esa ocasión, Jungkook se aseguró de pedirle todos los cómics a Ji-eun, para que Taehyung pudiera leer todas las ediciones que se había perdido.

Algo que había aprendido del pelinegro es que nunca recibía visitas, y nunca lo había hecho hasta donde todos sabían. Pero el omega ya no había cometido la imprudencia de preguntarle algo tan personal de nuevo. Así que ambos estaban ahí, cohabitando en una celda sin saber porque el otro estaba ahí.

Otra cosa que aprendió era que Taehyung podía usar el baño de omegas, ya que al parecer era uno de los pocos alfas en esa cárcel que no se comportaba como un animal. Igual eran regaderas individuales y no se podía hacer mucho con todos los demás presionando por su turno, y el tenía que ser extremadamente rápido para irse a la cocina luego.

-Te veo luego, Taetae. – Se despidió sonriente el omega mirando correr al alfa todo empapado fuera de los baños, directo a la celda para luego irse a la cocina.

Jungkook no había vuelto a tener problemas con los otros alfas desde aquel incidente con Seokjin en la cafetería. Al parecer Taehyung si los había intimidado después de todo.
Y siendo omega y estando con los omegas, no había muchas formas de meterse en problemas con los guardias o los otros reclusos.

Jeon se alegaba a su rutina diaria y todo marchaba bien.

Regresó a su celda a cambiarse. Desde que le habían cambiado el uniforme naranja por uno caqui, ya casi nadie le miraba diferente. Ya se había hecho uno más en ese lugar. Y eso no le agradaba, pero tampoco podía decir que había sido desagradable hasta ahora. Le había tocado una buena manada después de todo.

DOG DAYS |Taekook|Where stories live. Discover now