20. La marca de una alma rota.

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Ya habían pasado algunos días desde aquel terriblemente acontecimiento que tuvo como protagonista a Luisa María Silva y desde ese momento,nada era como antes. La joven se había refugiado en la soledad de su habitación, pasaba horas enteras dibujando y llorando a la vez, tanto era el odio que tenía acumulado en el alma, que no le dirigía la palabra a su padre, tampoco había contestado las incansables llamadas de Samuel ni recibido las visitas de sus amigos, incluido Dalver,detestaba que le tuvieran lástima,ni siquiera con Maira hablaba,a pesar de que ella le llevaba la comida a su habitación todos los días. Sin embargo aquella soledad no lograba calmar la herida profunda que llevaba en el alma, deseaba escapar, quería volver a su antigua vida en el instituto artístico y refugiarse en los trazos de los dibujos. ¿ Y si lo hacía?,¿y si huía?, fácilmente podía conseguir un empleo de el instituto ya que tenía el primer puesto en dibujo avanzando,el mismo director del instituto se lo había dicho cuando el curso terminó,ella podía solicitar una plaza para maestra de dibujo cuando quisiera. Ese jueves se la pasó pensando en esa idea, después de todo,era una buena forma de escapar de su realidad. Pensó en llamar esa misma noche,pero se acordó de que a esas horas,el director ya no atendía,así que pospuso su plan para el día siguiente a primera hora.

Faltaban solo tres días para el festejo del Día del padre, aunque Arturo sabía perfectamente que no iba a ser el mejor,por todo lo que había sucedido. Aún no conseguía que su hija le dirigiera la palabra,le dolía,pero la entendía, entendía su sufrimiento, debía ser difícil y doloso ver arrebatada su virginidad de la peor manera. La comprendía porque él también había pasado por lo mismo,sin embargo,a él no solo le arrebataron su dignidad de hombre,sino también su pequeña familia,le arrebataron los deseos de ver crecer a su hijo y envejecer con su esposa. Aunque con respecto a su hijo, Arturo sabía muy bien donde estaba,lo conocía y lo había visto sonreír muchas veces,en los parques,en el puente del río y en su propia casa. Lo amaba y lucharía por él hasta la muerte. Deseaba con toda su alma que su pequeño lo aceptara. Su hija y él habían sufrido demasiado para algún día volver a ser felices y ahora,su princesa había pagado un precio caro por eso. ¿ Se vengaría?, sí,pero debía tener paciencia,esperar con calma hasta volver a tener a su hijo en sus brazos y luego empezaría a hacer justicia por su propia cuenta, primero por su hija, luego por su esposa y por los años perdidos que no pudo disfrutar a su bebé.

Ese viernes por la tarde, después de llegar de su trabajo,Arturo caminó hacia la habitación de Luisa, quería volver a disculparse con la chica y suplicarle que le hablara. La puerta estaba abierta y ella no se hallaba adentro.

- Tal vez ha salido a comprar algo, pensó para sí mismo,- o quizás Maira la convenció de que la acompañara al trabajo.

Jared y Maira aún estaban viviendo con él y ello era agradable,en cuanto a Andy, había vuelto a su casa con su hermano y su padre, así que en ese momento se encontraba solo. Un extraño presentimiento lo obligó a abrir el guardarropa de la joven. Un grito de desesperación salió de su garganta, mientras que las lágrimas salían de sus ojos sin querer.

- No,no, no,no porfavor, no.

No había nada,el guardarropa estaba vacío, tampoco estaba la única mochila que tenía,se había ido,pero,¿a dónde?. Le marcó a su celular sin resultado,¿dónde estaba?, llamó Maira y a Jared, tampoco se hallaba con ellos,pero ambos prometieron llegar lo más pronto a la casa. Dudó un poco,sin embargo,se convenció y llamó a Samuel. Él le respondió con voz llorosa.

- Hola señor Cleber,¿cómo está?.

- Desesperado, Samuel,mi hija se ha ido,pero no sé a donde habrá ido,¿sabes algo de ella?, porfavor Samuel no me ocultes nada,te lo pido.

- No señor,ella no contesta mis llamadas desde el domingo. Lo siento, ojalá la encuentre.

- Samuel,¿tu piensas que soy estúpido?,yo sé que has hablado con ella,lo noto en tu tono de voz,me estás ocultando algo,dime la verdad, porque soy capaz de cualquier cosa en este momento, incluso contra ti.

Arturo pudo escuchar los sollozos ahogados del joven detrás del auricular.

- Señor,es que le prometí que no le diría nada a usted, porque ella se iba a comunicar y es que,yo al igual que usted, también estoy destruido,pero usted me está obligando a hacerlo,así que lo haré. Luisa regresó a Lima, llamó al director para pedirle trabajo,se lo dió,se fue temprano,los sollozos volvieron a escucharse,- ella terminó conmigo. Me contó lo que le hicieron y me dijo que ya no quería nada con nadie.

- ¿Me estás diciendo que ella se fue?. No,mi pequeña, no,fue mi culpa,yo tuve la culpa.

- Lo siento,lo siento mucho, lamento no haber podido protegerla. Ella me dijo que lo iba a llamar, seguro lo hace,voy a colgar señor Arturo,mi padre me ha prohibido hablar con usted.

Samuel colgó y Arturo se quedó temblando. Maira y Jared no tardaron mucho en llegar,lo encontraron inconsciente en el piso, cuando despertó,el llanto volvió a invadirlo. Jared marcó varias veces el número de Luisa, hasta que por fin respondió, así que le pasó el celular a su amigo para que hablara.

- Hola Luisa,mi niña,¿dónde estás?,¿porqué te fuiste?, preguntó entre lágrimas.

- Conseguí empleo en el instituto,voy a ser maestra de dibujo avanzando, me estoy instalando,el director me permitió quedarme en las habitaciones del instituto, he hecho contrato por dos años, así que no voy a volver durante ese tiempo.

Arturo volvió a temblar, notaba frialdad en su voz y el miedo de no verla por dos años lo desesperó.

- Luisa,hija,pero,es mucho tiempo,¿y yo?,el domingo es el día del padre,¿no vas a pasarla conmigo?.

Los sollozos de la chica se escucharon detrás de la línea.

- Papá,ya basta, necesito estar tranquila,he sufrido mucho, quiero distraerme,¿para qué me voy a quedar contigo?,lo único que haces es pensar en mi hermano,ya basta, déjame en paz, quiero desprenderme de mi desgracia,te deseo suerte en tu intento de recuperar a tu hijo, ojalá logres que él te acepte. Adiós papá,nos vemos dentro de dos años, porque tal vez no tenga tiempo de llamarte.

Luisa colgó y el señor Silva cayó de rodillas al piso con las manos sobre su cabeza. Jared lo abrazó.

- Don Arturo tranquilícese,dele tiempo.

- Ella me odia,dijo entre llantos ahogados mientras su cuerpo temblaba por causa del dolor interior,- mi hija me odia,me dijo que tal vez no me llame,mi niña,mi pequeña,le arruiné la vida a mi hija,fue mi culpa y ahora lo estoy pagando,mi niña me odia Jared,me odia.

Jared no pudo evitar las lágrimas al ver su sufrimiento.

- No señor Arturo,no es así, solo está dolida, tiene que dejar que se distraiga, dele tiempo,lo necesita,no se preocupe,ella va a estar bien. Además,no puede dejarse caer, falta poco para terminar con el plan y recuperar a su hijo,ya verá que Luisa va a volver, Cálmese, vamos, arriba,dijo ayudándolo a levantarse,- tiene que descansar, mañana daremos otro paso más para traer a nuestro muchacho de vuelta.

- Señor Arturo,yo hablaré con Luisa, intervino Maira,- no se preocupe,todo va a salir bien.

- Gracias hija,eso espero, ojalá la convenzas de que me perdone, aunque me duele mucho su frialdad,se fue sin decirme nada.

- Bueno,es su manera de mostrar que está enojada, respondió Jared,- pero está bien, así que, creo que es mejor que dejemos el tema,debe descansar.

- ¿ Se van a volver a ir?,no me quiero quedar solo.

- No, no,Maira ya cerró la peluquería,no se preocupe.

- Está bien,voy a mi cuarto, gracias por todo mis niños, gracias por apoyarme tanto.

Mientras tanto,en un instituto artístico privado, ubicado en la capital del país,se hallaba Luisa María Silva, sentada sobre la cama de la pequeña habitación propia del instituto, que el director le había brindando para su estadía. Las clases empezarían el lunes, así que estaba ensayando y repasando sus lecciones para hacerlo bien. No se arrepentía de haber venido, era una manera de liberarse de la infeliz rutina de su vida,no estaba siendo egoísta,solo que,por primera vez pensaba en si misma y no en su padre ni su hermano. En cuanto a lo que le había dicho a su padre,ella sabía que no iba a actuar de esa manera, sabía que tendría la necesidad de llamarlo todos los días para saber de él, aunque en su enojo hubiera dicho lo contrario. Amaba a su padre,pero también quería sentir felicidad propia y dinero con ella. Ahora,iba a dejar de pensar en su hermano,para concentrarse en su sueño,ser maestra de dibujo.

Lo Que Puede Hacer El Amor.Where stories live. Discover now