Capitulo Siete

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El lugar al que decidió llevar a Jeongin no era otro que el pequeño restaurante que montó su amigo Changbin tres años atrás con mucho esfuerzo, se podía ver el nombre del establecimiento en luces, Menú de Dioses.

El ambiente era cálido y todo estaba bien organizado en su sitio, se escuchaban las voces bajas de los clientes que hablan entre ellos y no parecía haber ninguna queja con respecto al servicio.

Alfa y omega entraron, pronto encontraron un lugar donde ubicarse y no tardó mucho en que alguien llegara a atenderlos.

— Bienvenidos a menú de dioses, dónde deleitaremos tu paladar. — recitó el eslogan del lugar con naturalidad y confianza, sonando muy convincente — ¿Qué les puedo servir?

Jeongin asintió con aprobación, realmente sabían cómo hacer sentir a gusto al cliente en ese sitio, el peli largo por otra parte estaba esperando ver cuánto tiempo le tomaba al otro reconocerlo. Tenía la barbilla apoyada en su mano mientras esperaba que lo viera mejor. Cuando el joven que los atendía abrió los ojos de más, supo que ya había caído en cuenta.

— ¡Hyung! — exclamó emocionado y casi manda a volar la libreta de las comandas — Casi no te reconozco.

El alfa solo estaba ahí esperando con calma ver como se desarrollaría esta nueva escena, sonrió en silencio cuando escuchó la risa de Hyunjin.

— Lo noté.

— En mi defensa, no te he visto en mucho tiempo y la última vez no tenías el cabello largo ni en ese color.

— El castaño me queda hermoso — dijo haciendo revolotear su pelo y causando la risa del menor entre los tres.

— No lo niego, diez de diez — halagó — pero no te ves mejor de lo que yo me veo con el cabello rubio — bromeó.

— Te daré la razón solo por esta vez, Kai — rodó sus ojos — ¿Tu jefe está? — preguntó de improvisto. 

— Eh... sí ¿Por qué?

Hyunjin señaló con su cabeza a Jeongin que los estuvo observando en silencio y relajado todo el tiempo.

— Traigo un nuevo posible cliente fiel, quiero trato parcial, gracias. — habló con desvergüenza. 

Kai miró de nuevo al otro hombre, estando sentado con mucha soltura y un aura llena de confianza, con sus brazos cruzados y el cabello azul abundante casi cubriéndole las cejas. Cuando esos magnéticos ojos se posaron en él, pidió internamente no sonrojarse con gran urgencia.

Hyunjin sonrió en silencio ante esa reacción totalmente esperada, por Dios, incluso a él le cuesta no ponerse en evidencia ante Jeongin, que sería del pobre Kai. Siendo un omega de tan solo diecisiete años y con poca experiencia, frente a un hombre tan apuesto que, aunque tiene neutralizador de aroma encima no puede esconder su naturaleza alfa, pues esa aura imponente y segura lo deja expuesto. Si, podía entender completamente el sentimiento.

Casi quiso reír ante el temblor en la voz del chiquillo cuando se presentó, Jeongin no le puso las cosas difíciles y en su lugar hizo como si no se diera cuenta de nada, le correspondió el saludo con cortesía y amabilidad.

Después de un raro silencio, Kai se fue diciendo que le avisaría a su jefe de su llegada. Se fue sin saber lo que ellos querían ordenar.

Pero eso fue bueno, les dio el tiempo de hablar un poco más y revisar mejor el menú para elegir.

Hyunjin le contó al peliazul el detrás del lugar en que estaban ahora, y quién era el adolescente con el que hablaron. Le dijo que su buen amigo había batallado mucho para conseguir que el lugar funcionara y tuviera la más mínima pizca de reconocimiento. También como un año después un nuevo empleado se unió a las filas.

Huellas -JeongJin-Where stories live. Discover now