Capitulo Once

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Acarició con delicadeza el cabello del omega que tenía en brazos, la respiración pacífica del otro daba directo a su cuerpo y él no estaba dispuesto a soltarlo.

No tiene claro cuánto tiempo llevan alejados de los demás, solo que Hyunjin lloró durante un largo rato y cuando se calmó se quedó ahí hasta que se durmió. Lo más probable es que al despertar sea la parte humana la que tenga el total control.

Suspiró en medio del silencio.

Dolió verlo así, y aunque ese llanto desgarrador en parte parecía ser liberador, él no estaba preparado para presenciar esa escena. Su lobo se inquietó de sobremanera; recordando aquello potenció inconscientemente un poco más su aroma, ocasionando que el hombre dormido entre sus brazos buscara apegarse un tanto más a él.

Percibió unos pasos que se acercaban y se puso alerta, por más que fuera consciente de que ahí no encontrarán un real peligro, era el instinto.

Minho se encontró de frente con la vista de su amigo aferrado al peliazul mientras dormía, su cabello cubría parcialmente su rostro y su respiración era muy tranquila. Se quedó momentáneamente sin palabras.

— ¿Necesitas algo? — decidió preguntar Jeongin ante el silencio del otro.

El pelirrojo salió de su letargo gracias al sonido de aquella voz.

— Eh... No realmente — sacudió su cabeza en busca de despejarse — Pero me sorprende verte aquí, verlos. Creíamos que ambos ya se habían ido — por diferentes caminos, claro. Murmuró a sus adentros. — Félix pensó que decidiste tomar un taxi e irte, entonces él se ofreció a llevar a Chan a su casa.

Parece que su mejor amigo olvidó que era él quien cargaba las llaves de entrada a su hogar. Cómo quien dice, lo dejó en la calle.

— Gracias por avisarme.

En el momento en que Jeongin empezó a llamar y acariciar con tanta delicadeza a Hyunjin para que despertara, Minho sintió que irrumpía entre ellos. Decidió retirarse en silencio, después le hará un par de cuestionamientos a su amigo.

Hyunjin estaba muy cómodo, apegado a esa calidez se sentía tranquilo, pero escuchaba un leve murmullo y unas caricias que provocaban cosquillas en su cuerpo por lo que inevitablemente tuvo que abrir sus ojos. 

Un exquisito aroma lo inundó de lleno, se percató de que rodeaba la cintura de una persona y a medida que se incorporó, sus ojitos hinchados enfocaron al dueño de tan placentera fragancia.

Y se sorprendió, porque estaba aferrado al cuerpo de Jeongin y a la vez, los brazos de Jeongin lo sostenían con firmeza. Tuvo una serie de imágenes rápidas en su cabeza, y el conocimiento suficiente para saber cómo es que terminaron así. Sintió un dolor de cabeza queriendo hacer acto de presencia.

Un calor se fue esparciendo por su rostro y él hizo como si no se diera cuenta de ese hecho, se aclaró la garganta para poder hablar con fluidez a la vez que se aleja del cuerpo ajeno.

— Lo siento, no quería incomodarte — su voz suena ronca y un poco áspera.

El alfa puede confirmar que no ha visto imagen más linda que la del omega recién despierto, con sus mejillas llenas de color. Admitía a sus adentros que estaba reacio a soltarlo, pero debía hacerlo.

— No hay ningún problema — le regaló una bella sonrisa de labios cerrados.

Procedió a explicar el contexto de la situación, sobre cómo la reunión ya había finalizado y cada uno se preparaba para dirigirse a su respectivo hogar. Hyunjin se preguntó de nuevo cuánto tiempo estuvieron juntos, con él haciendo el ridículo. Tenía el recuerdo lúcido de todo lo que pasó, después de todo, el lobo y el humano eran la misma persona. Solo que el lobo vivía libre de inhibiciones.

Huellas -JeongJin-Where stories live. Discover now