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— ¿Joven Doyoung? ¿Qué hace fuera de clases? ¿Maestros, ustedes también? ¿Qué pasa?

Oh, Jaemin. No vayas a arruinarlo.

Jaeyoon se atraganta con la galleta un poco cuando la nota de pie en el portón, la directora se acerca de inmediato a él.

— Oh, maestro Jaeyoon. ¿Se encuentra bien? ¿Puedo ayudarle en algo? — cuestiona ella con angustia, el rosáceo sigue tosiendo porque aunque al principio fingía como distracción, ahora de verdad si se atragantaba con la galleta.

Doyoung le hace señas a Jaemin quien parece no entender ninguna, el alumno le señala la puerta finalmente y el empresario capta la indirecta.

— Maestro Jaehyun, ¿va a decirme que hacían aquí afuera? — ella le cuestiona girándose para ver al joven pelinegro, Jaemin maldice por lo bajo. Mierda, estaba a nada de entrar por la maldita puerta para ahorrarse esto.

Jaemin dirige la mirada a su hermano quien niega eufórico, después la dirige a Doyoung quien le dice claramente que no la cague.

— Eh, sí. Puedo explicarle. — susurra serenamente posando sus manos detrás de la espalda para darle el toque profesional, se acerca a ella con una seriedad que tuvo que cambiar por la sonrisa retrasada de Jaehyun según él. — ¡El joven Kim se ha salido sin permiso!

Doyoung abre su boca indignado cuando lo escucha, Jaeyoon quiere reírse pero en lugar de eso, se lleva otra galleta a la boca para no arruinarlo.

Mientras tanto, la directora mira con cautela a Jaemin. Por unos segundos, el empresario cree que ha sido descubierto así que decide actuar rápido y se sube las gafas más arriba de la nariz como el gesto tonto de su hermano.

— ¡Oh, joven Kim! ¡Se quedará sin receso todo el mes! — le informa ella con molestia caminando de vuelta hacia el interior del instituto, se gira para dedicarle una sonrisa a Jaeyoon y después se va.

Cuando la directora se marcha, Doyoung frunce su ceño con enfado y se acerca a Jaemin para pegarle pero la mirada seria de él logra intimidarlo, sabe que está de mal humor por suplantar a su hermano.

— ¡Hago esto por los dólares americanos! ¡Lo hago por dinero! — se repite constantemente caminando de vuelta a su salón de clases, lloriquea cuando recuerda que le ha dado las galletas a Jaeyoon y ahora no le dará nada a su compañero Taeyong. — ¡Esperen! ¿De qué me va a servir el dinero? ¡No podré salir al receso a comprar!

— Shh, el verdadero Jaehyun no lo sabe. Puedes salir sin que te vea la directora, Doyoung. — sugiere Jaeyoon caminando detrás de ellos, Jaemin se esconde de manera graciosa entre los contenedores de basura.

— Deberías entrar y decirnos si el idiota se encuentra. — le ordena el empresario aún escondido, Doyoung le echa un vistazo a su salón de clases y puede notar que esta vacío.

— Pues al parecer no está pero sería peligroso entrar ahora, en cualquier momento podría volver.

— ¡Entra y llama a Sunggie! Dile que lo veré en los baños, Dodo. — Jaeyoon le pide con entusiasmo, el alumno asiente encantado y entra a su salón no sin antes dedicarle una mala mirada a Jaemin.

— Yah, ¿por qué todos me miran así?

— Causas ese efecto en todos, hermanito gruñón.

— No. — él menciona con una sonrisa irónica en su rostro, puede ver desde lejos como Doyoung desaparece hasta llegar a su salón. Comienza a apresurarse para llegar a los baños, Jaeyoon lo sigue y guarda las últimas dos galletas en su bolsillo. — Ese es tu puesto, hermano idiota. No hay nadie más irritable que tú.

— ¡Ahí están los baños! ¡Dios! ¡Dios! ¿Cómo me veo? ¿Mi cutis está bien? — preguntó el rosáceo alarmado, se alborota el cabello rosado con sus manos hasta que logra un aspecto muy despeinado.

— Oh, sí. Luce como si tuvieras un nido en la cabeza, ¿dónde está el ave?

— Esto me pasa por tomarte en cuenta.

Jaemin se ríe cuando ve a Jaeyoon apresurarse con enfado hacia los baños, se detiene abruptamente cuando visualiza a Jaehyun saliendo de la sala de maestros.

— Mierda. — susurra observando todo desde la esquina del pasillo, Jaeyoon es jalado de la chaqueta por un enojado Jaehyun y eso hace que Jaemin observe a todos lados alarmado. — ¿Dónde? ¿Dónde? Carajo, odio esto.

El empresario abre uno de los casilleros y con desagrado se mete con rapidez, cierra la puerta despacio y maldice por milésima vez en el día por haber venido.

— ¡Yah! ¡Suéltame, Jaehyun! Mi chaqueta es nueva, ¡es versace! — reclama el menor de los trillizos mientras es jalado por Jaehyun, Jaeyoon frunce el ceño y abre sus ojos con burla cuando nota a Jaemin en los casilleros. — Oye, hermanito...

El empresario desde los casilleros se lleva el dedo índice a los labios para pedirle que cierre la boca, por si eso no fuese suficiente. Jaemin saca su billetera del bolsillo y la señala con burla también, Jaeyoon realiza un puchero y sigue quejándose de su chaqueta.

— ¡No puedes estar aquí, Jaeyoon! — le dice Jaehyun con regaños mientras ambos se alejan cada vez más, Jaemin suspira aliviado y sale del casillero con lentitud.

Se escabulle con cuidado por la esquina y camina hacia a los baños para esconderse, abre la puerta con rapidez y la cierra de igual forma.

— Mierda, ya la hemos jodido de nuevo.

Jaemin se sobresalta cuando la puerta es abierta, traga saliva al notar a la persona y su corazón se acelera terriblemente. Tanto, pero tanto que desea pegarse una cachetada por lo cursi que es.

— ¿Jisung? ¿Q-Qué haces aquí?

¿Acaso acaba de tartamudear? ¡Corten! ¡Corten! Esto no puede estar pasando, genial, ahora en verdad si se parece a su hermano retrasado.

— ¿Qué no es obvio? Vengo a mear, profesor Jaehyun. ¿O qué? ¿También me va reprobar por venir al sanitario? — menciona el adolescente anaranjado con sarcasmo en su voz, Jisung rasca su cuello con un poco de nervios. ¿Acaso Doyoung no había dicho que un chico de cabello rosa lo buscaba? Ah, debió saberlo. Claramente era otra broma del castrosito para que el maestro le regañara.

— No soy Jaehyun, soy Jaemin.

El pelinaranja de ojos chocolate frunce su ceño con molestia y decide que es hora de largarse, antes de poder realizar algún movimiento, Jaemin lo toma de la mano.

— En serio lo soy, vine con mi hermano Jaeyoon y queríamos verte. — explica con rapidez, cosa que confunde un poco a Jisung. Jaemin quiere pegarse porque según él ahora tartamudea como idiota, aunque es comprensible. Sus nervios lo controlan a pesar de que sólo fue una semana de no ver al de cabellos naranjas. — Bueno, él quería. No es que yo quisiera, vine a apoyar, tú sabes.

Jisung sonríe inevitablemente y sus mejillas se colorean de un rosa intenso, asiente ante las palabras del empresario y traga saliva con lentitud. Está completamente solo con Jaemin, con el empresario arrogante, con el tipo que casi lo besa.

— Oh, hola, Jaemin. ¿Cómo está? Wow, lindo peinado, usted luce genial.

Ambos se sonrojan por lo obvios que son, Jisung le dedica pequeñas miradas al pelinegro y Jaemin le sonríe inconscientemente sin darse cuenta de que es lo que juró destruir. Un cursi.

— Hola, Jisung. Tú eres un chiquillo muy Jisung, ¡d-digo no! Quiero decir, eres un chiquillo muy lindo. Yo..Yo.. ¡Diablos!

Y el menor de ojos chocolate se ríe serenamente, la dulce melodía inundando los oídos de Jaemin.

Y Jaemin cree que podría escuchar eso para siempre.

Jaemin no puede negar que le gusta un poquito y que hay algo en él que llama su atención.

Es cuando decide que tiene que actuar, tiene que ser el trillizo que Jisung quiere. Definitivamente tiene que serlo.

Jaemin: 1
Jaehyun: 0
Jaeyoon: 1000

Ah, vaya que sería difícil conseguir su amor.

Trillizos┊JaesungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora