Trillizos┊Jaesung

23

— ¿Una carta? ¿Para quién? — cuestionó Taeyong discretamente para evitar ser regañado por el profesor, Doyoung frunce el ceño porque los susurros de ambos chicos se escuchan tan cerca de él.

— Para el profesor Jaehyun.

— ¿Profesor Jae..? ¡Oh, por dios! ¿Por qué? ¿Te gusta? ¿Se van a casar? ¿Te pondrá diez ahora que serás su esposo?

— Shhh, Tae. — le calla el pelinaranja ante el bombardeo de preguntas, se apresura a taparle la boca con su mano pero el contrario le lame la mano. — ¡Que asco! No hagas eso.

— No vuelvas a taparme la boca, tonto.

— Ya, ya. Es que hablaste muy alto y pueden escucharnos. — responde Jisung levantando sus manos en señal de tregua, se esfuerza en susurrar aún más bajo para que nadie a excepción de Taeyong escuche.

Doyoung niega enfadado desde su butaca que es cercana a ambos chicos, tiene que morderse la lengua para evitar decir algo sobre lo que ha escuchado.

¿Acaso Jisung no tiene vergüenza? Pensó.

Los pensamientos de Doyoung se detuvieron por el glorioso timbre indicando la hora del receso, se apresuró a tomar su dinero de la mochila y salió primero del aula no sin antes dejar un papel sobre la butaca de Jisung.

Minutos después.

— ¿Para qué quieres hablar conmigo tú? Mira si es para decirme alguna cosa sobre Taeyong, te advierto que-

— No es eso. — Doyoung le interrumpe duramente sin dejar de observarlo, Jisung se siente confundido por la actitud de su compañero pero decide no preguntarle. — Es sobre los hermanos Sung.

— ¿Hermanos Sung?

Jisung frunce sus cejas aún más confundido que antes, ¿por qué Doyoung está hablándole de los trillizos? ¿Acaso conocía a los tres?

— Sí, Jisung. Quiero que dejes de jugar con ellos, en especial con Jaeyoon. — exige con tanta molestia que incluso el de cabello naranja se mostró sorprendido, ¿en dónde estaba el pacífico Doyoung?

— ¿Jugar? ¿De qué rayos hablas, Doyoung? No entiendo a lo que te refieres.

— Por favor, hace un rato te escuché decirle a Taeyong que escribirías una carta para el profesor Jaehyun. ¿No crees que lo que haces es descarado? — le cuestionó con ironía en su voz, pudo notar que desde lejos el profesor no dejaba de babear por Jisung. — Y la última vez ví a Jaeyoon quien vino a buscarte y se veía muy ilusionado, ¿y sabes quién venía con él? Exacto, Jaemin.

— No sabes lo que dices Doyoung, no estoy jugando con ninguno. — él responde con seriedad, Doyoung se ríe en su cara sin creerle ni una sola de sus palabras. — ¿Qué te causa gracia, Doyoung? No entiendo que ganas diciéndome esto, ¿todo esto por Taeyong? ¿Qué diablos te sucede, amigo?

— Taeyong no tiene relación en esto, Jisung. -— refuta el pelinegro harto de la palabrería que soltaba el otro, suspira con enojo al observar a su amado crush acercándose a ellos. — No juegues con los trillizos, en realidad el que más me importa es Jaeyoon. No le rompas el corazón o yo te rompo la cara a ti, ¿de acuerdo? Conocí al verdadero Jaeyoon y es muy bueno para que las personas sólo lo quieran por sexo o dinero, demasiado distinto a sus dos hermanos.

Doyoung se retira después de unos segundos y Taeyong mira extrañado a su amigo.

— ¿Qué quería Doyoung ¿Estás bien?

— Sí, sólo... dijo algunas cosas que me hicieron pensar.

Sung's Company.

— ¡Por dios, hermanito! ¿Puedes dejar un segundo esos papeles y hacerme caso?

— Mira, Jaeyoon. Tengo un montón de trabajo y que tú estés aquí jodiendo no hará que todo este mágicamente hecho. — le responde Jaemin malhumorado, lo cierto es que el estrés de la empresa y el no ver a Jisung lo ha devuelto a ser el tipo que siempre ha sido. Y no se quejaba, odia la cercanía, odia las cursilerías, se salvó de lo ridículo que es estar enamorado.

— ¿Por favor? — pide el rosáceo observando como su hermano mueve papeles importantes de un lado a otro, se sienta en en la silla mientras espera pacientemente un segundo del valioso tiempo de Jaemin.

— Si es alguna tontería, considera que te mandaré a vivir debajo de un puente.

— Uy, no estás para nada de humor, Min.

— Habla rápido o largo de mi oficina.

— Yah, está bien. — se queja Jaeyoon por las palabras groseras de su hermano, resopla nervioso cuando siente la mirada seria de Jaemin sobre él. — Necesito ideas para regalos, mañana es el día de los enamorados y planeo llevarle algo a Sungie... pero no tengo idea porque nunca había conocido a alguien que también me correspondiera.

— ¿Qué te hace pensar que te correspondió?

Jaeyoon se ve aturdido con la pregunta inesperada de Jaemin quien aún no despega su mirada.

— Sungie se sonrojó cuando le di un besito, estaba nervioso y pude sentir que también me quiere, me lo dice el corazón.

— No digas cosas así de ridículas, me da asco. — comenta Jaemin masajeando el puente de su nariz con frustración, Jaeyoon se ríe porque su hermano siempre ha odiado el romance. No miente cuando a veces piensa que Jaemin quizás sentía algo por Jisung pero el repentino desinterés y alejamiento le hizo darse cuenta de que tal vez se equivocó. — En fin, no me interesa lo que digas. ¿Por qué acudes conmigo? Sabes perfectamente que tampoco soy experto en esas cosas, me parecen innecesarias.

— ¿Qué debería hacer entonces? Yo no tengo idea alguna.

— ¿Por qué no sólo lo invitas por algo y ya? ¿Acaso no es lo que haces siempre antes de llevarte a alguien a la cama?

— Lamento molestarte, Jaemin. — le dice el rosáceo levantándose con rapidez de la silla, Jaemin le resta importancia al repentino cambio de humor de su hermano menor y se apresura a llamar a su secretaria para pedirle que no recibe visitas ni llamadas.

— Jaeyoon, no quiero que vengas a mi oficina si se trata de asuntos como el de hoy, ¿entendiste? Tengo demasiado trabajo que realizar y al parecer soy el único que pretende mantener la empresa estable así que te agradecería mucho no interferir en mi valioso tiempo.

El menor de los trillizos lo ignora y abandona la oficina con urgencia, Jaemin tira los papeles de su escritorio con molestia. ¿Por qué no puede ser todo cómo antes? Sólo quiere olvidarse de quien demonios es Jisung, de que lo conoció. ¿Es tan difícil eso? Claro que no, es Sung Jaemin y él todo logra.

Y lo hará sólo haciendo algo que jamás pensó que haría.

Encontrar una pareja.