Capítulo 20: Chico Nuevo

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Narradora:

Tras el “incidente” de ese día el ciego Agreste dejó de preguntar sobre Andrés, pero quitando ese tema de encima no pudo dejar de pensar en esa voz de la mañana.

¿Como lo había cautivado aquella voz? ¿Usó magia? ¿Su identidad misteriosa le dio curiosidad?

No lo sabe, pero lo único que de momento quiere es saber a quien le pertenece la voz, ni sabe para que quiere saber.

Volvió al colegio a la misma hora que el día anterior, pero nada, o eso pensó, pues en el salón de él, se encontraba la dueña de esa voz, recapacitando lo de que hizo ayer.

~Ha pasado tiempo desde que canté, quisiera volver a hacerlo, supongo que nadie se enterará si lo hago ¿verdad?~ Y con ese pensamiento dudosa entonó una melodía.

“– Dime que me hiciste
Para que no deje de pensar en ti
ni siquiera un momento.

Dime que me has dado
para que mis ojos
solo a ti te miren con amor tan sincero

Dime si no es cierto
que el tiempo para cada vez que rozamos los labios.

Nada nos importa cuando estamos juntos
porque nos amamos.

Yo a ti te eh elegido
porque me has dado motivos
para tenerte a mi lado...

Porque al cerrar los ojos
Cada noche y verte que estás junto a mi
Le doy gracias al cielo
Por darme la dicha de tenerte aquí.

No hay nada más hermoso
que mirar tus ojos cada amanecer 
y acariciar tu piel.

Tu voz y tu sonrisa
Hacen que te tenga en un pedestal
Y que eres tan bonita
por eso te quiero cada día más.

Todas estas palabras
salen de mi boca y de mi corazón
Porque es tuyo mi amor”

Aunque la canción aún no había acabado, en el salón se escucharon aplausos, la azabache, al tener los ojos cerrados para cantar los abrió asustada para ver a un rubio observándola mientras aplaude.

Sin saber que hacer, tomó sus cosas y trató de correr, se preguntarán; ¿porque correr?; pues, ella tiene sus propias razones para no cantar en público.

Pero el rubio la tomó de la muñeca y detenerla, haciendo que esta volteé a verlo aún asustada.

–No temas a tú voz, que es hermosa tanto como tú – Dijo de forma dulce mientras se observaban– Disculpa mis modales, soy Félix, Félix Grahen De Vanili, nuevo en el Instituto, ¿puedo saber tu nombre?–

Ella dudó un poco, seguía con miedo, nadie antes la había oído o ver cantar, esto era nueva para ella, pero al ver que la mirada del joven que transmitía confianza dejó de jalar su brazo para que la soltara.

–S-soy Marinette Dupain-Cheng, un gusto Félix – Se presentó ella con un notable sonrojo en las mejillas.

–Hermoso nombre, tanto como tú y tú voz – Alagó el joven Vanili y con su mano que aún tenía en la muñeca de ella la acercó a él y con su otro brazo libre la tomó por la cintura, para finalmente depositar un beso en la mano de esta.

Si antes estaba sonrojada, ahora era un tomate, no sabía que decir o hacer, solo mirar esos ojos grises profundos.

–Gracias– Alcanzó a decir para luego reaccionar y separase de golpe de este.

«No Marinette, este debe ser un truco de conquista» Se reprendió ella mentalmente.

–¿En que clase se encuentra usted Joven Vanili– Preguntó ella seria formalmente.

El rubio de traje se sorprendió ante el cambio tan repentino de la chica que tenía en frente, pero solo le respondió.

–Justamente en este salón Srta, mis razones para cambiarme de colegio fueron algo complicadas...– Explicó

–¿Se puede saber cuales? – Curiosa.

–Digamos que el “machismo” se apoderó del lugar–
–Pues entonces aquí no será diferente, lo mismo sucede aquí – Comentó decaída.

–Eso se puede arreglar, algún día alguien se encargará de cambiar este estilo de vida– Dando ánimos al verla en ese estado.–¿Te importaría cantar otra vez? Me temo que antes interrumpí su canción –

–No lo se, nadie sabe que canto– Le dijo dudosa pero al pensarlo recapacitó – Pero supongo que una estrofa está bien– Llevando un mechón de pelo detrás de su oreja.

–¡¡ADIVINEN QUIEN LLEGUÉ!! – Dijo un sonriente Kim entrando al salón interrumpiendo el momento junto con los demás compañeros –¿De que me perdí? Hola chico nuevo–

Mientras que aún, fuera del salón se encontraba el otro rubio pero de ojos verdes recostado por la pared, había oído la voz provenir del salón pero al asomarse vio a su azabache cantar por un breve segundo pues alguien que ya había entrado la interrumpió, tentado a espiar terminó ardiendo en celos como si una gata en celo se trataba.

–Ah no hermano, consiguete la tuya– Murmuró el rubio envuelto en celos para luego entrar y dar su sonrisa amigable a todos, claro, siendo más cariñoso con la oji-azul, quien sin rechinar correspondió.

Continuará....

Club De Chicas: La revolución femenina [CANCELADA]Where stories live. Discover now