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Blue. 

No dejaba de pensar en sus ojos, en sus manos y en sus brazos ¡Que brazos! 

En el transcursos de los días no dejaba de pensar en el sexy vecino de mi amiga, segú8n Mikaela, él había estado un poco apegado a su madre y que habían estado saliendo durante algunas noches donde su madre llega con la ropa desordenada o con solo el labial corrido, ella cree que debe es un Don Juan que solo usa a su madre para distraerse, pero para mi amiga ver así a su mamá es del todo normal, siempre lleva una vida de locura desde su divorcio, claro que hubo un tiempo en donde ella solo se dedicaba a su casa y a mi amiga, pero cuando se dio cuenta de que podía tener a cualquier hombre a sus pies se olvido por completo de la rutina, era una mujer que se vivía su vida en la forma que ella quería. 

Pero bueno, para mi amiga ver a su madre así era completamente normal, ya no le interesaba lo que ella hacía y se que muchas veces le dolía a Mikaela el no tener a su madre el tiempo que antes ella le invertía para cuidar de ella, ahora su relación era escasa de comunicación y se la pasaban discutiendo con ella, muchas veces mi amiga me había dicho que quería irse a vivir con su padre, quien si estabas al pendiente de ella, no paraba de llamarla o de saber como le iba en la escuela. Las cosas en la vida de Mikaela han cambiado muchos desde el divorcio de sus padres y me sentía mal por ella, el como se sentía cuando iba a mi casa y veía como era la relación de mis padres y la mía. 

-Blue, olvide el pan ¿Puedes ir? en lo que voy por el jamón-. Dijo mi mamá con una sonrisa. 

¡Lo más impresionante del día! Es que mi mamá salió de su trabajo para ir por mi a su trabajo y bueno traerme al supermercado para comprar algunas cosas que hacían falta en casa, no me podía quejar, debido al trabajo de mi madre no teníamos mucho tiempo para pasar juntas, pero el día que ella salía de su trabajo para ir por mi a la escuela y tener un día de "chicas" me la pasaba bien con ella. 

Asentí con la cabeza ante la indicación de mi madre y camine hacia uno de los pasillos para ir por el pan, llegue al pasillo del pan y mie todos los panecillos que me pedían a gritos que comprar unos ¡Mierda! una de las cosas de venir con mamá al supermercado es que ella no le gustaba que comiera esas cosas por dicen que me matan poco a poco, pero cuando vengo con mi padre ¡Es otra cosa! compramos muchas cosas chatarras sin que mamá se entere ¡Si! las escondemos muy bien para que mamá no nos regañe porque compramos cosas que nos pueden matar de un infarto, comida sana con mamá y comida chatarra con papá. Cuando mire el pan de emparedados sonreí de oreja a oreja. 

Iba a tomar el pan cuando una mano se puso sobre la mía logrando sobresaltarme, al mirar de quien se trataba la mano encima de la mía y mi corazón y todo mi sistema nervioso se paralizo por completo, era él. 

-Vaya, vaya-. Sonrió-. ¿Qué tal Azulita?-. 

Quite mi mano rápidamente de donde estaba porque sentía que su tacto me quemaba por completo. 

-Señor...Myers-. 

¿Por que estaba nerviosa? trague un poco de saliva y desvié mi mirada por unos segundos hasta volver a verle, él no despegaba la mirada de mí y eso me ponía nerviosa, muy nerviosa e incluso ansiosa. 

-Que gusto me da verte de nuevo ¿Qué tal tu rodilla? ¿Mejor?-. 

Por un momento las palabras no querían salir, pero no iba a permitir que este hombre que estaba enfrente de viera que el podía tener el control de la situación, así que me arme de valor para poder hablar. 

-Estoy mejor de mi rodilla, gracias-. Sonreí auténticamente. 

Su mirada era profunda, tan misteriosa y tan llena de intriga. 

Por un segundo nos quedamos en silencio sin saber que decir y la verdad es que no tenia nada que decir ¿Qué le podía decir a un hombre que al menos llevaba veinte o diecisiete años de diferencia? ¿Qué podía decirle? trague un poco de saliva y pase un mechón de mi cabello detrás de mi oreja, me pone los vellos del brazo de punta, joder esto era tan incomodo y tan extraño. 

-Bueno...me dio gusto verle señor Myers-. Me despedí. 

Iba a dar la vuelta para ir con mi pan en mano e ir con mi mamá cuando su mano fue a mi brazo, eso debo decir que me sorprendió por completo, parecía de esos agarres de novela en la que el protagonista no quiere que se escape el amor de su vida de sus manos. 

Él me miro, paso la lengua por sus labios y por alguna razón sentí que mis piernas comenzaron a fallar por completo, eran como una maldita gelatina y para evitar seguir sintiendo esa sensación quite rápidamente mi brazo de su agarre. 

-Perdóname...bueno, espero verte pronto Azulita-. 

Al decir eso me guiño el ojos y paso detrás de mí y una ligera capa de aroma de su loción se hizo presente en mis fosas nasales ¡Mierda, que bien huele!

Luego de ese momento de éxtasis salí corriendo hacia las cajas registradoras en donde mi mamá ya estaba formada para pagar, le ayude poner las cosas en la banda que se deslizaba y al mirar a la salida de lugar nuevamente ese hombre se hizo presente en mi visión y este solo sonrio para así poder salir del supermercado. 



Fugitivo +18Where stories live. Discover now