Capítulo 5

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Annika

- Es una terrible idea... - dice Patrick. 

- ¿De que hablas? Fue tuya. 

- Si, pero me refería a que fueras con algún amigo, no que contrataras a alguien, ¡menos al hombre que atropellaste! No deberías tener contacto con él. 

- No confió en nadie para ese trabajo. 

- ¿Y en un desconocido si? - exclama con sorpresa. 

- Te costará creerlo, pero si. 

- Annika... 

- Mira, está por venir y...

- ¿¡Le pasaste tú dirección!? 

- Si, necesito que ultimemos detalles. 

- Escucha, iré contigo a la boda, ¿si? Cancélale. Yo te acompañare, les puedes inventar lo que quieras de mi a tú familia. 

- Ya le dije a mi madre que iría con mi prometido Aaron. Te conoce, sabes que eres mi asistente. 

- Dudo que recuerde de mi nombre. Y de todos modos, le dices que te enamoraste de tú asistente. 

- Eso no suena a mi. Y ya le dije que era dueño de un restaurante, no mi asistente. 

- Le diré a Ryan, mi hermano, que vaya contigo. - dice. - ¡Eso! ¡Es gran plan! 

- ¿Acaso no es el que acaba de terminar la universidad? 

- Solo tiene 24, pero es muy...

- No. - lo interrumpo. - No iré con un bebé. 

- Perdona que pregunte, pero ¿por qué él? - me pregunta. - Está bien, tuvo un buen acto en no querer presentar una demanda y dado que lo atropellaste se lo tomo muy a ligera, pero le repusiste la bicicleta por una nueva, pagaste su renta de todo el año y encima le llenaste la alacena. ¿Qué más Annika?

Soy alguien que no me gusta compartir mi pensar con las personas, suelo guardarme todo para mi. Pero, creo que Patrick es el unico que me genera esa sensación de confianza para decirle lo que sucede en mi cabeza. Ya se que es mi empleado y que le pago, pero supongo que me genera eso porque pago por su lealtad. 

- No lo sé... - digo. - Tal vez fue el hecho de ver donde vive, que se encuentra desempleado y que se maneja con una bicicleta de muy mala calidad, me hizo sentir muy afortunada de las comodidades en las que vivo, pero aún así siento que él tiene más que yo. Suena raro, ¿no? 

- ¿Quieres honestidad o la respuesta que me mantiene con trabajo? 

- O puede que solo sea mi acto de caridad del año. - sigo diciendo. - Algo así como darme una palmadita y decirme "no eres tan mala."

- Eso suena más a ti. 

- Si, yo también lo creo así. 

Nuestra conversación es interrumpida por el sonido del timbre. 

Patrick se acerca hacía el portero visor. 

- Es él... - me informa. - Y viene acompañado...

- ¿Qué? - pregunto acercándome. 

Veo a Aaron y a su lado hay un muchacho de su edad. 

- ¿Crees que sea su abogado? - me pregunta Patrick. 

- Apenas si tiene para una lata de arvejas, dudo que le de para un abogado. - digo. - Además, mira como va vestido. Jamás vi un abogado sin traje. 

- ¿Qué hago? 

- Hazlos pasar. 

Patrick presiona el botón. 

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