Capítulo 12

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Aaron

Después de unas 8 horas de vuelo, el piloto informo por el comunicador que estábamos por aterrizar. 

Y mis nervios comenzaron a intensificarse. 

- Bueno, al menos la predicción de tú madre no se cumplió y llegamos enteros. - dice Josh divertido. 

- Josh, te traje para que tranquilizaras a Aaron, no para que lo alteres aún más. - le dice Annika. 

- Lo siento señora. 

- ¿Y que dije del señora? 

- Puedes decir que no le conectan los cables, es la excusa que yo uso para explicarlo. - digo. 

- Ja. - dice Josh con sarcasmo. - Es algo que ustedes dos, almas aburridas y amargadas, no entienden, se le dice comedia. 

- Odio las películas de comedia, más aún si son románticas. - le dice Annika. 

- ¡Son las mejores! - se indigna Josh. - Si resulta que si tienes cosas en común con Aaron. 

Enseguida posa su mirada en mi. - ¿A ti tampoco te gustan? - me pregunta, con algo de sorpresa. 

- No. - digo. 

- Vaya... - dice. Me observa pensativa unos segundos y luego parece volver a la realidad. - Tomen sus cosas, ya aterrizamos. 

Agarra su cartera, luego de poner su notebook dentro y se para. Con Josh tomamos nuestras mochilas y caminamos detrás suyo. 

Al bajar del avión, vemos que hay un auto estacionado, donde los asistentes de vuelo están subiendo nuestras maletas. 

- ¿Ya estamos aquí? - pregunta Josh. 

- Si te refieres a Mónaco, no. - le responde Annika. - Ahora nos subiremos a un helicóptero, que nos llevara a Mónaco, estamos en el aeropuerto de Niza, es el más cercano a nuestro destino. 

- Esto se pone cada vez mejor. - dice Josh con una amplia sonrisa de niño. 

Yo solo lo veo como otra prueba aérea que debo superar. Tengo que admitir, que por ahí mi madre si logra asustarme un poco. A pesar de que mis películas favoritas son las de aviones, les tengo algo de pavor al subirme. Es algo así como el que mira muchas películas de terror, pero luego teme ir al baño de noche, que necesita encender todas las luces. 

Si, soy de esos también...

Como bien dijo Annika, nos subimos al auto que nos aguardaba, que rápidamente llego a un helipuerto, donde nos subimos a un helicóptero. Y que para la desgracia de Josh, fueron solo unos siete breves minutos en los que estuvimos en los aires. 

Volvimos a pisar tierra, para mi alivio, en el helipuerto de Mónaco. Donde nos aguardaba otro auto, este era blanco y muy elegante. Annika se encamina hacia este, con su bolso colgando del brazo. 

No puedo dejar de admirar su caminar. Si que tiene gracia para moverse, la forma en la que cruza las piernas, parece esas modelos de pasarela. Ella impone autoridad y respeto con solo caminar de esa forma. Camina comiéndose el mundo. Suelo tener cierto rechazo por las personas ambiciosas, se me hacen que son algo así como malvadas, que están dispuestas a pisar a los otros con tal de subir a la cima. Pero, al verla a ella, me siento maravillado. 

- Alguien quedo en modo pausa. - oigo la voz de Josh, que me trae a la realidad. - Sabes, si no te conociera bien, diría que dejaras de mirarle el trasero. 

Lo miro. - No le miraba el trasero. 

- Ya lo sé, pero yo que vos lo haría. - lo miro indignado. - Solo se lo vi una vez por curiosidad, a ver si era como el de la revista. Pero ahora respeto que es tú chica, así que mantengo la vista arriba. 

Bajo ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora