Capítulo 10

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- Muy bien, chicas. Ha sido una clase increíble. – gritó Momo, aplaudiendo a las chicas desde arriba de la tarima de la plaza central del complejo, dando por finalizada aquella sesión de fitness.

Aquella mañana de jueves, todas las concursantes tenían su segunda clase de deporte junto a Hirai Momo, una influencer especializada en ejercicio físico y que era bastante conocida por sus videos de cardio bastante intenso. Shuhua había probado hacía tiempo a hacer alguna clase de las suyas, ya que era bastante vaga para salir de casa a hacer deporte. Pero, después de una sesión de poco más de media hora de ejercicio, al día siguiente, se había levantado con tal cantidad de agujetas, que se había jurado a sí misma que encontraría otro deporte, el que fuera, con tal de no tener que volver a pasar por aquella tortura que la había dejado la mujer. No obstante, jamás se habría imaginado que se volvería a encontrar con aquella morena, y menos como su profesora de fitness dentro de un programa de talentos. El día anterior había sido algo más relajado, pues había sido la primera sesión. Sin embargo, esa clase había sido un suplicio para Shuhua, quien se sentía tan agotada que no podía mantenerse casi de pie. Por mucho que Irene les hubiera dicho que aquellas clases se hacían con el fin de mantenerlas en buena forma física para que pudieran hacer mejor las actuaciones, Shuhua estaba segura de que solo era una manera de tortura que se les había ocurrido a la gente del programa para destrozarlas.

- Me encuentro en estos momentos con un paso más cerca de la tumba. – se quejaba Lia, con cara de querer morir, tirándose al suelo de la mejor manera que podía.

- Te entiendo. Yo estoy exactamente igual. – Shuhua se sentía de la misma manera, por lo que decidió acompañar a la castaña, tumbándose junto a ella.

- Chicas, ¿no creéis que deberíais iros a la ducha antes que tumbaros en el suelo? – preguntó una morena a espaldas de Ryujin y Chaeryeong, quienes estaban de pie junto a ellas. La rubia se giró, dándose cuenta de quién se trataba.

- Shuhua, creo que no os han presentado. Ella es Shin Yuna. Está en el edificio de al lado nuestra. Va con Lia y conmigo en el grupo de esta semana.

- Encantada de conocerte. Pero, en este momento solo quiero morir. No tengo fuerzas ni para levantarme. – explicó Shuhua, con algo de dramatismo en su voz.

- Pues yo veo a alguien que está como si acabara de terminar de hacer la tarea más sencilla del planeta. – Chaeryeong dijo aquello, señalando con la cabeza a la morena que se encontraba despidiéndose de la profesora y se dirigía hacia su cuarto. Shuhua vio que se trataba de su compañera de habitación, quien, tal y como la pelirroja había puntualizado, parecía que se encontraba en perfectas condiciones, a pesar de la intensa clase de ejercicio de una hora que habían tenido que hacer.

- Pues será porque se pasa todos los ratos que puede en el gimnasio. Es la única explicación posible que le veo al hecho de que no tenga casi ni una gota de sudor en la frente. – intentó entender Shuhua, quien no pudo evitar fijarse de más en lo bien que le quedaban a su compañera de cuarto los leggins por encima de la rodilla y la camiseta algo corta por el ombligo en forma de nadador que llevaba puesta y que remarcaban cada una centímetro de su cuerpo, no dejando espacio a la imaginación. La morena tuvo que traga saliva, conteniendo dentro de su mente ciertos pensamientos no muy puros que le estaban surgiendo.

- He de reconocer que, si no fuera porque aún no la consigo entender, podría ver el atractivo que tiene. – comentó Ryujin. Shuhua no pudo evitar mirarla, con los ojos abiertos, pues no sabía si aquel comentario lo había dicho en serio o no. Lia, sin embargo, no se tomó muy bien el comentario y se levantó de golpe para dirigirse a la rubia.

- Pero ¿qué estás diciendo? ¿Te gusta Soojin? ¿En serio? – preguntó, algo indignada, saliendo disparada hacia el edificio de habitaciones.

- Uy, ¿pero qué mosca le ha picado a esta chica? – Chaeryeong se había quedado tan sorprendida con la actitud de Lia que Shuhua solo pudo encogerse de hombros, sin saber qué más decirle a su compañera.

Listen - SOOSHUWhere stories live. Discover now