Capítulo 17

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- ¡Shuhua! ¡Despierta! – gritó Miyeon, saltando sobre la cama de su mejor amiga aquella mañana de martes. Shuhua se asustó al encontrarse con ella, pues aún se estaba demasiado adormilada y aquello le había parado el corazón tanto como si le hubiera lanzado una palangana de agua fría por la cabeza. Al darse cuenta de quién se trataba, la morena empezó a pegarle, aunque no fuertemente, con el fin de intentar quitarse de encima a la castaña.

- Miyeon, ¿qué maneras son estas de levantarme de buena mañana? – se quejó Shuhua, consiguiendo lanzar a su mejor amiga al suelo, al no querer quitarse voluntariamente de encima suya. La castaña se acabó levantando del suelo, sin quitar su amplia sonrisa del rostro.

- Es que estoy muy emocionada y extremadamente feliz hoy y no me he podido contener. – siguió sonriendo como una niña pequeña. Shuhua sabía que, si la dejaba hacer, gritaría de emoción, así que se lo permitió.

- Haz lo que quieras hacer, pero cuéntame qué ha pasado. – la morena se llevó los dedos a los oídos para reducir el impacto del grito de Miyeon.

- ¡Minnie y yo nos hemos vuelto a besar! – después de aquello, saltó de espaldas a la otra cama de la habitación, sin parar de moverse de la emoción. Shuhua rio ante su actitud, pues parecía una niña pequeña enamorada hasta las trancas de su primer crush. Pero, aunque no fuera pequeña, era la primera persona que le gustaba y entendía su emoción, sobre todo si esa persona le correspondía.

- Me alegro mucho. Pero, ¿qué ha pasado?

- Pues, en realidad, no lo tengo muy claro. Es que, cuando volvíamos a la habitación anoche, yo estaba muy feliz por continuar una semana más, por ver que las juezas habían dicho buenas cosas mías y también te vi contenta a ti, así que estaba por las nubes. Entonces Minnie me dijo que estaba adorable de aquella manera y la vi tan guapa aún con la ropa de la gala y todo. – se sentó en la cama, sin parar de mover las manos. – Y, no sé, simplemente no pude contenerme y me acerqué a besarla. – se tapó por un momento la boca para contener el chillido que se quería escapar de su interior. - Te juro que fue increíble. Es que besa tan bien, es tan maravillosa conmigo, es que... - se volvió a lanzar sobre la cama, sin parar de sonreír, provocando que Shuhua también sonriera.

- Me alegro mucho por ti, Miyeon. Te lo mereces. – en ese momento, la morena se percató de que alguien debería estar allí y no la había visto desde que la habían despertado, por lo que tuvo que preguntar. – Oye, My. ¿Por casualidad no habrás visto a Soojin esta mañana? – la castaña se lo pensó antes de responder.

- La verdad es que me he levantado y he venido aquí directamente, pero no me la he encontrado por el camino. – en ese momento, le cambió el rostro. – Y, hablando de Roma, ¿qué pasó anoche? – Shuhua solo pudo suspirar.

- Mejor me cambio y te cuento antes de ir a desayunar. – dijo y se levantó finalmente de la cama para empezar el día.

Más rápido de lo normal, ya que la visita de Miyeon había hecho que se le echara el tiempo encima, Shuhua se puso una ropa cómoda para empezar el día y ambas se acabaron dirigiendo al comedor, una vez la morena le hubo puesto al día sobre lo que había pasado la noche anterior con su compañera. A esta la vio cuando entraron a la sala más grande del edificio, pero, exceptuando unas miradas de lejos, no hablaron mucho, ya que la morena se levantó rápido para volver a su cuarto. Durante ese rato que estuvieron en el comedor, además, Shuhua pudo ver gestos de cariño entre Minnie y Miyeon, así como de Ryujin y Lia, lo que provocaba las bromas de Yeji y Chaeryeong por lo cariñosas y pegajosas que se mostraban, pero le hacían verse demasiado soltera a la morena, quien no dudó en decirlo en voz alta, haciendo reír a sus compañeras.

Más tarde, se dirigieron al repaso de gala. Shuhua se quedó muy satisfecha con su propio trabajo y, por primera vez desde que estaba en el programa, decidió hablar. Se mostró contenta, pero también reconoció algunos fallos que, sin embargo, Irene no apreció. Le dio la enhorabuena y le pidió que siguiera por el mismo camino. Shuhua decidió hacerle caso, pues ella pensaba exactamente lo mismo.

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