a boku no hero academia fanfiction ⁺⁎
.˳⁺⁎˚ ୨୧ 𝒊𝒏𝒆𝒇𝒇𝒂𝒃𝒍𝒆
(adj.) too great or extreme to be expressed or described in words.
No había forma de explicar cómo los hilos del destino entrelazaron sus caminos; así como no...
.˳⁺⁎˚ ୨୧ CAPÍTULO CUATRO =͟͟͞ ♡̩͙ CASILLERO ESCOLAR.
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Para Todoroki Shōto no existía actividad alguna que llenara por completo el vacío que existía dentro de su ser. Había sido criado con el fin de satisfacer la ambición de su padre a su propio costo; su vida social y familiar había sido sacrificada para convertirse en el héroe que superaría a All Might. Gracias a la manipulación y el maltrato que Todoroki Enji ejerció sobre él, Shōto no tenía aficiones ni aspiraciones que salieran del marco heroico; lo único que le hacía sentir vivo en sus momentos de ocio era la lectura, actividad que podía realizar siempre y cuando no estuviera estudiando ni entrenando.
Él, a diferencia de sus compañeros de clases, nunca terminó de disfrutar como correspondía el ir a la escuela; debido a que se le había inculcado que las amistades eran una ‹‹distracción››; por ende, no tuvo jamás el pensamiento de socializar con los alumnos de los colegios a los que asistió; ni siquiera pudo jugar con sus hermanos cuando era un infante. Lo único bueno que le traía la vida escolar era una ‹‹distracción›› sana: se la pasaba la mayor parte del tiempo estudiando; resolver las tareas y prepararse para los exámenes le hacía ignorar la triste realidad en la cual existía; asistir a la primaria, secundaria y preparatoria lo mantenía alejado del ambiente tenso que se formaba en su hogar tradicional; hogar que se caracterizaba por la frialdad típica de un lugar en donde los lazos familiares están rotos; el hogar en donde se escondían oscuros secretos. Su casa solo le traía el recuerdo de golpes, lágrimas y gritos. Por ello, asistir a la academia Yūei, de alguna manera, resultaba en cierto alivio. Se había propuesto convertirse en un héroe que no necesitara de su lado izquierdo, aquel en donde prevalecían las llamas infernales que heredó de su padre. Si su objetivo era superar al símbolo de la paz, lo haría solo con el hielo que heredó de su querida madre, Todoroki Rei.
Shōto soltó un suspiro, al tiempo que cerraba su casillero; a un lado de él se encontraba Midoriya Izuku, un muchachito de cabello verdoso que apenas sabía utilizar su particularidad; la primera impresión que tuvo de él no fue la mejor, pero no le podía importar menos. También, cerca de su posición, se encontraba Yaoyorozu Momo, una chica alta de cabellera negra; a ella la ubicaba del examen de recomendados, además, se sentaba a su lado. Había notado que era una joven bastante diligente (razón por la cual le dio su voto al momento de elegir al representante de la clase —una lástima que ella quedara como vicepresidenta); el apellido Yaoyorozu era conocido entre las familias de clase alta, así que no le sorprendía que la chica tuviera un carácter tan refinado; sin embargo, el semblante actual de ella despertaba su curiosidad. ¿Por qué Yaoyorozu se asomaba por el borde de los casilleros, como si estuviera embelesada observando algo, o a alguien?
Por obviedad, a Shōto ese tema no le incumbía; no obstante, seguía siendo un adolescente y, en ocasiones, tenía la necesidad de saciar sus dudas. Todoroki aprovechó el hecho de que debía pasar por un lado de Momo para dirigirse hacia su salón; con un sutil movimiento podría averiguar lo que se traía la joven entre manos y, aunque no estaba asegurado que llegasen a ver lo mismo, al menos se encontraría satisfecho de haberlo intentado; no obstante, la azabache echó a perder sus planes cuando, de imprevisto, se tiró hacia atrás con la intención de esconderse, sin percatarse de la presencia del chico justo a su lado. Cuando la espalda de Yaoyorozu chocó con el brazo derecho de Todoroki, la chica se volteó con rapidez, apenada.
