Capítulo 44: Nunca digas nunca

81 8 2
                                    

NELLY JONES

Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.

NELLY JONES

—Pero no te pongas celoso.

—Son cosas que evito hacer, pero me consume en ocasiones y no quiero parecer tóxico.

Tenía su rostro en mi cuello, pero sus susurros me erizaban la piel en total. Su cálida respiración chocando con mi piel expuesta a él, pero no se permitía que pasara sus límites conmigo.

—No me gobiernes tan pronto, Williams. No me hagas parar y detener mi libertad— Exprese con seguridad.

—No lo haré, princesa. No puedo encadenarte porque no somos de nadie, y nosotros aún no sabemos lo que pasará.

"No somos de nadie"... Eso era correcto. Vivimos con tantas personas pero en realidad estamos solos. Es lo que hay que saber, lo que hay que entender y que debe quedar claro.

Caminamos solos, pasamos temporadas con algunas personas para convivir con seres al igual que nosotros pero al final siempre estamos solos. Esto es temporal y dolerá porque es muy obvio que nada es para siempre.

—Ya es muy tarde— Mire la hora en mi celular, iban a dar casi las 2:30 AM —Debes irte, Williams.

—¿Me estás corriendo ya, princesa?— Quito su rostro de mi cuello. Me miró fijamente con un puchero en su rostro.

—No alardees pero no quiero correrte, pero ya tu hermana me dijo que hoy tenías un bautizo. Toda tu familia estará allí porque es el bautizo de tu adorable primita.

—¿Hoy?— Lo note confundido.

—Pues, ¡Obvio!— Le di un ligero golpe detrás de su cabeza —Son más de la 2 de la madrugada, ya es domingo. Así que debes irte para no levantarte tarde.

—Mi madre me regañara por llegar demasiado tarde. Me sorprende cómo sabes más de lo que yo olvido, pareces de la familia ahora.

—¿Soy tan de la familia? Entonces... ¿Dónde está mi anillo de matrimonio? Si somos "novios", ya deberías dármelo— Bromee.

—Con todo gusto hasta me tendrías de rodillas ante ti, sosteniendo una sortija de diamantes azules.

Me sonroje un poco. Mejor me puse de pie y traté de arreglar mi suéter que estaba ahora arrugado. No le respondí a lo que dijo y solo me aparté para ir a mi escritorio y dejar mi celular.

No había respondido a los mensajes que recibí de Oliver. Habíamos hablado toda la noche hasta cuando Nathan se apareció de sorpresa en mi casa con la bandeja de postre que su madre había preparado. Lo impresionante era que él tuvo que ser sincero con su madre para que pudiera venir a verme. Me sorprende, y más por el lindo detalle de Nicoletta en darle algunos postres que preparo para venir a dármelos y poder comer de ellos.

—Aun me siento apenada con tu madre— Hable. Cerré todas las páginas de trabajo que tenía en mi computador y así presioné el botón para apagarlo.

The Crush © [ En proceso ]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz