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Nunca es sencillo mantenerse ante los nervios que te invaden tan lenta como rápidamente. Ahora estoy aquí, no sabiendo porque he aceptado venir a esta casa, sosteniendo este sobre con mi mano izquierda mientras que intento que la derecha no me tiemble mientras fuerzo la cerradura de esta puerta para poder entrar.

Mirando fijamente la cerradura, con lo que intento abrirlo, empiezo a sentirme más nervioso, impaciente incluso, no sintiendo un alivio inmediato hasta que lo escucho, hasta que veo como cede al fin después de casi diez minutos, pudiendo abrir la puerta, entrar en esta casa donde debo dejar un sobre y las cosas claras junto con una amenaza que se mantiene en mi cabeza después de tanto que Choi San me ha repetido como si hablase con un niño.

— Aquí estoy.. —hablo en voz baja —solo tengo que buscar a esa persona y dejarle las cosas claras antes de marcharme.

Antes de entrar miro hacia mi derecha, intentando calmar mis nervios y controlar que nadie me vea porque esto supone un delito que estoy a punto de cometer y me costaría mucho después entrar en una buena universidad para cumplir mi sueño de ser médico. Respirando de forma profunda muevo uno de mis pies, siguiendo con el otro de igual forma ya estoy en el interior de la vivienda, empujando la puerta lo suficiente para que parezca cerrada y pueda escapar sin problema alguno.

— Ya estoy dentro —hablo más para mi mismo —todo está en silencio y no parece que aquí haya alguien.

— Estará en la planta superior, en su dormitorio —me habla San a través del auricular en mi oreja —sube sigilosamente y sin miedo. Ve con decisión Wooyoung, no debes tener miedo porque tu eres el fuerte aquí.

No respondo porque no quiero hablar más, tampoco que mi voz se escuche en un momento dado y me atrapen antes de que pueda cumplir con mi parte para salvar la vida de Jisung de una muerte que seguro seria demasiado dolorosa.

Caminando de forma calmada, sin prisa aunque esto deba hacerlo rápido, recorro el espacio hasta que llego a las escaleras que me llevarán a esa segunda planta donde se supone que debe de estar la persona a la que tengo que entregarle el sobre en mi mano y la advertencia que de no pagar como le corresponde, deberá hacerlo con su propia vida. No me gusta la idea de amenazar, de arrebatar una vida porque no soy así, no soy como mi padre y lo que quisiera hacer con mi vida es salvar vidas, no arrebatarlas.

Subiendo uno a uno cada escalón de estas largas escaleras voy acercándome cada vez más a la planta superior, siendo que llego antes de lo que imaginé por los nervios que no me dejan en ningún momento.

— Puedo notar tus nervios con solo escucharte respirar —niego aún sabiendo que no me puede ver —confío ciegamente en ti Wooyoung, se más inteligente que todos ellos.

Le ignoro en cada palabra que pueda decirme, aunque estas sean alentadoras y positivas, subiendo aún cada uno de los escalones hasta que mis pies llegan a este último que supero en este momento. En el piso de abajo se escuchaba el silencio absoluto. En este donde me encuentro en este momento es más de lo mismo, con la pequeña diferencia de que no tan lejos, sobresaliendo del bajo de una puerta cerrada, alcanzo a ver una luz encendida.

— Estoy seguro de que ya estás cerca —lo está desde luego —continua y recuerda, cuanto más cerca estás el tiempo será limitado para los dos. Para ti porque serás quien se lo entregue, para él porque no sabrá como salir de esta pensando que le matarás al instante.

— Yo no quiero matarle —murmuro —solo le quiero entregar eso, que le quede claro todo e irme.

— Así será como suceda.

Quisiera confiar en sus palabras pero me da tanto que pensar que no puedo evitar sentir los nervios que no me abandonan, acostumbrándome a ellos, conteniéndome ante el miedo que no puedo permitir que me venza, recorriendo al mismo tiempo este espacio hasta la puerta tras la que la luz está encendida, tras la que debe de encontrarse esa persona tan tranquilo sin imaginarse lo que está por suceder. Sosteniendo bien el sobre con cada paso que recorro, parándome a escasos centímetros de la puerta, estiro mi brazo, sosteniendo la manilla con mi mano libre, dispuesto a enfrentarme a cuanto me encuentre. Con calma, la que puedo obtener, deslizo la manilla hacia abajo cuanto puedo, deteniéndome a respirar de forma profunda antes de abrir finalmente.

Apareciste tú //Sanwoo//Where stories live. Discover now