Parte 20: Reviviendo

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Cuando Fengmian llegó al lugar sintió un escalofrío, ya esta era la tercera llamada que recibía y todas habían sido por la misma razón, la primera vez fue 6 meses después de estar recluida. Madame Yu había tomado un cuchillo y se cortó parte del cuello, por suerte no fue una herida severa, pero había comprometido parte del movimiento del cuello y su alimentación debía ser alimentos blandos. La segunda fue dos meses después porque en un descuido de una enfermera tomo una sabana y trato de ahorcarse, reabriendo la herida anterior, causando una severa laceración en la laringe que le impedía comer alimentos sólidos.

Madame Yu había pasado el primer mes en negación, odio a su hijo por lo que le hacía, y seguía repitiendo que solo era una alimaña que debía agradecerle, la tuvieron medicada, pero esto realmente solo la dormida, para el tercer mes tuvieron que recorrer a terapia de shock. Madame Yu era obstinada y se negaba a someterse, así que varias veces fue golpeada por las enfermeras que no le tenían paciencia.

Fengmian en cuanto noto los moretones pidió el traslado de clínica, en esta durante el primer mes la aislaron totalmente y tuvieron que ponerle una camisa de fuerza; ya que era altamente agresiva y parecía no dar señales de mejora. Los días de visita la sedaban y era el único día en que comía ya que Fengmian era quien la alimentaba, esto ocasionó que se adelgazara de forma estrepitosa, la terapia de shock le hacía reaccionar, pero a causa de su delgadez la corriente le causaba mucho dolor y de alguna forma al inicio del quinto mes la ira menguo e inició a preguntar por sus hijos.

Ying no podía visitarla porque estaba en prisión y A Li iba y la consolaba diciendo que todo iría bien, un día pregunto por Jiang Cheng y esta le dijo que él no le guardaba ningún rencor que es más la perdonaba. Después de esto Madame Yu no hablaba y solo escuchaba, a medida que paso ese mes ella misma se dio cuenta del horrible infierno que había hecho pasar a su hijo, ella misma había estado encerrada por un mes y había sido electrocutado cantidad de veces.

Por primera vez la lucidez la golpeó, se sintió un monstruo, su corazón no podía aceptar que había hecho esto y sin saber más que hacer, un día mientras almorzaba tomo un cuchillo y se atacó a sí misma, por suerte estos cuchillos no son realmente filosos y Madame Yu no tenía fuerza además que se equivocó de ubicación. Esto ocasionó que ya la escasa comida que consumía se redujera más y fuese nuevamente atada y encerrada. Esto solo le recordaba lo que le había hecho a su hijo así que lloraba y se maldecía, sabía que su hijo ahora estaba bien por medio de su esposo y que la había perdonado, pero esta no se sentía merecedora del cariño que su hijo le tenía a ella, lo había destruido. Ella hizo cosas horribles merecía la muerte, un día mientras trataba de dormir, ya que en sus sueños oía constantemente los gritos de su hijo, inicio a sufrir de insomnio, tomo una sabana y la ato fuertemente deseando desaparecer.

Este nuevo intento ocasiono que le ataran las manos y que la aislaran en un cuarto acolchado, además de que nuevamente contaba con camisa de fuerza, de nuevo dejo de comer y de hablar, lloraba constantemente y no dormía. Cada vez que Fengmian iba a visitarla lloraba al verla en ese estado, estaba demacrada, sus ojeras estaban marcadas y literalmente estaba en los huesos, de la mujer orgullosa y hermosa no quedaba ni la sombra. A veces preguntaba por sus hijos y así no lo hiciera Fengmian le comentaba lo que él llegaba a saber tratando de hacerla sonreír, pero aunque ahora estaba cuerda su mente se disipaba. El día antes de la boda le aviso que asistiría, ella se alegró por su hijo y el día de la boda solo quería que su hijo fuera feliz, y ella no debía estar para que esto sucediera.

Se lanzó de un tercer piso que aún nadie se explicaba cómo había subido ahí, Fengmian vio salir a su mujer con una venda en la cabeza, pero aún estaba viva y eso tranquilizó un poco su corazón sin embargo se veía tan delgada tan destruida que su corazón dolía, lloro por su esposa, por no haber detenido todo eso a tiempo, ahora era tarde y debía afrontar las consecuencias de su cobardía.

Un loto marchito (XiCheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora