P r ó l o g o

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Decir que no estaba cansado y que tenía energías para hacer toda mi rutina diaria era una calumnia a lo que yo ya sabía que no era así

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Decir que no estaba cansado y que tenía energías para hacer toda mi rutina diaria era una calumnia a lo que yo ya sabía que no era así. La noche pasada había madrugado más de lo debido y en la mañana hasta la tarde estuve pagando las consecuencias. Justo ahora en la noche, cuando ya estaba a nada de acabar mi turno laboral, mi trabajo se volvió más pesado cuando me dieron las tareas que otros debían de terminar.

Hay que empezar a decir que mi vida es muy ajetreada, porque necesito estar de un lugar a otro, pensar de manera rápida para buscar soluciones. Mi trabajo se puede resumir como algo interesante y agotador, muy agotador; pero eso es lo que pienso solamente yo, porque si alguna vez me llega a escuchar mi jefe, lo más probable es que no tenga compasión de mí y me termine despidiendo.

Es por ello que no pude rechazar el deber de subirme a una patrulla junto a otro de mis compañeros y guiar a todo mi equipo al bar del centro de la ciudad llamado "Slàinte". En el departamento de policías se recibió la llamada que habían entrado algunas personas sospechosas al lugar, aseguraban que estas estaban armadas y probablemente se trataría de una de las bandas criminales a las cuales últimamente hemos estado buscando hasta el cansancio.

Su delito se resume en tráfico infantil y trata de blancas.

Existieron alrededor de 120 a 180 víctimas en el año pasado gracias a esta banda, el 57% eran niños menores de catorce años mientras que el otro porcentaje eran mujeres de veinte a veintitrés años de edad. Algunas fueron secuestradas en bares como el de ahora mientras que otras fueron vendidas por sus propias familias a estas personas sin siquiera saber quiénes eran —este último va más con las familias pobres de la ciudad—. También debo de añadir el dato de que el 13%, entre niños y mujeres, han desaparecido por completo; nadie sabe si se los han llevado a otros países o si simplemente los asesinaron. Datos bastante perturbadores que la mayoría de mis compañeros no quieren escuchar porque les causa repudio, pero para mí era como si estuviese escuchando lo que dice la biblia.

Bastante raro pero cierto.

Volviendo al tema de los delitos, todo el departamento de policías, o al menos mi unidad, estábamos dispuestos a terminar con esta banda criminal. Mi plan es pasar de desapercibidos y atacarlos cuando los tengamos en la mira. Probablemente hayan daños irreparables en esta persona, tal vez muera entre uno a tres personas en ese bar por las balas perdidas, y quizás, sólo quizás, el dueño de ese bar nos llegue a odiar por tanto caos que hemos hecho.

Llego al bar vistiendo una camisa blanca que tenía los dos primeros botones abiertos, una chaqueta de cuero negra, unos jeans ajustados con ragaduras a la altura de mis rodillas, y finalmente están mis botines negros que con frecuencia utilizo para ir a trabajar. Eran mucho más cómodos que esas botas que pensaban un kilo. Salgo del auto cuando mi colega Kim estaciona el auto a puertas de la entrada.

Le muestro mi credencial al hombre fortachón que estaba vigilando la puerta. Me deja pasar y no vuelve a mirarme más.

No espero a nadie de mi grupo y comienzo a bajar las escaleras que daban a la planta del bar. Paso mis manos por la fría baranda de metal reluciente mientras silbo Twisted Nerve. Algunas personas, en la mayoría mujeres, regresan a mirarme de pies a cabeza sonriendo lascivamente, yo hago lo mismo antes de acercarme a la barra y analizar un poco más el panorama que tenía: muchas personas bebiendo, algunas entre amigos y otros coqueteando con la persona que le parezca más atractiva.

Psicópata » Jeon Jungkook [BTS] [Completa] ✔️Where stories live. Discover now