Huit | 𝘛𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰𝘴。

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    Bítacora de un jardinero promedio; ocho de mayo, actualmente me encuentro intentando mantener una clase de relación romántica-no-romántica en pie.

    ㅡ¿Crees que debería cambiar los horarios de mis empleamigos? ㅡle pregunté, sentado en la esquina de la cocina.

    ㅡ¿Por qué no les preguntas a ellos? ㅡSsoso me sonrió dulcementeㅡ. Tal vez haya alguno que necesite el turno de la tarde para ir a la escuela en la mañana ㅡme explicó, dejando una taza de té a un lado de mi cuadernillo.

    ㅡBueno, tienes razón... tengo dos chicos que aún van a la universidad, aunque ahora tienen vacaciones ㅡtomé la taza entre mis manosㅡ, ¿debería preguntar?

    ㅡSería lo mejor. Si estudian en las mañanas, tal vez puedas dejarlos juntos en las tardes... lo mismo si es al revés. Sólo no te quedes sin empleados en algún turno ㅡasintió a sus palabrasㅡ. A todo ésto, ¿dónde está Pucca? Creí que se encontraba en casa.

    ㅡNo, está trabajando ㅡsonreí, elevando un poco mi pecho, ¡qué se note que estoy orgullosísimo de ella!ㅡ. Estuvo estudiando un poco a escondidas de su esposo, ahora está consiguiendo empleo.

    ㅡOh, éso es genial... oye, no habías mencionado éso antes, ¿de qué está trabajando?

    ㅡMaestra de jardín de niños ㅡsonreí aún másㅡ Se llevó a Yani consigo hoy.

    ㅡ¿Su gatita?, ¿dejan llevar animales a la escuela?

    ㅡHace más de veinte años que dejé de ir a la escurla, no tengo idea ㅡlas carcajadas de Ssoso me hicieron reír a mi también.

    ㅡBuenas tardes ㅡsaludó desde la puerta. Sus pequeños pasos arrastrándose se acercaron a la cocina, y su rostro se iluminó al vernosㅡ, ¡Ssoso! ㅡchilló, dejando a la pequeña Yani entre mis brazosㅡ. Oh, cielos, te ves muy bien ㅡhalagó, cuando se soltó de su abrazoㅡ, ¿éso es té?

    Sonreí a la emoción de Pucca.

    ㅡTú también te ves preciosa ㅡdijo, mientras acercaba otra taza a la mesaㅡ. Déjame que te sirva un poco.

    ㅡOh, bueno, muchas gracias.

    ㅡOh, genial ㅡmurmuré, la pequeña oficina que Pucca había arreglado para mi estaría en completo silencio de no ser por que estaba hablando por teléfonoㅡ

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    ㅡOh, genial ㅡmurmuré, la pequeña oficina que Pucca había arreglado para mi estaría en completo silencio de no ser por que estaba hablando por teléfonoㅡ. Okay, ¿te parece bien si dejamos el horario de la tarde los jueves? Después de las dos, por supuesto ㅡsuspiré aliviado a la afirmación que obtuve del otro lado de la líneaㅡ. Bien, nos vemos mañana. Ten buena noche.

    ㅡ¿Trabajo? ㅡpreguntó Pucca, acercando una taza con café a mi mesaㅡ. No deberías preocuparte tanto, te estresarás.

   ㅡEstoy bien ㅡle sonreí, bebiendo un sorbo de caféㅡ. Sólo quería arreglar los horarios... me encargaré mañana de dárselos personalmente, así que todo está bien.

    ㅡBueno... si la lista de horarios está más arreglada que tu oficina, seguro será perfecta ㅡrió, observando el lugar.

    ㅡSoy desordenado cuando quiero ㅡapunté, con una sonrisaㅡ, pero no te preocupes, soy ordenado también.

    Me ayudó con los papeles restantes y, una vez todo estuvo medianamente bien, ambos fuimos a la habitación. Se quedaría conmigo, en mi cuarto. Es la primera vez que intentamos dormir juntos.

    ㅡGracias por dejarme dormir aquí ésta noche, de verdad ㅡsusurró, mirando a la ventana, sentada en el borde de la cama.

    ㅡNo te preocupes, está bien ㅡle comenté, poniendo el despertador en su lugarㅡ. Me disculpo por adelantado si te quito las mantas al dormir... te juro que estoy intentando arreglar éso.

    ㅡBah, está bien ㅡse encogió de hombros, con una sonrisa.

    El frío se me calaba hasta los huesos mientras miraba el viento mover los árboles y golpear las ventanas de vez en cuando. Estoy empezando a odiar un poco al Tobe del pasado, ése que decidió que sería una buena idea el dejar sus mantas gruesas en la casa de su ex-esposa.

 Estoy empezando a odiar un poco al Tobe del pasado, ése que decidió que sería una buena idea el dejar sus mantas gruesas en la casa de su ex-esposa

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    En medio de mi sueño, una luz blanca incandescente me hizo despertar. Miré a todos los lados de la habitación, hasta que un trueno interminable me hizo brincar en la cama. Sabía que estaba lloviendo, pero ¿tanto así?

    Pucca temblaba a mi lado, así que me volteé a mirarle.

    ㅡ¿Estás bien?

    ㅡL-Lamento haberte despertado, yo... le tengo miedo a los truenos ㅡrió bajito, acomodándose en la camaㅡ. V-Voy a dormir mirando a éste lado de la habitación, ¿sí? Llámame si necesitas algo ㅡmurmuró, antes de darse la vuelta y ver la pared.

    Al volver a recostarme, me volteé sobre mi brazo derecho y pasé mis brazos por sobre su cuerpo; uno debajo de ella y el otro por sobre su estómago.

    ㅡ¿Está bien si te abrazo? ㅡmurmuró un "sí" pequeñoㅡ, ¿te sientes un poco más segura?

    ㅡSíp ㅡun trueno le hizo levantar sus hombros, golpeándome en la barbilla con uno de ellos. El trueno sonó interminablemente hasta que finalmente pudimos quedarnos con un poco de silencioㅡ. Lo lamento, ¿te dolió?

    ㅡNo, para nada.

   Sí, si me dolió... en medio de nuestra pequeña charla, seguía con sus hombros temblando bajo la manta, así que tome una aún más gruesa y la puse sobre nuestros hombros. Acerqué su cuerpo al mío, y sin pensarlo dos veces, le dí un beso de buenas noches en el cuello.

    Tal vez fueran las cinco y media cuando me desperté en plena madrugada, mis brazos inmovilizados y otro trueno que me sacaba de una pesadilla

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    Tal vez fueran las cinco y media cuando me desperté en plena madrugada, mis brazos inmovilizados y otro trueno que me sacaba de una pesadilla. Quise voltearme y ver el reloj despertador, no quería despertar a Pucca a las siete de la madrugada, si es que tenía la oportunidad de parar el reloj.

    Cuando mis ojos pudieron acostumbrarse a la poca luz de la mañana que se calaba por las cortinas, ví a Pucca sobre mi brazo, con una de sus manos sobre mi pecho y su cabeza sobre mi hombro. Quién iba a decirme que cosas cómo éste sentimiento puro existirían...

삶    𝖣𝖾𝖻𝗂𝗈́ 𝗌𝖾𝗋 𝖾𝗅 𝖵𝗂𝖾𝗇𝗍𝗈  ❚  tobecca. [✓] Where stories live. Discover now