Capítulo 42: "Los hermanos Simón".

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En la Tierra.


Amadeo y Cassandra se convirtieron en gatitos para poder investigar la escena del crimen del tutor de Haider.

La policía y los vecinos se encontraban afuera del sitio. El joven Cuadrado vio a los padres de Carla: los pobres sujetos estaban muy demacrados y sus semblantes mostraban la tristeza que albergaban en su interior.

—¿Alguien sabe dónde está Cassandra Haider? —quiso saber una agente.

—¡La deben haber secuestrado! —exclamaron con horror algunas señoras del barrio—. ¡El papá estuvo gritando como un loco durante un rato y ahora la jovencita no está! ¡En esta ciudad hay mucha gente peligrosa!

Era increíble cómo hacían conjeturas sin saber nada sobre sus vecinos.

—¡Pobre muchacha! ¡Debe estar sufriendo horrores!

—Creo haberla visto hace algunos días...

—¡Díganle al intendente que estamos hartos de la inseguridad!

—¡Hay demasiados drogadictos en Rosario!

—¡Qué peligro!

—¡Pobre familia!

Los oficiales tomaron nota y trataron de alejar a la multitud curiosa de allí, pero hasta se habían acercado los medios de comunicación. Había cámaras y gente filmando la escena del crimen.

Como siempre, los reporteros informaban lo que decían los vecinos —quienes sacaban a relucir problemas sociales que no tenían nada que ver con el asesinato del señor Haider—, y difundían cualquier noticia que pudiera servirles para aumentar su número de televidentes.

Cassandra se veía devastada. Se había subido a la ventana que daba al living, pero no se atrevía a ingresar.

A pesar de que él no era su verdadero padre, habían compartido mucho tiempo juntos y ella era una persona que, si bien se mostraba fría, albergaba profundos sentimientos hacia los seres humanos. Las personas no la merecían.

Amadeo deseaba ser capaz de consolarla y que Haider lo quisiera del mismo modo en que él la adoraba, pero era consciente de que, hiciera lo que hiciera, eso no sucedería. Su amiga le había dejado claro que le gustaban las mujeres.

Como la joven (ahora felina) se hallaba parada en la ventana sin siquiera moverse, él se atrevió a saltar en el interior de su vivienda. Haider vaciló, pero lo siguió.

Se encontraron con un desastre: artefactos rotos, restos de vidrio, muebles vacíos y objetos como adornos y prendas de vestir desparramados en el suelo. Lo peor era el cadáver que yacía magullado sobre la alfombra: un señor de mediana edad, cuyo pijama se encontraba repleto de su propia sangre.

Haider maulló larga y lastimosamente. Se subió arriba del cuerpo sin vida de su tutor y se acurrucó, temblando de angustia y sin dejar de sollozar.

Amadeo se sentía un completo inútil por no poder consolarla ante semejante dolor. Ella había perdido a sus padres biológicos y se había encariñado con este sujeto ¡Y había sido brutalmente asesinado!

Mientras su amiga lamentaba la pérdida de su ser querido, él decidió marcharse a la habitación de Haider —la cual estaba hecha un completo desastre—. Volvió a su forma humana, trabó la puerta y decidió hacer un hechizo de identidad. Cerró los ojos, y dejó que la energía mágica fluyera de su interior hacia el exterior, de forma cálida y veloz. Utilizando las partículas indicadas que circulaban por el aire y sus conocimientos de magia, pudo encontrar el cabello de un hechicero en el suelo. Aclaración: él podría haber realizado un hechizo de localización con los restos del señor Haider, pero prefirió ahorrarle el mal momento a su amiga.

Medealis [COMPLETA].Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang