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El doncel abrió sus ojos y sintió que la cabeza le iba a explotar del dolor. Se removió en la enorme cama y la realidad lo golpeó como un chorro de agua fría.

Todo lo que le había dicho la noche anterior a Chanyeol llegó como un relámpago a su mente. Tapó su rostro con la colcha al pensar en el espectáculo que le dio antes de irse del restaurante.

—¡Ahhh!— mordió la colcha para que no se escuchara su grito —Idiota, Baekhyun. Eres un idiota— se dije a si mismo.

Se levantó de la cama y sentía la cabeza aún más pesada. Necesitaba un baño y salir de aquí. Necesitaba ver a su hijo, estar con él y olvidar lo que sucedió anoche.

Se ducho rápidamente y revisó su maleta, donde encontró un conjunto de playa amarillo no muy ajustado. Se visitó y añadió unas converse blancas para quitar un poco lo playero, por último peinó su cabello de forma natural.

Estaba listo para irse de aquí.

Se colocó sus gafas de sol para que no se le notara lo hinchado de sus ojos. Se acercó a la puerta para escuchar algún ruido, pero no logró percibir nada, abrió la puerta y jaló la maleta.

Se detuvo en el pasillo al encontrar a Chanyeol sentado en la mesa de desayuno frente a la ventana. Se sorprendió al ver que el alto ya estuviera duchado y listo ¿Cómo lo hizo si tranco la puerta con seguro anoche? fueron los pensamientos del doncel, y al parecer el mayor se dio cuenta de lo que pensaba porque sonrió con autosuficiencia.

—Reservé otra habitación para ducharme esta mañana y envié a alguien por ropa.

—Claro— contestó sentándose y tomando un poco de jugo —Se me olvidaba que tu consigues todo lo que deseas— probó un poco del jugo.

—No todo— dijo inclinándose del otro lado de la mesa para observar fijamente a Baekhyun, luego desvió la mirada a la maleta que había dejado en medio del salón — Veo que ya te quieres ir.

—Me dijiste que salíamos en la mañana— se encogió de hombros para restarle importancia a la conversación.

—Quizás podríamos salir más tarde y aprovechamos la mañana para hablar.

—No tenemos nada de qué hablar —el menor se levantó de la mesa, quería alejarse de él cuanto antes —Además, deseo ver a mi hijo. Lo extraño y no he hablado con él, quiero verlo. Así que ya estoy listo para volver a tu casa— escupió lo último sin poder controlarse.

—Ahora será nuestra— respondió mientras se servía un poco de omelet —Ya tú cuñado envió tus cosas a la casa y Eun las acomodo.

—¿Quién es Eun? —preguntó.

—Song Jieun, mi ama de llaves —comenzó a comer —Deberías de desayunar, está muy bueno.

—No gracias, mejor espero en el sofá.

—Esta tarde debes declarar contra Kibum— soltó como si nada, Baekhyun se quedó a medio camino del sofá.

Se dio media vuelta sintiendo la ira crecer por su ser.

—¿Y me lo dices ahora?— sentía un escalofrió recorrer su cuerpo y le entraron ganas de vomitar —¿por eso estamos regresando hoy?

Una nueva oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora