"M & F ♡" 2

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Una semana sería la duración de las prácticas en conjunto entre las dos preparatorias a la que asisten Ryoya Misato y Mashiro Tsukiyuki, a lo que el peliblanco aprovecha aquello para cortejar al omega de cabellos castaños, quien parecía ignorar sus intentos de cortejo pero que la verdad no se daba cuenta de ellos.

—¡Futaba-kun, durmamos juntos! —decía el alfa de cabellos blancos, emocionado, pero pronto toda emoción se esfumaba con tan solo la presencia de aquel alfa de cabellos negros que no se despegaba de Futaba ni un segundo.

Como en todos lados, siempre habrá una contraparte, y, en esta historia, Misato era la contraparte de Mashiro, quien no dejaba que el alfa albino se saliera con la suya, sin embargo, fue un instante en el que Misato se descuidó y Mashiro aprovechó dicha ocasión.

—¡Futaba-kun! —chilló con alegría al alfa de menor estatura, saltando sobre el pobre de Futaba. —¡Abrazo! —y así como lo dijo, así lo hizo. Mashiro abrazó al omega que acababa de salir de bañarse y posó su cabeza sobre el hombro de Futaba, a lo que su nariz tenía pase libre y podía impregnarse del aroma del omega así como viceversa.

No le importó que los cabellos lacios de Futaba mojaran parte de su camisa, al contrario, se pegó aún más a su cuerpo.

Como era de esperarse, a Shotaro no le importó aquella acción, a lo que dejó que el alfa siguiera oliendo su esencia, acariciando sus cabellos albinos como si se tratara de una madre consolando a su pequeño hijo, pero nunca esperó impregnarse tanto del aroma del contrario a tal punto de hacer sentir mal a Misato, quién, de la impresión al verlo llegar a la cocina, tiró los platos que tenía en sus manos al oler como el cuerpo de Futaba desprendía el aroma característico de Mashiro y no del castaño.

—¡Misapon! —Mashiro se burló del alfa pelinegro, y con una cínica sonrisa le hizo entender que él era un rival formidable y que aprovechó su descuido para atacar.

Por otra parte, los demás gimnastas se habían dado cuenta de la rivalidad que se había formado en torno a Misato y a Mashiro, pero no les molestaba, debido a que aprovechaban la energía que tenían ambos alfas para hacerse lucir frente a Futaba para realizar nuevas rutinas durante los entrenamientos, es por eso que tampoco les importaba si Futaba tenía o no el aroma de otro alfa, mientras fuera alguien que ellos tuvieran confianza, todo estaría bien, y Misato y Mashiro eran personas de confianza.

—Misato, tú recogerás esto. —dijo el capitán de cabellos rojos, viendo los pedazos de vidrio regados por todo el suelo. —No pasen o se van a cortar.

—La escoba está afuera, Misato. —le dijo Keisuke, el vice capitán de cabellos grises. —Cuidado al barrer. —pero Misato hizo caso omiso a lo que le dijo el omega marcado de cabellos grises y caminó hacia Futaba sin importarle pisar los vidrios.

—¡Misato-kun! —chilló Futaba, completamente preocupado al ver que Misato había caminado sobre los vidrios rotos como si nada. Se plantó frente a frente con Futaba y, con un tono serio, dijo:

—Quítate la ropa. —lo último que quería era que todos pensaran en doble sentido, pero le molestaba ver y oler a su omega con el aroma de otro alfa. Simplemente no lo soportaba, y no quería rasgar aquellas prendas que eran las favoritas del menor por lo cómodas que eran.

Los demás, a excepción de Futaba y de Mashiro, se sonrojaron al escuchar lo que había salido de la boca del alfa.

Claro estaba que Mashiro no quería que Futaba se quitara la ropa que tanto esfuerzo había hecho por dejar su aroma en ella, así que se aferró a Futaba, como siempre hacía, y no dejó que Misato se acercara más al castaño.

—Estrella pervertida, yo creo que esas cosas se hablan en... —pero el rubio no pudo acabar su frase al sentir las potentes feromonas que desprendió el pelinegro. Incluso él siendo beta podía sentirlas, más no olerlas.

Diario de un omega despistado |Bakuten / Backflip| 🔞Where stories live. Discover now