"M & F ❤" 5

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A la mañana siguiente, el calor estaba insoportable. Es en estos días que uno se pone a reflexionar del grave problema que hay con el calentamiento global.

—Que calor… —dijo Futaba, levantándose de su cama tras despertarse, mientras se limpiaba el sudor que corría en su rostro. —Ni siquiera ha salido el sol. —Deseaba tener un aire acondicionado para sobrevivir en estos días de… ¿verano? No, no era verano, entonces, ¿por qué hacía tanto calor como los días de canícula? 

Pronto el calor que sentía el omega afectó todo su cuerpo. Su entrepierna le dolía. Su vientre le dolía. Incluso sus piernas le dolían. Se sentía como si Futaba estuviera en...

—Mi-Misato-kun. —Futaba intentaba despertar al chico que dormía en la otra cama, pero su voz poco a poco fue quebrándose. —Por… Por favor. —Le rogaba a los dioses que el alfa se levantara.

Celo

Y, como si sus plegarias fueran escuchadas, Misato se despertó tras sentir como aquel fuerte aroma que desprendía el cuerpo caluroso del omega castaño se introducía por sus fosas nasales.

—¡Futaba! —gritó el alfa al sentir las intensas feromonas que inundaban la habitación, levantándose de su cama sin perder el tiempo, pero, al levantarse tan rápido, se golpeó contra el techo del mueble, por lo que fue recibido por un fuerte golpe en su frente. Linda forma de despertar. 

Como pudo, Misato se tapó la nariz con su mano, tratando de no inhalar demasiado el aroma a celo de Futaba que pedía y rogaba por tener a su alfa a su lado. Tomó al menor y lo arropó con las propias sábanas del omega en cuanto sintió que el castaño perdía fuerza, pero no solo perdía su fuerza física, sino también la mental. Futaba poco a poco perdía su cordura y se dejaba llevar por sus instintos animales.

Debido a lo intenso de las feromonas, alfas, omegas e, incluso, betas pudieron darse cuenta de lo que estaba sucediendo en la habitación de los dos alumnos de primer grado, ya que el aroma de Futaba se había extendido rápidamente por toda la residencia.

Mashiro, debido a que era un alfa soltero y olía las feromonas de su omega rogando por él, fue el primero en llegar a la habitación, empujando la puerta de madera que dividía la habitación con el pasillo.

—Alejate de él. —Amenazó el alfa albino, sacando sus colmillos para intimidar al alfa pelinegro que se atrevía a tocar lo que era de él. Y Misato no se quedó atrás. Sacando a relucir sus brillantes colmillos, Misato vió como un ser inferior al de menor estatura.

Ante los ojos hambrientos de Misato, Mashiro se veía como una garrapata. Una molesta garrapata.

—¡Ustedes dos, afuera! —dijo el capitán Masamune, tratando de alejar a los alfas y proteger al omega que se retorcía del dolor entre las sábanas de su cama. Pronto el otro capitán pelirrojo llegó a la escena, jalando a los chicos fuera de la habitación entre golpes y pataleos por parte de los menores.

La diferencia que había entre estos alfas y los alfas que se peleaban por Futaba era simple. Los capitanes estaban marcados por sus respectivos omegas, así como ellos también habían marcado a sus omegas.

Ellos eran alfas comprometidos.

Ellos no eran afectados por el celo de Futaba, pero Futaba si era afectado por las feromonas de ellos, y más porque eran alfas.

—¿Dónde está Keisuke? —preguntó el capitán, buscando con la mirada a su pareja de cabellos grises.

—Busca supresores para Futaba. —respondió el beta rubio, manteniéndose alejado de los alfas menores, ya que estos estaban a punto de saltar sobre el cuello del otro. No quería meterse en peleas de alfas.

Diario de un omega despistado |Bakuten / Backflip| 🔞Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα