10. Tarjeta

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Niko apuró a su amigo, luego que este le invitó a acompañarlo a ir de compras. No es algo que pasaba todos los días, así que debía aprovechar antes que su amigo se arrepintiera.

Al castaño se le complicó un poco elegir algo con lo que se sintiera cómodo. Vieron de todo tipo de prendas, incluso juguetes sexuales. Recibió una clase exprés de educación sexual con Niko. Su amigo le explicó cómo funcionaban algunos juguetes y como debía moverse para Emilio.

Admitió que fue una tarde interesante, vergonzosa pero interesante.

Decir que olvidó lo que pasó era una mentira. Claro que no fue fácil descubrir el engaño y sentirse traicionado. Claro que no es fácil seguir como si nada ha pasado porque si pasó pero, dicen que no hay peor lucha que la que no se hace, ¿no es así? Y Joaquín quería luchar por su matrimonio, quería luchar por Emilio. ¿Debía darse por vencido ante el primer gran problema de su matrimonio? ¿Qué diría eso de él?

Joaquín está dispuesto a dejar ir sus miedos e inseguridades y reconquistar a Emilio. Quizás Niko tiene razón y lo que Emilio tiene con el otro no es nada serio. Se veía mal, parece arrepentido y ha intentado hablar con él, sin dejar de mencionar que ante su negativa le esta dando su espacio.

Así que, pondría en marcha su plan "Reconquista" esa misma noche. ¿Por qué no?

–Voy a descubrir que pone loco a Emilio. –Dijo seguro mientras se veía al espejo con la lencería que había comprado esa tarde.

Llamó a su esposo.

–¿Joaquín? –No ocultó su asombro.

–¿Vas a venir temprano hoy? –Se mordió el labio, nervioso.

–Eh, sí. Creo que sí, amor, ¿por qué?

–Bueno, quiero que hablemos y... quiero verte. –Era extraño para Emilio volver a escuchar el tono dulce y tímido en Joaquín. –Entonces, te espero ¿sí?

–Claro que sí, bebé. En un momento salgo para allá. –Sonrió ante el cambio repentino de Joaquín. Era algo positivo.

No sabía si lo había perdonado, pero está decidido a que Joaquín lo hiciera si fuera el caso contrario. Esta dispuesto a hablar sobre lo que pasaba entre ellos, y solucionarlo. No podían seguir evadiendo su realidad.

–Hola, ¿ya vas de salida? –Dijo Christopher desde la puerta. –Estaba pensando en ¿por qué no me acompañas a mi casa? Imagínate que mi auto está fallando y no me gustaría quedarme varado por ahí, solo. –Claramente hay algo detrás de esa falsa vulnerabilidad.

–Mira, la verdad es que tengo un poco de prisa. –Contestó seco.

–¿Qué? –El rubio lo miró extrañado.

–Pero... –Pensó unos segundos. –Si te acompaño. –Finalizó y Christopher sonrió.

Cuando llegaron a la casa de Christopher, este se lanzó a la boca de Emilio. Tan feroz y dominante como siempre. Emilio intentó quitárselo de encima pero Chris no le daba tregua. Gimió cuando una mano había bajado el cierre de su pantalón y ahora masajeaba su polla.

–Detente. –Pidió. –Chris, detente. –El rubio ignoró la petición del hombre excitado frente a él.

Christopher calló de rodillas, asombrando un poco a Emilio. Sonrió descarado al ver la polla que endurecía entre sus manos. Lamió toda la longitud y el cuerpo contrario se estremeció. Levantó su mirada, la expresión en la cara de Emilio era un conflicto, pero se encargaría de eliminar cualquier duda que pudiera tener este hombre, así que sin previo aviso llenó su boca con la longitud palpitante de Emilio.

Como el otro | EmiliacoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz