21. Es amor.

5.2K 564 484
                                    


Las visitas de Zewu Jun a Muelle de Loto se volvieron frecuentes, una vez por semana iba para encontrarse con Jiang Cheng y así asegurarse de que estuviera sano. A pesar de que el menor no se veía particularmente feliz con su presencia, él se mostraba satisfecho, y cuando tenía suerte, podía ver a su amado sonriendo mientras tocaba su no muy abultado vientre. Pero Wanyin nunca le permitía tocarlo para sentir al bebé, no le permitía tocarlo en absoluto.

En aquella ocasión, recién acababa de llegar a Yunmeng luego de hacerle una visita a Jin GuangYao para tratar asuntos pendientes entre las sectas. Como era de esperarse, XiChen se aseguraba de pasar desapercibido al entrar a Yunmeng y en las muy pocas ocasiones cuando por algún descuido lo veían, ponía de pretexto que debía hacerle una consulta al líder Jiang y entonces lo visitaba en uno de los salones principales. Por fortuna eso había ocurrido sólo dos veces, y el resto llegaba bien entrada la noche o en la puesta de sol.

Esta vez el atardecer estaba a punto de volverse noche en el horizonte y Wanyin estaba pasando el rato sentado en el muelle, admirando el paisaje y tomando el fresco. Antes de acercarse más y ser notado, el Lan esbozó una leve sonrisa por la imagen de su amado con una de sus manos sobre su vientre y teniendo una expresión relajada que pocos eran afortunados de observar.

Se acercó, aclarándose la garganta levemente, pues al parecer no lo habían visto aún.

– Jiang Cheng – habló con su habitual tono tranquilo.

El aludido volteó enseguida, de inmediato su expresión relajada desapareció y en su lugar el ceño fruncido de siempre enmarcó su rostro.

– No te esperaba hoy – dijo el menor, y de pronto, entrecerró los ojos tocando su vientre con ambas manos.

XiChen se acercó de inmediato e intentó tocar el hombro del Jiang, pero este no se lo permitió, pues levantó su mano para evitar ese toque.

– ¿Qué pasa? – preguntó preocupado.

– No es nada, solo este mocoso o mocosa que se movió demasiado, siempre hace lo mismo cuando apareces y saludas – respondió con enojo.

Con ese comentario, el Lan se permitió sonreír.

– No puedes culparme por eso, no es mi culpa que se alegre con mi presencia – bromeó.

Wanyin rodó los ojos. Realmente parecía que el bebé se alegraba cada vez que XiChen aparecía y eso le hacía rabiar, pero al mismo tiempo, e internamente, le parecía tierno; aunque nunca fuera a decirlo pues no quería darle esa satisfacción al otro padre.

– No juegues con fuego, Zewu Jun – dijo, y estiró su mano mirando hacia otro lado.

El mayor le dio la pequeña canasta que llevaba con él.

Solo con mirar aquella canasta a Jiang Cheng se le hacía agua la boca. Desde que se enteró del embarazo le daban antojos de comer pollo frito, sin embargo, no de cualquier pollo frito, sino de uno que preparaban en LanLing Jin; y él no podía darse el lujo de ir seguido hasta ahí, no en su estado, ni siquiera para visitar a Jin Ling. En realidad, en esos días no salía mucho de Muelle de Loto y por supuesto no participaba en las cacerías nocturnas, poniendo como pretexto estar ocupado con acuerdos comerciales y la reconstrucción que aún no terminaba.

El líder de Yunmeng quería devorar esas alas de pollo de inmediato, pero decidió que sería mejor esperar, saliendo de su ensoñación se aclaró la garganta.

– Gracias – dijo como si nada y asentó la canasta junto a él.

– Es lo mínimo que puedo hacer por ti dadas las circunstancias.

Secreto bajo la luna llenaWhere stories live. Discover now