Secreto bajo la luna llena

9. Tu nombre.

NOTAS: Aquí viene el drama!!!! Espero sus comentarios y recuerden que si ven algún error de redacción u otra cosa por favor díganlo, así me ayudan a mejorar mi escritura :3

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– ¡A-Cheng! – XiChen le alzó la voz al ver que no respondía ni se movía.

– ¡Basta! ¿cómo te atreves a llamarme así?, ¿esto es una maldita broma?, ¿crees que es gracioso líder de secta Lan?, ¡todos estos años has estado burlándote de mí!, ¡¿cómo fuiste capaz?!

Jiang Cheng estaba gritando. No podía aguantar un momento más, aquello confirmaba que XiChen le había mentido de nuevo y sintió que podía atacarlo con Zidian en ese mismo instante.

– Entonces si te diste cuenta... ¿acaso pensabas ignorarlo?

– ¡Bastardo! ¿Te atreves a reclamarme algo así? ¡¿Cómo pudiste?! ¡Engañarme de esa manera... tomarme por idiota todos estos años...! – hizo una pausa mirando hacia el suelo como si reflexionara – todos estos años... tu... lo hiciste de nuevo, ¡me engañaste una vez más!

– No digas eso, no sabes todo lo que he pasado, todo lo que ocurrió, tu no...

– ¡Cierra la boca! ¿Cómo... te atreves a decir tal cosa?, ¿Crees que ha sido divertido para mí? ¡Tomamos una decisión!

– Wanyin cálmate un momento, estás actuando de forma impulsiva, debes escucharme.

– ¡Vete a la mierda! – dijo mientras Zidian se convertía en látigo al instante.

Un aura color violeta y pequeños rayos enmarcaban a Jiang Cheng y a su alrededor el ambiente se volvía cada vez más y más pesado.

– Has tomado de mí lo que quisiste sin preguntar, te has burlado de mí dos veces, se suponía que lo entregaste a alguien más para que cuidara bien de él porque tú y yo siempre fuimos un maldito desastre que nunca debió ocurrir y resulta que lo has tenido junto a ti todos estos años ¿por qué no está con sus padres? – preguntó, pero la realidad era que no quería escuchar esa respuesta.

– Puede estarlo ahora porque nosotros somos sus padres...

– Jha... no te quieras hacer el gracioso conmigo.

– Ahora lo sabes, podemos reparar esto, todo lo que ha sucedido...

– ¡Ya basta! – Jiang Cheng gritó con los ojos cerrados – deja de decir incoherencias ¿Crees que es fácil?, ¿Crees que para mí ha sido fácil?, ¿Cómo piensas explicarle a ese niño que sus padres son dos hombres?, ¿Cómo le dirás que gracias a ti no tiene una familia que lo ame?

XiChen desvió la mirada, no sabía que decir y su rostro se endureció al recordar todos los errores que cometió en el pasado por estar enamorado.

– Eres genial... estos dos días lo único que has hecho es fastidiarme para hablar conmigo y justo ahora que estoy hablando no sabes que responder.

Jiang Cheng estaba tan molesto con Zidian en su mano derecha, que sintió deseos de golpear a Lan XiChen tanto como le fuera posible. Pero la realidad era que nunca sería capaz de hacer algo parecido y si lo hiciera, XiChen no sería capaz de mover un dedo para defenderse. Aun así, en esos momentos no podía mirarlo a la cara, estaba demasiado molesto y dolido. Él no era una persona de hielo, no era como que haya entregado a su propio hijo por deshacerse simplemente de él, no era que no lo hubiera amado ni que no pensara en él todos los días. Todo era más complicado que eso y él ya estaba muy lastimado.

Rabia era lo que sentía de no poder reaccionar de una forma que su enojo pudiera liberarse. Su mano derecha apretaba a Zidian con fuerza por la empuñadura, su cuerpo temblaba, su dentadura casi rechinaba. ¿Qué rayos pasaría ahora?