CAPITULO 5

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POV POCHÉ

"Eres mi más bella coincidencia, Casi se me acaba la paciencia, Yo que ya dudaba del amor, Y de pronto sucedió. Un milagro que seguro el universo me mandó...
Tu me caíste del cielo, En el preciso momento, Seguramente algo bueno debí de haber hecho, Y mi recompensa fuiste tú"

*****

La cosas entre la Señora Calle y yo, se habían vuelto como en un principio; Era distante, fría y parecía importarle poco lo que sucediera a su alrededor, al parecer también se había olvidado de que ya éramos 'amigas'. Algo tenía, yo sabía que ella estaba sufriendo, lo puedo ver su mirada... que por más que intente ocultar el dolor con el enojo, no puede hacerlo, no puede engañarme a mí.

Los días pasaban, y el trabajo era menos. Los desayunos y los almuerzos eran en completo silencio, por más que yo intentaba hacerle platica no podía ni siquiera hacerle sonreír. Ella trataba de evitarme y no entendía el porqué, quizá, en algún momento se enteró que su esposo la engañaba y yo ya lo sabía.

Hoy había hecho que limpiara una una vieja bodega, lo hice dos veces; pues a ella no le habia gustado la primera y por supuesto hice todo lo que me dijo. Yo haría lo que fuera por ella, incluso lanzarme al vacío de ser necesario. La verdad que si había sido un dia muy cansando,pero eso no me iba a detener para salir de rumba con Elena, y mi nuevo amigo Alejo, eso no iba a detenerme para celebrar mi cumpleaños.

Me miré nuevamente en el espejo, me veía bien, me veía como una joven que disfruta de todo lo bello que te ofrece la vida.

Salí de la habitación, en busca de Lolita para decirle que no me esperara. Esa viejecita linda se había vuelto como una verdadera abuela, incluso, ella ya lo asimilaba.

Cuando iba a dar vuelta al pasillo, me topé con una mujer de gabardina negra. La misma mujer con la que me había topado la primera vez; pero ahora se dirigía a la habitación del joven Americano.

Ese hombre también que era extraño, había veces que no lo miraba en el desayunador, y había otras en las cuales si me lo topaba palticabamos un ratico, y luego huía porque se enfadaba conmigo. Dios mío, ni si quiera me quería decir su nombre ¿Es que la gente de ahora está muy loca?

-Disculpe -dije haciéndome un lado, pero ella no habló, no dijo nada, sólo a quedó estática por unos segundos -Con permiso -murmuré antes de continuar mi camino hacia la recepción.

Lolita no estaba por ningún lado, así que decidí dejarle una nota en el mostrador; diciéndole a donde iba, con quienes iba y a que hora probablemente regresaría.

Al salir, me di cuenta que mi amigo ya esperaba en su coche. Alejo, era el mismo chico que bailó conmigo la primera vez en 'La covacha'. Las noches en las que cuales yo iba a rumbear acompañada de Elena, él estaba ahí, esperando por mí, por su pareja de baile como dice él.

-Hasta que sales mami, mira que ya es tarde eh -simuló señalando su reloj imaginario. Yo sonreí y corrí abrazarlo para dejar un beso en su mejilla.

-Lo siento, Alejito -él negó rodando los ojos, y abrió la puerta del coche para que yo pudiera subir.

Cuando él fue a dar la vuelta para subir, miré en la puerta de la posada a la mujer de gabardina; parecía estar observandonos. A mi me daba miedo y mucha ansiedad no ver su rostro descubierto. No tenia ni la más mínima idea de quien pudiera ser, tal vez era alguien aquien le daba pena que fuera vista por la gente, pues ser 'amante' del Americano sin nombre no es nada de lo que se deba sentir orgullosa, además que podía ser arrestada o severamente castigada.

HAVANA [Caché]Where stories live. Discover now