CAPITULO 14

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Marzo 1968. Cojímar, Cuba.

POV CALLE

Familia; el botón perfecto para definirlo era la estampa maravillosa que tenía frente a mí. Era la cena más linda que había tenido; todo basado en pláticas, bromas, risas y cariñitos entre ellos. Suspiré mirando al señor Juan Carlos en la otra punta de la mesa, frente a mí. Su esposa a lado, sus pequeños hijos y mi morena a lado de mío. Esta era la mejor estampa familiar y eso hizo darme cuenta de lo mucho que extraño a mi familia, lo mucho que los necesito y sobre todo, había caído en cuenta de la soga que yo misma había puesto en el cuello de mi hermano.

-Hey... ¿Éstas bien? -murmuró Poché, acercándose mucho a mí. Miré a su padre, quien hablaba con su mujer sobre la feria que había en San Juan; a unos minutos de cojímar.

-Si -contesté dándole una amable sonrisa, pero ella no parecía tan convencida con mi simple respuesta.

-Señora, ¿Le sirvo más arrocito? -miré mi plato sobre la mesa; aún tenía un poco de comida, así que negué.

-Gracias -sonreí amable, cogiendo el tenedor para continuar comiendo.

-Siento si no ha sido suficiente, pero... sólo tenemos pa' comer frijoles, arroz, platanitos, croqueticas y algunas veces pescadito -negué rápidamente al escuchar al señor.

-No, no soy exigente. Yo... -miré a Poché; quien sonrió colocando su mano sobre mi pierna, quizá intentando darme tranquilidad. Pues desde que saludé a su padre, me habia puesto tan nerviosa -Yo, quiero decir, no tiene porque disculparse -el hombre me miró un poco confunso, pero sonriendo.

-Calle dice que no te disculpes papá, que ella no es exigente con la comida... en realidad no es exigente con nada -intervino mi preciosa cubana.

-Mija, respeta a la Señora Evenson. No son iguales -señaló su madre, dándole una mirada retadora.

-No... No hay problema. Soy Calle para ella... y... y... para ustedes -dije en español, intentado que fuera mucho muy fluido -Sólo Calle.

-Muy bien, Calle -sonrió el hombre, dando una mirada a su hija Mayor -Cuéntanos sobre ti -Marta le dio un suave golpe en la pierna a su esposo, intentando parecer disimulado, pero para nada lo había sido.

-Señora, no tiene que hacerlo si no quiere, éste hombre es muy curioso -negó dándole una mala mirada a Juan Carlos yo sólo solté una risita al igual que Poché.

-No se preocupe... -respondí dándole una breve mirada a los niños; quienes cenaban gustosos, sin prestar mucha atención a su alrededor pues pareciera que la comida era lo único importante y aquello me llamó mucho la atención.

-¿Dónde aprendió hablar español? -preguntó el hombre y sonreí volteando a ver a mi mujer.

-Ya sabía entenderlo, porque... porque mis abuelos son cubanos y aprendí un poco de ellos, pero... no sabía contestar la idioma hasta que Poché me enseñó -señalé con una sonrisa -He aprendido mucho con ella -sonrió orgulloso a su hija, cogiendo otro bocado despues.

-Y... ¿Como está su esposo? -preguntó despues. Sonreí maliciosa, imaginando en lo loco que se debió haber puesto al encontrar el desastre en la casa y el caos que debió haber hecho al darse cuenta de mi abandono.

-Supongo que no ha de estar bien -respondí volviendo mi mirada a Poché; pues sentí su mano apretar un poco más la mía.

-¿No? - insistió un hombre muy curioso.

HAVANA [Caché]Where stories live. Discover now