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Tae-Hee llegó a su mansión, y vio al joven Park salir del gran portón.

—Buenas noches señora Kim— Jimin saludó amablemente, haciendo una reverencia.

—Buenas noches, joven…— se tapó la nariz, ese pavorreal apestaba a lobo excitado y a muchas otras fragancias que no pudo identificar, el popurrí de aromas hizo que su estómago se descomponga.

—Iugh, joven Park, usted apesta. Al menos intente un poco disimular su vida promiscua, algunos somos sensibles— habló con la nariz tapada y Jimin tubo que morderse el labio para no estallar en carcajadas por el tono de voz tan tonto que salió de la supuesta Alfa más temible de todos los tiempos.

Optó por no decir nada y se fue, dando otra reverencia. Que sea una mujer de lo peor, no le daba el derecho de por lo menos mostrarse respetuoso. Era eso, o sus ganas de no morir aún a manos de la arpía.

Tae-Hee vio cómo el joven Omega se iba a su movilidad, siendo recibido por su chófer. Notando enseguida que el aroma de lobo excitado venía de ese muchacho azabache.

—Oh, que asco. Hasta se coge al chófer. Debo alejar a mi Tae de ese mal ejemplo— sentenció ofendida y terminó ingresando a su mansión.

Una vez dentro, ese olor a lobo excitado siguió molestándola. Soltando un suspiro de frustración por la mala decisión de su hijo al momento de hacer amistades, subió escaleras arriba pues necesitaba hablar con su hijo.

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🚫 AMOR PROHIBIDO 🚫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora