Marzo llegó y con él trajo esa brisa otoñal que amo.
El inicio de las clases siempre fue mi cosa favorita, el preparar todo, el volver a ver a tus amigos seguido, el simple hecho de ver a la profesora que te gustaba, todo.
Este año para mi era diferente, tendría que entrar como profesora y no como alumna.
Estaba parada enfrente del edificio donde se iba a dar inicio al año lectivo, eran las 7:20 a.m, la noche se estaba terminando de ir y mis manos sudaban como si estuviera en un sauna.
No sé en qué momento se me había ocurrido que podía dar clases, pero ahí estaba, respirando hondo mientras me adentraba para encontrar el S.U.M (Salón de Usos Múltiples) donde nos reuniríamos todos los profesores y directivos a dar inicio a otro año.
Ingresé al SUM y vi una ronda de profesores charlando muy somnolientos.
Me apresure a conversar con ellos para presentarme..
-¡Hola! Soy Eva Martins, profesora de danza clásica- dije sonriendo.
-Mucho gusto- dijo un hombre grande, de unos 50 años -Soy el profesor Ferreira, doy química. Pero podes decirme Marcos.- termino muy amablemente.
Me dio un poco de ternura su presentación a un modo muy profesor, y le estreché la mano.
A su lado una señora rellenita de pequeña estatura empezó a hablar -¡Que jovencita!- dijo a lo Susana Giménez. -Mi nombre es María Lozano, imparto historia en los cursos más grandes- .
Seguido de ella se presentaron dos personas más, Héctor, un profesor de gimnasia de unos 35 años y Aldana, profesora de danza jazz, una mujer muy alta con cabello negro, de unos 40 años.
Después de las presentaciones con ellos, observé que había muchos profesores y profesoras que habían llegado.
Así que decidí que no iba a saludar a todos, y me quede con las personas que ya había conocido, me caían bien y el tema de conversación era llevadero.
En ese momento se empezó a escuchar a los chicos entrar cantando y bailando al ritmo de música urbana, obviamente los de quinto año que son los que se reciben y hacen UPD (Último Primer Día).
Me encontraba riendo por las payasadas de los alumnos de último año que estaban muy ebrios y llenos de glitter, mientras los demás profesores solo observaban extrañados y los demás cursos aplaudían a los egresados.
Empezó el discurso, a lo que yo estaba expectante esperando ver a la rubia subir al pequeño escenario con el que contaba el lugar.
Pero para mi sorpresa en su lugar subió Gabriela, la vicedirectora, quien felicitó y pidió amablemente a los egresados que se pongan nuevamente sus uniformes o tendrían que llamar a sus padres.
Por último deseó a todos un lindo inicio y los alumnos empezaron a buscar sus salones.
Entre la gente que salía por diferentes partes creí ver a Cate en una de las puertas, pero cuando volví a mirar no había nadie.
Seguí observando y mi mirada quedó estática con la de Sarah, que me observaba totalmente seria.
Quité mi mirada de la de ella con desdén para empezar a dirigirme a mi salón, pero en ese momento me resultó familiar una cara, entonces me acerqué.
-Hola profesora- dije con un tono serio pero en chiste.
La mujer que es más baja que yo, giró su cabeza, me miró y dijo sorprendida.
-¡Martins! ¿Qué está haciendo acá?- me dio un beso en la mejilla y se quedó esperando mi respuesta.
-Estoy trabajando acá, bueno, es mi primer día en realidad.- dije alegre.
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All I Want
Fanfiction"Nunca había conocido a una persona que me haya hecho sentir tanto como ella." "¿Algún día vamos a dejar de lastimarnos?" "Aprender a amarte fue lo mas doloroso que hice, pero aca estoy y no se como llegué." Las vueltas de la vida pueden ser crueles...
