✨Siete✨

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🔞Advertencia: contenido sexual, queda en ustedes el leer o no el capítulo.

Abrí mis ojos en una habitación que no era la mía, en una cama que no era la mía.

Bajo las sábanas estaba completamente desnuda y una sonriente Cate entraba por la puerta de la habitación con una bata de seda roja a medio atar, bajo esa tela solo su blanca piel de porcelana.

Caminó sensualmente hasta la cama, subió lentamente hasta llegar a centímetros de mi cara mientras se desprendía de la prenda color sangre.

Se acercó hasta juntar nuestras bocas.

Mi alarma sonó.

Me desperté bañada por el sudor de un sueño bastante lúcido, miré la hora, era viernes de la primera semana de mayo y mi mente seguía repitiendo con deseo mi sueño con la rubia.

Pegué un salto de la cama y me metí a la ducha rápidamente.

Después de hacer toda mi rutina, salí a tomar el colectivo, ayer Gillian me había avisado que no podría pasar por mi ya que tenía asuntos fuera del instituto toda la mañana.

Llegué al edificio y me presenté ante la recepcionista sonriente, firme mi entrada y fui a dar mi primer clase rogando no encontrarme con la rubia en todo el día, ya que en mi mente el sueño de la mañana seguía pasando como una película.

Como de retorcido es el cerebro que borra las cosas que queremos recordar y las que queremos dejar las resalta con carteles neón.

Terminando por fin mi día laboral salí rápidamente hacía la entrada del teatro donde mis alumnos más grandes tenían que presentar sus fichas para audicionar el próximo mes.

Llegué ante los quince adolescentes que esperaban ansiosos, todos perfectamente capacitados para estar con la compañía de danza de profesionales, pero solo diez de ellos podrían entrar.

Tome sus fichas y las guarde con cuidado en la carpeta para llevarla a la secretaría de Gillian, quien se encargaba del papeleo.

Me despedí de mis alumnos y caminé hasta adentrarme en el edificio de la facultad.

Subí por el ascensor hasta el último piso, encontré a la señora concentrada en algo de la pantalla hasta que se percató de mi presencia.

La secretaria de Gillian se llamaba Estela, era una señora de unos sesenta años, le encantaban las novelas y era lo que hacía, ya que no tenía mucho trabajo para hacer en realidad, solo seguía trabajando ahí porque la rubia la apreciaba y era más un familiar que otra cosa.

Tomó la carpeta y la ubico en una pila que llevaba la etiqueta de 'competencia', me despedí de la mujer y volví a tomar el ascensor.

Salí del edificio y me di cuenta que no tenía la bolsa con polleras que había traído de casa para mostrarles a mis alumnas lo que necesitaban conseguir.

Salí corriendo de una forma anormal cuando termino mi última clase para no chocarme con lucifer, pero había sido en vano ya que debía volver a ingresar.

Cate y yo nos vimos toda la semana después de lo del ascensor, pero solo cruzábamos miradas que yo no podía mantener. Esa mujer me volvía loca, y su mirada intensa me daba escalofríos.

Entre nuevamente a mi edificio, Juliana me miraba con cara de intriga.

-¿Qué pasó?- dijo mirándome desde el mostrador.

-Me olvide una bolsa en el salón por salir corriendo- dije al pasar y la muchacha me regaló una risa por mi situación.

Subí a mi salón y ahí se encontraba la bendita bolsa con polleras, la tome y salí tranquila nuevamente hacia recepción, no sin antes percatarme de tener todo para no volver a entrar.

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