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La señora Seo miraba a su hijo, paso su mano por la espalda de Youngho brindándole caricias, la reunión podía clasificarse como todo un completo desastre, el príncipe ni siquiera había asistido, el emperador estaba furioso con su hijo, Youngho tenía la leve esperanza de poder ver a Doyoung, que seguramente se le había hecho tarde, pero nunca apareció.

- Tranquilo, cachorro - Youngho miró a su madre, tal vez se le olvido.

Youngho sonrió con tristeza, por supuesto que no, a ese omega no se le pudo haber olvidado algo como eso, y lo sabía perfectamente, simplemente había sido decisión del príncipe, no asistir, ¿la razón? Youngho estaría allí.

Por más que el alfa no quisiera aceptar aquello, sabía que Doyoung lo odiaba, pero no entendía el por qué, no podía comprenderlo, ¿por qué tan dulce omega era capaz de odiarlo a ese punto? ¿Por qué? ¿Qué era lo que había hecho mal?

- Mamá...¿es posible que tu predestinado te odie?

El castaño sintió como las caricias habían parado, sabía que tal vez la pregunta era demasiado fuerte en esos momentos para su madre, y que tal vez le diera un indicio de lo que estaba pasando.

- Cariño, omega y alfa..

- Se aman, se respeta, con solo verse, saben que estarán juntos por el resto de sus vidas, ya no sé si puedo seguir creyendo en algo como eso -miro a su madre.

- Cachorro... a veces, pueden complicarse las cosas, y debes de darte cuenta de que él no te odia, te ama, estoy muy segura.

Pero Youngho no lo estaba.

Aún así le había regalado a su madre una sonrisa.

Ambos aún estaban en el palacio, el emperador les dijo que esperaran, iba ir el mismo a buscar a su hijo, y no había regresado aún.

-¿Crees qué Doyoung pueda amarme?

- Él lo hace, tal vez solo necesita un pequeño empujón para darse cuenta de que lo que sientes por él es un amor sincero, inténtalo, no te des por vencido.

Youngho dió un asentimiento con la cabeza.

Ninguno se percato de que Doyoung estaba escuchando toda aquella conversación, ¿en verdad la madre de aquel alfa le daba falsas ilusiones? ¡Por favor! Él no aceptaría a ese alfa, no lo necesitaba, no eran predestinados.

Soltó un suave suspiro, era hora de retirarse, pero debía esconderse, no quería que su padre lo encontrase, pero sabía que cuando lo hiciera, recibiría la reprimenda más grande de todas, sabia que había sido de muy mala educación el haber faltado de esa forma, y por supuesto no se disculparía con el alfa, y si lo hacía, no sería sincero, sino por simple deber y obligación, porque sabía que seguramente su padre lo haría disculparse con aquel alfa.












Doyoung de está historia estás matando a mi hijo y me duele que él sufra ya no más :(((

El Omega que no quería a su predestinado/ JohndoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora