Orfanato Mágico

~20~

El año escolar ya había terminado hacía una semana.

Y aunque Harry estaba feliz de estar en casa, también estaba muy aburrido. Ya que los Weasley se habían ido de vacaciones a Egipto, y Luna no estaba en casa.

Aunque les enviaba cartas a sus amigos, y agradecía que su lechuza nueva no fuera tan lenta como la de Remus.

El chico pasaba la mayor parte de su tiempo con Sirius, y le encantaba hablar con él sobre la escuela, sobre Draco y sus chistes, sobre los hechizos nuevos que aprendió, sobre Draco y que sus patronus eran iguales, sobre sus amigos y sobre lo feliz que estaba de volver a hablar con Draco.

Aunque se seguían tratando por su apellido, ya que el rubio le dijo que hasta que no le contará su secreto, no lo trataría por su nombre.

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Esa mañana habían llegado los padres y hermano de Sirius, iban a pasar el día,  todos estaban desayunando cuando una lechuza llegó con una carta para Harry.

El chico emocionado la abrió y comenzó a leerla mientras sus mejillas se sonrojaban y sonreía.

—¡Padri! Mira, es de Draco, y me cuenta que...— Comenzó a decir emocionado Harry cuando Sirius chilló mientras se agarraba la cabeza.

Todos reían disimuladamente ante la desesperación del hombre al escuchar ese nombre.

—Si cachorro, es muy interesante.— Dijo el hombre luego de que Harry terminará de hablar, para ser sinceros no le había prestado atención.

Pero le sorprendió que el chico fuera a abrazarlo y luego corriera hasta su habitación.

—¿Qué fue lo que acaba de pasar?— Preguntó Sirius mirando por donde se había ido Harry hacia unos segundos.

—Bueno cariño, resulta que le diste permiso a Harry para que vaya a pasar la noche con su amigo Draco— Comentó Remus tomando café con una sonrisa.

Sirius suspiró derrotado, luego de ese día Harry hablaría el doble de Malfoy.

—Me sorprende que lo hayas dejado ir tan fácil.— Comentó Orión untando con mermelada una tostada, se notaba que hacía un esfuerzo gigante por no reír, ya que su mujer lo miraba seria.

—¿Por qué?— Preguntó Sirius mirando a su padre.

—Resulta hermano que nuestra prima no estará en casa esta noche. Ella misma nos avisó que Draco se quedaría sin un adulto a cargo, y que estuviéramos atentos.— Respondió Regulus serio, luego comenzó a reír y dijo— Así que tú cachorro y el pequeño Malfoy tendrán la casa sola...

Mientras ahogaba un grito Sirius salió disparado hacia la pieza de Harry, solo para tener una charla... una charla muy incómoda.

Todos estallaron en carcajadas al verlo irse, mientras comentaban lo sobreprotector que era Sirius.

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Había llegado la noche, Harry luego de despedirse de su padrino y Remus, y prometer no hacer nada malo, entró en la chimenea para ir hasta la mansión Malfoy.

Cuando llegó y vio allí a Draco sonriendole no pudo evitar sonrojarse, en su mente todavía resonaban las palabras de Sirius.

El hombre le había explicado como era que las personas tenían relaciones sexuales, obviando los detalles, pero advirtiendole que no pensará en eso hasta ser mayor de edad.

Le explicó que si Draco trataba de sobrepasarse y sí a él le incomodaba que lo frenará, y si no le escuchaba que se defendiera como bien sabía hacerlo.