Capítulo 24 Sombras

95 10 0
                                    

El transcurrir de los días se hizo presente, la familia de su novio era todo un sueño, no podía pedir más, su madre y hermanas eran tan cálidas, tan afectivas que se sintió como en casa, una segunda casa.

—Madre, ¿podría hablar con usted?

—Por supuesto Xiaolang.

—Quisiera pedirle un favor, y una petición.

—Adelante, te escucho.

—¿Podría usted apoyar al clan Amamiya?
Me explicó, su abuelo atenta contra su vida por el poder de su clan, lo que buscamos es que se restaure el orden natural, y para ello necesitamos el apoyo de familias importantes y poderosas que le den peso a la verdadera líder.

—¿Te lo pidió Sakura?

—No madre, estoy actuando por cuenta propia.

—Entonces si me negará no cambiaría nada, ¿verdad?

—Es correcto madre.

—Xiaolang, tú eres el verdadero líder de esté clan y está familia... ¿Por qué me lo pides a mi?

—Porque no puedo pasar por alto su autoridad madre, por que es usted quien lleva las riendas y es porque si usted lo estipula las cosas seguirán así.

—Xiaolang.

—Madre mi petición es estar al lado de ella, rechazó mi clan por ella, rechazó mi herencia por ella, rechazó mi derecho por ella.

—Entiendo...
Esto ya tiene más sentido.
¡No!

—¿Madre?

—No rechazarás nada por nada, ni por nadie.
Es tu derecho y por tanto aunque estés al lado de ella no dejarás las cosas que tú padre tanto se esforzó en mantener para la sucesión familiar...
Si después de tantos años termina con ella, es decir, dejás de ser un Li para ser un Amamiya, de igual forma será tú, su legado.
Acepto a la mujer que haz escogido como compañera de vida, y tienes mi bendición.
Acepto darle el apoyo a mi futura nuera, a su clan, y acepto que estés dispuesto a romper con la tradición Li y ser un Amamiya si fuera tu elección.

Shaoran se asombro de las palabras de su madre, sintió regocijo por su apoyo y por la comprensión a la situación, también se alegro por la aceptación de la chica que amaba y más aún, por verla parte de la familia.

—Lo único que voy a pedirte es que use ella los adornos tradicionales de la casa Li. —Le dijo sonriendo.

—Creo que no habrá ningún inconveniente madre —respondió aliviado.

Shaoran salió del estudio de su madre y lo que vio lo lleno de paz, una Sakura leyendo en la sombra del enorme árbol del jardín, con un hermoso vestido color blanco con pequeños girasoles en el.

Se acercó a la joven que le robaba el aliento, se colocó en cuclillas enfrente de ella y le susurro.

—Te ves hermosa.

Sakura se sorprendió por no sentir su presencia, y se apeno un poco por el comentario de Shaoran.

—El día está perfecto como para quedarse en casa y leer un libro, salgamos a dar un paseo dulce princesa.

—Sí.

—Xiaolang. -Llamó su madre.

—Esperame un momento ahora vuelvo.
Dígame madre.

—¿Se lo dirás en estas fechas?

—Planeaba hacerlo después, aún estamos cursando la universidad y quisiera que no dejará la escuela por mi petición.

—Comprendo, aun que no sea la petición formal como tal, me gustaría poder hacer un festejo de la índole.

—Sí madre.

—Espléndido, empezaré a planificar para estos días. —Se retira.

Shaoran volvió la mirada a la joven que lo esperaba y se dirigieron a la salida de la enorme mansión.

Realizaron una larga caminata por un templo, algunos comercios hasta llegar a un parque muy lindo donde pararon en la cercanía de un lago.

—Princesa.

—Dime Shaoran.

—Tú... ¿Qué piensas de esto, de nosotros, de todo?

—Aaaam. —Colocá su dedo índice en su barbilla.
Pues tu pregunta es bastante ambigua... Aunque la entiendo.
Pienso que ha sido hermoso el venir a conocer tu país, tu familia, tu hogar. Gracias. —Le sonríe.
De nosotros, bueno hay veces que me llegan los cargos de conciencia por mi egoísmo...
Me siento melodramatíca a lo Julieta je je je je, pero no me arrepiento de haberte entregado mi corazón.
Y de todo... Ha, hay momentos difíciles, pero creo que con las personas correctas se vuelve menos pesada tu carga.

—¿Pasarías tu vida a mi lado?

—Por supuesto que lo haría.
¿Te sucede algo Shaoran? —preguntó angustiada.

—Solo estoy melancólico con todo, son muchos sentimientos encontrados.
Ver a mi familia después de tantos años, ver como mis hermanas van creando sus lazos de vida, como mi madre se ha mantenido con el temple que siempre la caracterizaron mis memorias, ver la mansión Li tal y como cuando me fui, verte aquí con ellas...

—Ya veo.

—Me di cuenta que extraño demasiado a mi padre y que se ha vuelto difícil con el pasar de los años.
Pero sabes, me alegra tanto que hallas aparecido en mi vida, nunca te lo dije, pero tú me salvaste ese día.

—Shaoran.

Ambos jóvenes se abrazaron expresando con el los sentimientos que no le dieron palabras, ambos se comprendían en demasía.

Después de un largo abrazo, Sakura entrelazo sus dedos a los de Shaoran, miraron fijamente al lago, el reflejo de la luz del sol hacia que el entorno se volviese mágico, algunos destellos llegaban al rostro de Shaoran provocando que se cubriera de la luz.

No volvieron a hablar y es que no era necesario, disfrutaban de cada momento hasta de sus silencios.

Pasaron su tiempo contemplando el paisaje y con el el atardecer que llegó.

—¿Quiéres ir a un lugar en especial?

—Quiero ir a comprar recuerdos para los demás —dijo sonriente.

—Pues hay una tienda en el centro que te puede gustar, pero para ir allá es necesario acudir en coche y tal ves un poco más temprano je je je.

—Ja ja ja si, ya es un poco tarde, ¿podemos ir mañana?

—Sí, mañana vamos temprano.

—Oye Shaoran.

—Dime.

—Mmm nada, no es nada.

—¿Estás segura?, recuerda que siempre puedes decirme lo que sea.

—Lo sé. Estoy segura, no es nada importante.

—Aunque no lo sea. —Toma sus manos.
Yo siempre querré escucharte.

Sonrió.

Los chicos siguieron su camino a la mansión Li, pasaron cerca de una florería donde Shaoran haló a Sakura y ambos se quedaron viendo la variedad de flores y plantas que habían además de aditamentos y otros productos de jardinería.

El joven decidió comprar un hermoso ramo de girasoles que iban a juego con su vestido de la chica, quien sonrió con gran afecto por el lindo gesto de su novio.

Cuando salieron iban tan alegres, tan felices, que fue fácil olvidar su cautela.

A la distancia una persona los observaba llena de rencor, llena de coraje, y con una clara determinación de eliminar sus obstáculos.

Por siempre túWhere stories live. Discover now