Capítulo 28 Horizonte

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Pasaron los días y se cumplió el plazo de su visita, Sakura se despido con gran tristeza de la madre y hermanas de Shaoran así como también de Meiling que se volvió en una amiga muy valiosa para ella.

Yelan siempre le dijo que cuando quisiera volver, podría hacerlo que era su casa sin duda alguna, provocando conmover lo suficiente a Sakura y derramar más lágrimas de la cuenta.

Al volver a Boston su familia alegremente la esperaba y a pesar de lo tarde que ya era se dispusieron a celebrar por su regreso.

Sakura decidió no tener secretos con su familia así que les contó lo sucedido en China, incluyendo la aparición de Meiling y su nueva cicatriz en su antebrazo.

El primero en mostrar su disgusto fue Touya, pero Sakura lo tranquilizó al contarle el resto de la historia y aunque poco conforme con el final comprendía el actuar de su hermana menor ante aquella joven.

El tiempo siguió transcurriendo de la mejor manera, y sin percatarse otro ciclo escolar terminó.

Mismo que aprovecharían nuevamente, y es que esta vez planearon en ir todos a Hong Kong y pasar allá todas las vacaciones de verano.

Cuando esto sucedió ambas familias compajinaron bien, los nipones agrecieron el recibimiento y afecto mostrado a su pequeña, mismo que los Li negaron diciendo lo grato que era que el que cuidarán de su hijo menor y de tan espléndida niña a la cual le había cogido gran afecto.

Las vacaciones terminaron demasiado pronto para el gusto de todos, era tiempo de volver y reactivar sus actividades escolares y de trabajo, pero acordaron el reunirse en las fechas navideñas en Estados Unidos.

Septiembre

—Feliz aniversario mi dulce princesa. —Le extiende una pequeña caja.

—Shaoran que dulce eres, ¿puedo abrirlo?

—Por supuesto.

—¿Shaoran? —Lo miró atónita.

—Pueden pasar dos cosas, o Sonomi me mata o tu hermano, pero espero que te guste.

—Cómo no me va a gustar, son las llaves de una Ducati y aparte es roja —dijo emocionada.

—Ya que en unas semanas te darán tu permiso de condicir quise darte está sorpresa.

—Ahora me siento insulsa con tu obsequio... Feliz aniversario —dijo cabizbaja.

—¿Puedo abrirlo?

Asintió.

—Wow, ¿quieres qué lo use?

—Es el plan, pero si no te sientes cómodo yo lo entiendo.

—Para nada, si mi dulce princesa se tomó el tiempo para elegirme un obsequio lo mínimo que puedo hacer es usarlo. —Le sonríe.

—Viene grabado tu nombre y el mio, y nuestro aniversario.
Sé que es muy cursi darte una esclava de oro blanco con el grabado, pero...

—Es perfecta, aunque soy bastante torpe con la joyería, prometo cuidarla bien. —Precedió a besarla con ternura.

Diciembre

Las navidades y año nuevo lo pasaron juntas ambas familias, la cálida bienvenida que recibieron las Li fue sin duda una experiencia digna de recordar, misma que llegó con un gran obsequio de parte de ellas, pues Meiling también estaba presente.

También contaron con la compañía de sus amigos de la infancia, como cada año que se reunían a celebrarlo juntos.

Sakura no entendía porque se llenaba de nostalgia y porque tan derrepente le ganaban las ganas de llorar, estaba feliz con todo; por unos momentos sintió que tenía una vida normal, una vida en la cual podía ser ella, podía ser feliz, podía vivir sin miedo.

Y quería repetir más días así, más momentos así.

Prefirió no darle más vueltas, y se conformó con vivir el momento, con disfrutar del ahora y dejar el mañana como una batalla que disputar después...

Ese pensamiento la acompañó por una temporada más.

Marzo/Abril

Para el cumpleaños número dieciocho de Sakura, Shaoran preparo algo sumamente especial para ella, quiso cumplirle un sueño de niña.

Y la llevó a París a conocer la Torre Eifel; entre paseos y degustaciones magníficas Shaoran se armo de valor.

Pensó que aún era muy pronto, pero también su corazón le decía que era lo correcto y debía hacerlo tan pronto como le fuera posible.

Salió temprano del hotel donde se hospedaban, realizó unas cuantas compras, tomó un café y regresó a su habitación, donde una dormida Sakura aún se encontraba acurrucada en la mullida cama del lujoso lugar, Shaoran reía por saber que su amada no importando que estuviera en el lugar de sus sueños, prefería vivir en ellos.

—Hermosa, despierta.

—Buenos días Shaoran —le contestó ronca.

—Feliz cumpleaños.

Por siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora