𝘛𝘰𝘶𝘤𝘩 𝘮𝘦 𝘈𝘭𝘸𝘢𝘺𝘴..~ 〘One-shots〙｟Editando｠

Enfermería - Sasuke

~ 𝕰𝖓𝖋𝖊𝖗𝖒𝖊𝖗í𝖆 ~

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Akiko observaba con cautela a su mejor amigo, sus ojos miel veían aquél cabello carbón y esos ojos ónix con los que creció toda su infancia y adolescencia, las facciones aniñadas que recordaba de él se habían vuelto en más profundas y marcadas, su vista se dirigió hacia los labios rosados de esté y de manera inconciente lamio sus labios que se movían por la plática que le daba esté.

Si no fuera por las ronchas rojas en su cara su amigo se daría cuenta de el sonrojo en sus mejillas, su amigo derrepente giro su cabeza hacía la puerta de la enfermería notando a Neji, un chico castaño un año mayor que ellos pero ex-novio de Akiko.

Neji se acercó mientras extendía su mano, esta contenía una crema, levanto su mano y la tomó mientras veía con una ceja alzada a él mayor- Te va ayudar con las ronchas, me lo dió Sakura- la contraria le sonrió dejando ver sus característicos dientes blancos y unos colmillos filosos que seguían llamando la atención del joven azabache que había guardado silencio en la poca conversación.

Antes de que la joven pudiera agradecer su amigo la tomó del muslo y por fin abrió la boca- Ya puedes irte- y sin más el mayor miró con desagrado al contrario para irse cerrando la puerta.

La adolescente vió a su amigo con reproche pero este solo le dio un apretón en el muslo para tomar la crema con cuidado y empezar a ponerla en la cara de la joven quien río por aquél gesto, lo amaba, podría ser un hijo de puta con todos pero nunca cuando se trataba de ella.

Su cara se sentía más fresca y pasando los minutos empezó a sentir un cosquilleo abajo, sus ojos vieron cómo su amigo seguía entre sus piernas pero con una distancia apropiada; no sabía desde cuando esté se había puesto tan bueno pero la blusa blanca y holgada le daba un aura tan caliente que logró que su respiración se acelerara.

Las manos de él chico habían cambiado de lugar hasta llegar a sus muslos donde sin saberlo causó una reacción en la chica frente a sus narices que soltó un pequeño suspiro al sentir un apretón en el izquierdo, él azabache la vió con atención dándose cuenta de esto y cuando trato de retirar las manos fue detenido por la contraria.

Se sentía avergonzado pero le gustaba tocar los anchos muslos de aquella niñata, un apretón en su mano logró que sus tensos hombros se soltaran distrayendose ante el escote de su amiga, los dos primeros botones desabrochados dejando ver un poco del encaje de aquél sostén que protegía sus senos.

La chica fue guiando la mano del chico que vió con atención cómo se dirigía a la zona íntima de la chica que sin pudor algunos enrollo sus gruesas piernas en la cadera del chico obligándolo a estar cerca de ella, esta sintió cómo los rasposos dedos de su querido amigo rozaban la tela de su braga, los labios de él chico se dirigieron al suave cuello de la chica que soltó un suspiro en la oreja de esté animandolo a mover la braga y acariciar con cuidado la zona húmeda.

Su lengua recorría la suave piel mientras succionaba esta dejando pequeñas marcas rosadas, sus mano derecha acariciaba por debajo de la blusa el brasier hasta que pudo desabrocharlo y su mano izquierda no se quedaba atrás pues era la que acariciaba sin pudor e introducía dos dedos en la joven que gemía sujetando el cabello carbón del chico.

La nariz respingada de su compañero rozando su zona logró quitarle un suspiro que se convirtió en un gemido ante la juguetona lengua contraria, recorriendo sus labios vaginales, sentía el húmedo músculo detallar sus labios y frotarse contra su clítoris, sus manos jalaban el cabello negro de él chico mientras movía su cadera de adelante hacía atrás con un intento de conseguir más placer ya otorgado.

Los ya humedecidos dedos tocaban las paredes de la chica intentado hallar el punto dulce de la chica que balbuceaba por los gemidos y jadeos que salían de su humedecida boca, los rosados labios varoniles fueron impregnados por los fluidos de la chica que dió un pequeño salto mientras sus pechos rebotaban por ésto, su cálido aliento incitando al chico a hacer maravillas con esos labios carnosos.

La tomó por la cintura mientras restregaba su erección en el coño de la chica que entendió la indirecta enrollando sus piernas en el torso de este mientras sus traviesas manos desabrochaban el cinturón y sacaban el duro falo dirigiendolo a su entrada que goteaba fluidos ansiosa de ser llenada, el apretado coño de su amiga sacó un jadeo del chico que llevó la mano con la que había penetrado anteriormente a su amiga para dirigirlo a su boca y obligarla a chupar los dedos callando los gemidos.

Sus paredes apretaban con entusiasmo el miembro obteniendo una fricción placentera que avecinaba un orgasmo, sus pechos rebotando excitaban y apoyaban al varón a penetrarla con más rapidez, los fluidos produciendo un sonido acuoso como si fueran de una película porno junto a los suspiros y gemidos acallados calentaban mucho más el ambiente.

Después de unas cuantas estocadas sus cuerpos llegaron al éxtasis mientras la chica era llenada por la semilla de su amigo que había dejado con compasión que gimiera por última vez.

Sus respiraciones alteradas por aquél momento caliente no tardaron en inundar la enfermería, el azabache salió de su amiga viendo como escurría aquél líquido blanco y cómo sus piernas seguían temblando.

Sonrió con malicia e introdujo nuevamente sus largos y delgados dedos maravillando a la chica que sentía cómo era masturbada nuevamente y cómo tocaban aquél punto dulce con él que al parecer la hacía ver estrellas, un orgasmo se avecino y justo un instante antes de correrse fue vaciada, hizo un pequeño puchero pero lo aceptó ya que le había aplicado la misma jugada antes al chico cómo una broma de mal gusto.

Ambos jóvenes se vieron para besarse siendo distraídos por el sonido de una llamada, él varón atendió mientras abrochaba la blusa de su amiga -incluyendo el brasier- cosa que la chica imitó amarrando el cinturón contrario.

El sonido de una risa fue lo primero que lleno sus oídos para después escuchar las burlescas palabras de su amigo rubio- Cuidado que los pilla la enfermera putos ninfómanos-, sus ojos ónix observaron con fastidio él celular para acomodar la falda de la chica y sentarse en la silla que estaba justo a lado de él escritorio.

La puerta fue abierta por una señora que saludo a ambos jóvenes y checo que la chica estuviera bien para sacarlos a patadas de su Oficina, claro, no sin antes darles unas paletas.

Caminaron cómo si nada y antes de separarse para ir a sus respectivos salones se dieron una mirada cómplice.

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