Capítulo 10

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Capítulo dedicado a:  ZelaBrambille

Descansa en paz.

Fuiste una gran autora, amiga y mujer. 

Te merecías todos tus logro y más.

...

And I see everyone gettin' all the things I  want
I'm happy for them, but then again, I'm not
Just cool vintage clothes and vacation  photos
I can't stand it
Oh God, I sound crazy

...

Sigo el auto con la mirada cuando se pone en marcha, y vuelvo la vista al frente. Hay una persona al otro lado de la acera, con el rostro serio y viéndome fijamente haciendo que mi sonrisa se borre al ver la expresión. 

Creo que estoy en problemas.

O tal vez no.

Él no tiene derecho a decirme nada.

¿No me dirige la palabra en una semana y me va a hacer una escena?

Que le den.

Volteo y me dirijo hacia la puerta para abrirla. Escucho sus pasos acercándose, entro a casa y quiero cerrar la puerta en sus narices pero pone su pie y suelta un quejido por la presión de la puerta más la fuerza que ejercí al querer cerrarla.

Empuja la puerta adentrándose al lugar.

—Camille...

—Salte de mi casa que grito.

—Camille, por favor, escúchame.

—Yo a usted no lo conozco, jóven, así que olvídame.

¿Esa frase no es de las rubias locas?

Sí, no sabía que más decir.

—Camille, lo siento...

—No, no me vengas con tu mierda de disculpa. ¿Me ignoras más de una semana y crees que te voy a disculpar así como así?

Le doy la espalda empezando a subir la escalera dirigiendome hacia mi habitación.

—Cam, de verd-

—Jódete, James.

Me meto en mi habitación y me siento en la cama para quitarme las zapatillas, cuando de pronto abren la puerta de golpe.

—Camille, escúchame. No me voy a ir hasta que no lo hagas —se acerca a donde estoy.

—Pues entonces espero que hayas traído algo para dormir en el jardín, porque en mi casa no te quedas. Y salte de mi cuarto que me quiero dar una ducha —digo, quitandome el vestido y quedando en ropa interior

—Camille, dame un minuto, por favor.

—Te quedan cincuenta y nueve segundos.

—¿Qué?

—Ahora solo cincuenta.

—Mierda, eh... Camille lo siento mucho, la verdad es que ni yo sé por qué me molesté o creo que si lo sé, pero por favor disculpa.

—¿Lo sabes o no?

—Estaba celoso porque tenía miedo que ya no tuvieras tiempo para mi y se lo dedicaras todo a el universitario ese, tengo miedo de perderte, Camille.

—¿Y si es solo eso por qué carajos no me hablaste en toda la semana?

—Estaba procesando todo, aclarando el por qué me sentía así. Aparte, también creí que no me ibas a querer ver por la discusión que tuvimos aquí primero y no quería incomodar.

Cuando te conocí (En Edición)Onde histórias criam vida. Descubra agora