Capítulo 43

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Maya.
[Una semana después del secuestro de Hedoné]

¿Cómo está Nia?–él rey estaba un poco decaído y ahora se veía más escuálido y pálido que antes, realmente la muerte de su esposa la afecto demasiado. Lo mire tiernamente y me senté a su lado.–

–Ella está triste, es una niña pero entiende bien que es lo que sucedió con la reina. Pienso que debería verla–lo mire con cautela esperando al menos una mirada que me dijera algo pero él estaba perdido.–

–Fue un buen entierro ¿no es así? Mi esposa hubiera preferido algo más pequeño e íntimo no que todo el pueblo se reuniera–su mirada estaba fija en un punto en la ventana. El frío ya estaba llegando y se notaba en el exterior.–

–No creo que un entierro sea algo lindo. Supongo que la reina quería algo más íntimo pero es la reina aunque quisiera la gente haría algo por ella.–

Había una especie de tristeza y melancolía dentro de mí, quería expresar mas lo que sentía pero me vi obligada a reprimir mis palabras por respeto, es un rey sin su reina, se lo que se siente no tener a tu otra parte a tu lado.

–Ella vendrá por mí–lo mire rápidamente confundida.–

–¿Quién?–

–Mi hija, Jean. Ella vendrá por mí al igual que lo hizo con su madre–trague duro. Quería decirlo que no es así pero hasta yo sabía que tarde o temprano ella vendría por él.–

–Necesito un favor que solo tú puedes hacer, es un último deseo–asentí.–

(...)

Camine por los pasillos del reino en busca de la pequeña Nia, seguramente estaba en el jardín así que baje las escaleras rápidamente y me dirigí hacia afuera. Ahí estaba ella junto con Jungkook y Hope jugando y por un momento me recordó a mi esposo cuando jugaba con Alía o con JongSun y sonreí.

Quite aquellos pensamientos de mi mente y me acerque a ellos con una sonrisa de oreja a oreja, toque el suave cabello pelirrojo de Nia llamando su atención de inmediato.

–¡Maya¡ ¿Ocurre algo?–le sonreí sincera y asentí, sabía que ella entendería y sabría lo que quiero decirle.–Papá quiere verme...¿No?–acaricie levemente su cabeza y pronuncie un tenue “Sí”–

Nia asintió levemente y se levantó de su lugar para tomar mi mano, Jungkook me miró con duda y sabía que estaba preocupado por lo que solo negué con la cabeza para decirle que todo estaba bien.

Me dirigí hacia la habitación de la reina donde yacía él rey, no se había movido de la alcoba de la reina desde el funeral y parecía que ahí se quedaría hasta su muerte.

La pequeña campanita en el cuello de Hope resonaba con gracia haciéndome reír, nos seguía los pasos hasta llegar a la habitación. Mire a Nia y me agache hasta su altura.

–Él solo quiere hablar contigo, tú solo se tú misma-asintió y solto mi mano.–

Me recosté sobre la pared junto con Hope que se quedó afuera para esperar a Nia.

Las voces de ambos se escuchaban hasta donde yo estaba, el lloriqueo de la pequeña era algo fuerte y entendí que era un pequeño reencuentro emotivo por parte de los dos.

Después de unos largos minutos hubo un silencio y segundo después me levante del piso, Nia salió de la habitación con su rostro rojo y con lágrimas en sus ojos. Ella se acercó a mí rápidamente y me abrazo, la levante en mis brazos y acaricie su cabello para relajar sus sollozos.

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