Prologo

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Algunas promesas no se pueden cumplir y eso Diego lo sabía, aún puede recordar esa noche cuando él preguntó a su padre: ¿Cuánto faltaba para llegar? Y el padre le contestó que: Solo faltaban 10 minutos y que estarían muy pronto en su casa, pero Diego insistió preguntado de nuevo: ¿Seguro, papá? El padre sonrió con cariño a su hijo y contestó: Sí, es una promesa. Una promesa que jamás se cumplió y que se rompió en un segundo.

Una promesa que se escuchaba fácil de cumplir, pero tan solo es necesario una curva cerrada con poca visibilidad y un hombre borracho que conduce desesperado para darnos cuenta, que esa promesa no se puede cumplir cuando impactó con el auto del padre de Diego. Tan solo es necesario que unos ojos no se abran, aunque supliques hasta perder la voz para que la realidad te demuestra lo frágil que es la vida.

Ahora Diego deberá tener fe y ser fuerte por él y por su novia para que ella vuelva hacia él. Él quiere creer que ella cumplirá su promesa de que se casaran cuando tenga 30 años, pero también tiene miedo de que eso jamás suceda y se convierta en otra promesa que jamás se cumplirá.

Hermosa DestrucciónWhere stories live. Discover now